Sólo de Dos

Amor frenético

Había echado mucho de menos a Laura y necesitaba saber qué había sido de ella y su relación con Andrés. Sobretodo después de lo que escuché en mi casa antes de ser siquiera secuestrada cuando vinieron a cenar él y su madre Paula. Decidí ir a hacerle una visita.

Últimamente, desde lo del secuestro, me costaba mucho ir sola a sitios, incluso siendo la casa de Laura que estaba al lado de la mía. Sentía como si alguien me siguiera y sentía miedo de que me volvieran a encontrar. Aunque, según mis padres, yo ya no corría peligro. Andaba mirando angustiada para izquierda y derecha y rezando por que nadie viniera por detrás. En verdad, por muy atemorizada que estuviera, intentaba no demostrarlo.

Por fin, llegué a casa de Laura y llamé con rapidez al timbre antes de que pudiera pasar nada. Necesitaba estar en compañía.

-Sandra, ¡qué sorpresa! Sabes que los móviles existen, podrías haberme pillado ocupada- me dijo Laura obviamente de broma y riéndose. Me hice la tonta y pasé dentro de su casa.

-Tú nunca estás ocupada para mí, que soy tu mejor amiga- le dije mientras iba hacia su sofá a sentarme. Tenía tanta confianza con ella que esa casa era como estar en la mía.

-Bueno tonta y , ¿a qué se debe tu visita?- me dijo mientras sacaba unas palomitas del microondas y se sentaba al lado mía.

-Pues se te ha olvidado que llevo un tiempo fuera y necesito una actualización de tu vida amorosa. Además te tengo que contar una cosa muy importante.

Al decir esto sonrió bastante y pareció muy interesada.

-Con Andrés las cosas van sobre ruedas. Es muy cariñoso conmigo y atento. Con todo lo de Carla y cuando tú desapareciste estuvo ahí en todo momento para apoyarme. Sólo hay una cosa que no me cuadra y es que desde que volviste, parece que quedamos menos, que está más ocupado. De todas formas seguro que son manías mías. Incluso es mejor por que así puedo pasar más tiempo contigo- me explicó mientras comía y hacía gestos con las manos muy exagerados, como ella era siempre. Graciosa, extrovertida y expresiva en cada acción, gesto o palabra.

-Me alegro de que estéis bien pero puede que tenga la respuesta a por qué no está tanto tiempo contigo. ¿Te acuerdas del proyecto Hudalgo?- le pregunté.

-Sí, ¿qué tiene que ver aquí?

-Pues parece ser que Andrés y Paula están metidos en esto, tanto como mis padres. Escucha lo que te voy a decir porque es importante. Antes de que me secuestraran, vinieron a cenar Paula y Andrés a mi casa un día. Mis padres estaban actuando muy hostiles y extraños. Entonces, después de la cena les escuché hablando y dijeron algo de que Andrés tenía que acercarse a una compañera nuestra del instituto porque su padre era uno de los jefes del proyecto. Andrés estaba destrozado y le decía a su madre que estaba contigo, que no te iba a hacer eso- le expliqué a Laura sin interrupciones y vi cómo su cara empezaba a tornarse seria y confundida.

-No entiendo cómo todo lo que nos pasa está relacionado con el proyecto de una manera o de otra. ¿Entonces me intentas decir que a lo mejor está ocupado solucionando cosas del proyecto o que se está acercando a esa misteriosa chica?

-Sinceramente, no tengo ni idea. Pero piénsalo, desde que he vuelto yo dices que ha cambiado y mis padres ayer me dijeron que habían encontrado la solución al proyecto. Quizás esa es la solución, que Andrés consiga información de los jefes a través de esta chica y la transmita. A lo mejor tienen un plan para acabar con todo esto de una vez por todas Laura- le comenté. Parecía tener sentido todo en mi cabeza y en verdad estaba deseando que todo el proyecto llegara a su fin. Todos mis problemas desembocaban y tenían como origen este maldito proyecto.