Sólo de Dos

Vuelta a la rutina

Caminaba, consciente de mis errores en los pasados meses. Todo había pasado tan rápido que asustaba y no conseguía seguir el curso de las cosas. El verano me había confundido hasta crearme pesadillas.

Llamaron a mi puerta y corrí a ver quién era. Mi mejor amiga Laura me estaba mirando con cara sonriente desde la puerta.

- ¡Dormilona, que vamos a llegar tarde! -

- Ya voy, pesada - respondí cariñosamente.

Con ella había pasado momentos inolvidables y mi verano tenía mucho que ver con ella también. Caminamos hacia el instituto dispuestas a empezar el primer día.

Al llegar nos encontramos a nuestro grupo de amigos: Pablo, María, Dani, Toni, Marina, Lucía y mi mejor amigo Álvaro. Nos abrazamos con gran entusiasmo y empezamos a contarnos nuestras historias y demás. Todos se habían liado mucho y yo no era menos pero no estaba preparada para contarlo. Entramos a la primera clase: Sociales. Era la asignatura que me despertaba desagrado por eso pasaba las clases hablando con los demás.

La sorpresa llegó cuando en vez de aparecer nuestra profesora habitual, apareció un joven de mas o menos 18 años. Todos nos quedamos con la boca abierta; flipamos. Era rubio, alto y bastante apuesto, nada comparado con un friqui.

- Hola, soy vuestro nuevo profesor de sociales, Andrés.- se presentó

Al momento muchas manos se levantaron.

- ¿No es usted un poco joven? - prguntó una chica rubia no muy lista.

- Apenas he acabado mis estudios en la universidad, pero mi madre me pidió ayuda con vosotros y aquí estoy- explicó Andrés.

- ¿Cómo que su madre? - esta vez pregunté yo al quedarme desconcertada con aquella palabra.

- La profesora Paula, vuestra antigua profesora -.

Todos se quedaron callados al oír estas palabras.

- ¿Qué le ha pasado? - preguntó Laura intrigada.

- Basta ya de preguntas por hoy, empecemos a ver lo que vamos a hacer este trimestre - pareció evitar la pregunta lo que a mi me hizo sentirme aún más curiosa, había algo que no encajaba.

La clase transcurrió normal y después por los pasillos nuevas sorpresas encontramos. Había un gran cartel que decía: AUDICIONES PARA GRUPO DE BAILE Y TEATRO. Laura, María y yo nos emocionamos al verlo ya que nos encantaba el teatro y bailar a mí se me daba especialmente bien. Todo iba perfecto. El cartel decía que fueramos el martes al auditorio para enterarnos de cómo iban las cosas. Estuvimos emocionadas todo el día pensando en todo lo que íbamos a hacer, pero en mi mente seguían apareciendo esas imágenes del verano.

Debía olvidarme de todo lo que había pasado, pero no podía evitarlo, la culpa me reconcomía por dentro.

-Sandra, tenemos clase de mates- me dijo Laura. Me sobresalté ya que estaba sumida en mis pensamientos.

- Uy, perdón, vamos-.

-Estás muy rara,¿te pasa algo?- me preguntó mi Laura que debía de haber notado algo raro en mí.

-¿Yo?¿Porqué?- pregunté extrañada a ver si sospechaba algo raro.

- Te noto como, siempre pensando en lo tuyo, distraída.-

- Imaginaciones tuyas, sigo estando igual de loca que antes del verano- me reí intentando parecer convincente.

- Esa es mi Sandra de siempre, te quiero-me dedicó una sonrisa, una carcajada y un gran abrazo.