Sólo de Dos

Un plan y un chulo.

Secuestrada.

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Estaba en mi habitación, preocupada, angustiada. Lisa me acompañaba, ella pensaba detenidamente la forma de hacerme salir de allí. Le dije que podía contar con Nico pero ni yo estaba segura de eso, Nico solo quería que me quedara en la casa para poder engatusarme y liarse conmigo. Conocía a los tíos como él, todos eran iguales. Ya habían pasado muchos así por mi vida, pensé muchos nombres. Típico, pensé en Álex y Mario, aunque descarté a uno de ellos. En realidad, deseaba que llegara el verano de nuevo, les echaba de menos a todos. Valeria vino a mi mente, al salir de esa casa la llamaría para quedar y ver qué tal le iva con David.

De repente desperté de mis pensamientos cuando Lisa exclamó:

-¡Aha! ¡Tengo una idea!

-¿Qué es?- dije emocionada.

-Pero...Si hacemos esto y lo otro..-dijo ella pensando.

-Lisa, dilo de una vez- espeté con impaciencia.

-Bien pues si el señor Nico nos ayudara sería todo mucho más facil. Te explico, hay una puerta trasera que es la única de la cual tengo llaves. Esto sería perfecto porque te las daría, abrirías y las pasarías por debajo de la puerta. El caso esque para que no nos vean tiene que ser por la madrugada y haciendo el menor ruido posible. Saltarías de tu ventana hasta la terraza de la cocina y ahí es cuando Nico te ayuda a bajar. Te escolta hasta la puerta trasera y estoy yo esperando. Si por casualidad los guardias se enteran de algo tú sólo corre todo lo que puedas si estás fuera, si estás dentro invéntate una escusa y lo haremos otro día- explicó sin tan siquiera parar a respirar.

-Me parece un buen plan, pero no estoy segura de que Nico quiera ayudarme a salir.

-No te preocupes, bonita, le he llamado para que venga ahora a discutir todo esto- me tranquilizó con una dulce sonrisa.

No tuvimos que esperar mucho hasta que viniera Nico. Cuando entró por la puerta me dió un escalofrío de esos agradables cuando tienes un buen presentimiento. Me miró sonriente, se acercó a mí saludándome y me dió dos besos. Creo que se me quedó cara de: No me beses que me enamoro. Giré la cabeza.

-Bueno Nico, ¿piensas ayudarnos a que Sandra salga de aquí?-dijo Lisa.

-No quiero que se aleje de mí.

-Pero, Nico, podemos quedar fuera de aquí- le dije poniendo la mejor de mis miradas de cachorrito.

-Sandra, sabes que estarás con tu novio y pasarás de mí.

-¿Qué quieres a cambio de que me ayudes a salir de aquí?

-Te lo diré después. De monento contadme el plan.

Le contamos el plan muy detalladamente y parecía conforme. Yo sabía que él no se iba a rendir tan fácilmente y que en cuanto se fuera Lisa me pediría que hiciera lo que yo menos quería: dejar a Álvaro. De repente, me sentí como mareada y me levanté para ir al baño pero no podía mantenerme en pie. Caí para atrás y unos brazos fuertes me cogieron, los de Nico. Estuve un momento aturdida y volví a la realidad. Fui hacia el baño como pude y me eché agua para despejarme. No pudé más y me caí al suelo desmayada. Oía lo que decían a mi alrededor.

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NICO P.O.V

Al verla desmayarse el corazón se me paró unos segundos. Una cosa tan preciosa no podía perder la vitalidad así de repente. A Sandra le pasaba algo, quizás de no comer suficiente o de estar encerrada pero necesitaba hacer algo para que se mejorara. La cogí en mis brazos y la trasladé hasta la cama. Lisa subió con un cubo de agua fría y galletas y distintas comidas. Mojó un paño en el agua, lo escurrió y lo pasó por la hermosa cara de Sandra. Hasta desmayada estaba preciosa. Abrió los ojos, que tenían una chispa de incomodidad y estaba confundida. Volvió a cerrar los ojos después de comer una galleta.

-Creo que necesita descansar, nos puedes dejar solos. La reunión queda aplazada para cuando esté mejor- dije inteligentemente.

-Como quiera, señor Nico- respondió Lisa saliendo de la habitación.

Porfin estaba solo con ella. Podeis pensar que sólo la quería para liarme con ella. Al principio era así, pero cuando se negó y cuando la fui conociendo me di cuenta de que era especial. La echaba de menos cuando no estaba a su lado y repetía imágenes suyas una y otra vez. Su sonrisa era lo que más me gustaba de ella, aunque en estas circunstancias la había visto 2 o 3 veces, por eso era tan valiosa. Envidié a su novio por poder besar esa sonrisa y por poder verla siempre.

De repente, su mano se aferró a mi brazo mientras yo seguía contemplando cómo dormía.

-Álvaro...Álvaro..- murmuraba como si fuera una pesadilla.

-Dime mi amor- le mentí.

-No, Álvaro no me dejes por ella, no...- siguió murmurando en sueños.

-Pequeña, no pasa nada, duerme tranquila- la intenté tranquilizar y la besé haciéndome pasar por Álvaro.

-Nico....Nico..- siguió murmurando. Al oír esto mi cuerpo se crispó y sonreí satisfactoriamente. Pensaba en mí, le gustaba, yo lo sabía. Lo veía en sus ojos cada vez que la miraba, tocaba, besaba... Sé que soy un creído pero con las chicas funciona. A ella le encantaba esa parte de mí por mucho que lo negara porque sabía que ese tal Álvaro era un romanticón y esto a veces aburría.

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Sandra POV

Sentí un aliento en mi cara y abrí los ojos súbitamente. Nico estaba delante mía con unos ojos preciosos que me miraban complacido.

-Ya era hora- me dijo.

-Bueno, ¿qué condiciones?

Me acorraló con su brazo y se puso muy cerca mía. Se puso a hablar casi en mis labios, casi se rozaban.

-Mira Sandra, no me gusta este jueguito que me llevas. No juegues conmigo como quieras. Voy a ayudarte a salir si me dejas llevarte a una cena en condiciones. Una primera cita- me dijo. Sentía escalofríos al oír su voz sensual y atrayante. Álvaro no tenía esta cualidad de ponerme tan nerviosa.

-No juego a nada. Eres tú el que juegas conmigo. Tengo novio y no puedo ir teniendo citas por ahí- dije convencida.

-Sé que prefieres estar conmigo, sé que te enamorarás de mí y también sé que te encanta mi actitud de chulo- dijo acercándose más.

-Nunca me enamoraría de una persona como tú y esa actitud de chulo es lo que menos me gusta de ti- mentí.

-Mientes- dijo convencido. Me besó apasionadamente.

-Volveré esta noche, Sandra- dijo mas seductor que nunca y se fue sin más.