Capítulo 1

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Narra Nora.

Tuve que quedarme en la biblioteca hasta las 12, y ni siquiera termine el trabajo de literatura. Esa maldita profesora quiere matarme o ¿qué? Lo peor de todo es que al día siguiente tendría que entregar el dichoso trabajo. Salí de la biblioteca buscando el auto de mi hermano Alex, se suponía que tenía que estar allí. Seguramente se volvió a olvidar...

Llamada Telefónica:

- ¡Alex!- Le grité cuando acepto la llamada.
- ¿¡Qué te pasa ahora, estás loca!? ¡Ya es media noche y no viniste! -Me respondió. No sé qué le pasa, estoy llegando a pensar que tiene algún tipo de problema mental o algo así.
- ¡¿Cómo que qué me pasa?! ¡Se supone que tendrías que estar esperándome en la entrada de la biblioteca!-
- ¡Mierda! Se me olvidó. No te muevas de ahí ¿entendido? Ahora mismo salgo a buscarte-
- No, ya no hace falta, me voy yo a casa, tampoco está tan largo-
- ¡No! Espérame ahí, es media noche, Nora. No me gusta que te vayas sola por las calles a esta hora y lo sabes.
- Ya, pero no pasa nada, Alex. Además hay mucha gente por las calles ahora, es domingo. -Miré a los alrededores y lo único que conseguí ver fue la inmensa oscuridad que cubría todo. No había nadie, cosa normal ya que al día siguiente todo el mundo trabajaba, pero no me gusta depender de nadie, además la oscuridad no me da mucho miedo, supongo.
- Nora, no te muevas, ahora mismo voy para allá, ¿me oíste? Quédate donde estas.
- No, ya estoy camino a casa, en apenas cinco minutos llego, no te deberías preocupar por mí tanto, ya no soy una niña, sé cuidarme de mí misma.- Dije ya con cierto tono de enfado, odio que me digan lo que tengo que hacer. No esperé a que me contestara, corté la llamada.

Bajé las escaleras de la enorme biblioteca y empecé mi camino a casa. Todo estaba en total silencio, y apenas se veía el camino para no caerme. Iba por un frío callejón cuando oigo un coche parándose al lado. Un escalofrío me recorrió la espina dorsall. Miré de reojo el coche y pude observar que era una furgoneta negra. He visto muchas películas de terror y eso quizá me haya afectado un poco, pero esto me daba muy mala espina. Empecé a caminar más rápido cuando veo que de la furgoneta sale un hombre, que por la oscuridad tan solo distinguí su altura. Eso me puso mucho más nerviosa y ya casi iba corriendo. Divisé mi casa a tan solo una calle de distancia y conseguí tranquilizarme un poco, pero de pronto ese hombre corría hacia mí y esa tranquilidad se esfumó.

Me quedé paralizada, no sabía qué hacer y cuando salí de aquel trance, ese hombre ya casi me alcanzaba. Corrí todo lo rápido que pude pero aquel hombre me alcanzó cogiéndome por la cintura con una mano y con la otra me tapó la boca con un pañuelo. Empecé a gritar y a moverme, en ese momento estaba histérica. Poco a poco sentí como mis parpados se iban cerrando a causa del aroma que contenía el pañuelo y me metían en la camioneta oscura.

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