Una pelea.

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Verano.

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Iba corriendo sin saber bien donde ir buscando a Valeria pensando en lo que acababa de pasar con Mario. ¿Qué me había querido decir con eso? No entendía nada, pero podía vivir sin él y su amabilidad como había vivido ya siempre. No voy a negar que me encantaría que fuera siempre así. Me choqué con alguien.

-¡David, menos mal que te he encontrado!- le dije super contenta y relajada.

-¿Estás bien? ¿Dónde te habías metido? Estábamos muy preocupados- me dijo abrazándome.

-Sí, estoy bien ahora. ¿Sabes dónde está Valeria?

-Claro, está en la habitación de Álex- me dijo ahora incómodo.

¿Cómo me había olvidado de eso? Dios, Álex...no sabía que hacer ni qué decirle. ¿Le ignoraba? ¿Le gritaba? ¿Se lo echaba todo en cara? Algún día tendría que enfrentarme a él al fin y al cabo.

-Sandra, entiendo que ahora no te apetezca ir a su habitación, si quieres..- me empezó a decir David con comprensión en su rostro.

-No pasa nada, está bien, iré- le interrumpí. Creo que se asombró de que estuviera siendo tan fuerte sobre esto. Es decir, no todo el mundo se toma tan bien un engaño. Y no es que yo me lo estuviera tomando bien solo que lo ocultaba, no quería parecer débil. Aparte, quería actuar como si no me importara, no iba a darle la satisfacción de verme mal justo a Álex. ¿Para qué? Eso solo serviría para perder lo único que me quedaba: mi Dignidad.

-Bien, ¿quieres que te acompañe o vas sola? - me preguntó David. Me quedé un momento pensando.

-Mejor voy sola- respondí. Cuanta más gente hubiera, peor me pondría y quería parecer lo más tranquila posible. Pero todavía quedaba la cosa de que estaba herido de bala. No es como si yo pudiera hacer algo pero no iba a dejarle morir sin mirarle una vez más. Después de todo, le quería. No sé de qué forma, pero le quería. Entraría en la habitación muy normal pero no le dejaría tocarme y ni sonrisas ni lágrimas para él. Sería como un maldito robot, tampoco quería hacerle daño. ¿O si? Al fin y al cabo él me había hecho más daño así que no tenía por qué sentirme culpable, ¿no?

'Pero él está herido de bala' Me dijo mi subsconsciente. ¿Desde cuándo me respondía a mi misma? Oh, genial, me estaba volviendo loca. ¿Qué más daba que estuviera herido de bala? ¿Acaso no me había hecho daño aunque yo estuviera desmayada y todo eso? Uff, no tenía ni idea de qué hacer y eso frustraba y mucho. Llegué a la habitación y respiré profundamente antes de entrar. Estaba muy nerviosa pero era una gran actriz así que lo estaba fingiendo bien.

-Sandra, ¿estás bien?- me preguntó Valeria cuando entré. Ella, obviamente, sabía lo de la rubia.

-Claro que sí, ¿por qué no iba a estarlo?- le respondí con la mayor indiferencia posible que pude fingir. Y pareció funcionar a juzgar por su cara.

-Ya sabes, lo de la chica esta rubia..- empezó a decir perpleja.

-Sé de lo que hablas- le corté rápido. Se quedó más sorprendida aún y caminé hasta ver a Álex despierto en su cama mirándome dulcemente. Me sonrió. No le devolví la sonrisa lo que le hizo quitarla rápido.

-Hola, Sandra- me volvió a sonreir.

-Hola- dije secamente. Puso cara de confundido. Se rascó la cabeza en señal de nerviosismo.

-Ven, siéntate aquí, al lado mío- me dijo dando golpecitos en la cama. Dudé en si sentarme o no, pero cedí. Fui despacio a sentarme a su lado pero no le dirijí la mirada ni una sola vez.

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