P.O.V. María
Y después de conseguir el premio y hacer las maletas, podríamos decir que Pablo y yo pasamos una larga noche de sexo, calor y vicio. Ahora sí me sentía a salvo y protegida entre sus brazos, ya nada ni nadie nos iba a separar jamás, sentía como en el mundo solo vivíamos él y yo... Solamente él y yo.
Me desperté por culpa del triste sonido del despertador, el avión salía a las 11:30 de la mañana y antes de dormir puse el despertador tres horas antes para dejar todo ordenado y bien puesto para cuando volvamos.
- Pablo-susurré su nombre al verle dormido- Pablo, mi amor, despierta.
Me encontraba entre sus brazos cuando dije mis palabras. Como respuesta rápidamente me soltó y se dio la vuelta remoloneando, puso su almohada en su cabeza y resopló.
- Sigo cansado-dijo bajo la almohada.
- Me lo imagino-reí en bajo- Pero el avión sale en nada.
Me levanté de la cama y cogí la ropa que se encontraba en el suelo, cogí la ropa que tan rápido nos deshicimos de ella anoche. Lo guardé en el armario y cogí la ropa que tenía preparada para el viaje, me lo puse en menos de dos minutos.
Cuando me estaba cambiando Pablo me lanzó su almohada y de milagro no caí al suelo del susto.
- ¡Tonto! ¡Casi me matas!
Rápidamente y riendo Pablo se levantó y me cogió de la cintura tirándome a la cama. Comenzó a besar mi cuello y, molesta, le di un leve golpe en el costado para que me soltara.
- Mira rubio, como lleguemos tarde y salga el avión delante de nuestras narices... Te mataré.
Asustado Pablo me miró y no pudo contener la risa.
- Cariño mío, ¡Dentro de tres horas sale el avión, no dentro de tres minutos!
- Pero... No quiero que nada salga mal.
Me acerqué de nuevo a él y esta vez fui yo la que besé sus labios. Le di un abrazo y por un momento me refugié en sus brazos.
- Tanto que decías que teníamos prisas...-dijo después de cinco minutos.
Aún abrazada a él palabras con ritmo llegaban a mi mente tras escuchar las suyas y no pude evitar decirlas.
- Fue imposible evitar las prisas y aún así...
- Me entregaste sonrisas.-me interrumpió.
Nos quedamos varios segundos en silencio mirándonos a los ojos.
- Vale, ha sido muy raro lo que acaba de pasar.
- ¿Qué ha pasado?-preguntó curioso.
- He sentido los mismos cosquilleos que sentí cuando compuse contigo la canción.
- Dios, esto es una señal-dijo riendo.
Le di un leve golpe en el pecho cuando le vi reír, era bastante serio lo que acababa de pasar. ¿Y si algún día eso acaba siendo parte de una canción de Pablo?
- Voy a preparar el desayuno mientras sigues pensando-dice besando mi frente- Tortitas, ¿no?
Asentí tras escuchar sus palabras a la vez que le sonreí. Le solté sin remedio y escuché como tarareando Pablo fue a la cocina. Sacudí levemente mi cabeza y decidí ponerme en marcha. Revisé el contenido de las dos maletas para ver si faltaba algo y convencida de que ya estaba todo las llevé a la entrada. De pronto un mareo hizo que cerrara los ojos y me apoyara en puerta. Abrí los ojos y sin hacer ruido pensé solamente en que mi tensión había bajado levemente como otras veces.
- Desayuno listo, ¿vienes?
Acudí a la cocina tras escucharle y me senté en mi sitio como siempre, apoyé mi codo en la mesa y apoyé mi frente en mi mano para ver si tenía fiebre.
- ¿Estás bien?
- ¡Sí! Creo que me ha bajado la tensión, solo eso.
- Bueno, si necesitas algo sabes que...
Ya, tranquilo. Seguro que no será ni eso-dije besando su mejilla- Ha sido un pequeño susto.
Después de desayunar vimos que quedaba muy poco para que el avión saliera dirección a París. Pablo llamó a Lolo para que nos llevara al aeropuerto ya que él fue quien se encargó de conseguir nuestros billetes. A veces me sorprende lo tanto que puedo llegar a quererle.
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¡Hola familia!
Aquí tenéis el siguiente capítulo, ¿Os ha gustado?
Pobre María, no es la primera vez que tiene un susto como este... :S ¿Decidirán no ir a París por miedo a que le pase algo a María? Todo se verá :)
Gracias a tod@s por vuestros votos y comentarios :) ¡Gracias!
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Sin ti yo me pierdo [Pablo Alborán]
Fanfic— Segunda temporada de "Nunca Estarás Sola" — Por un momento pensé que la vida y el destino se habían puesto de mi parte después de todo, por un momento pensé que la persona que me hacía feliz todos y cada uno de los días iba a permanecer siempre ju...