Capítulo 50

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Dormimos lo que restaba de día y a la mañana siguiente llamamos a la policía. Llevábamos un par de horas esperándola y yo me ponía cada vez más nerviosa. Christian me abrazaba para tranquilizarme pero simplemente no lo conseguía. Estaba asustada por si El Señor me volvía a encontrar, nerviosa por lo que pasaría entre Christian y yo después y contenta por volver a ver a mi familia y amigos.

Al fin llegaron los dichosos policías. Vi aparcar el coche patrulla en la puerta del motel y avisé a Christian. Un policía bajó del auto y entró en el edificio dirigiéndose a la dirección.

- Hola, me han avisado de que han aparecido dos víctimas del 'asesino del anochecer'. ¿Es cierto? - Dijo el agente y yo me acerqué antes de que el recepcionista le contestara.

- Sí, es cierto agente. Somos Nora Valentaine y Christian Rader. - Dije. El policía nos miró asombrado. - ¿Qué? ¿Por qué se sorprende? - Pregunté con curiosidad.

- La verdad es que desde que sus padres pusieron una recompensa, no paramos de recibir llamadas de gente que dice saber dónde estabas. Suponía que esta vez era igual a las demás. - Me explicó. - Avisaré a los agentes del F.B.I y llamaré a una ambulancia, enseguida vuelvo. - Dijo sonriendo y saliendo rápidamente del lugar sin dejar que respondiera.

- ¿Una ambulancia para qué? - Le pregunté a Christian confusa.

- Para revisar nuestro estado, Nora. Llevo tres años desaparecido, es normal que quieran saber cómo estoy de salud, tanto mental como física. - Explicó Christian.

- ¿Tres años? Creía haberte oído decir que llevabas dos años secuestrado...

- Bueno, este mes cuando te... asaltaron, cumplí los 20 años. Por lo que llevo tres años secuestrado.

- ¡Deberías habérmelo dicho, Christian! - Le recriminé enfadada.

- ¿¡Cuándo!? Si me ignorabas.

- Lo siento. - Me disculpé.

- No importa, ven aquí, cielo. - Dijo abrazándome. Me separé un poco de él para poder mirarlo a los ojos.

- Christian, ¿qué pasará ahora? - Le pregunté nerviosa. Él frunció el ceño sin entender. - ¿Qué pasará entre nosotros? - Le expliqué. Él se puso nervioso y me soltó. Yo agaché la cabeza y antes de que el momento se tornara más incómodo, el policía entró y nos sacó fuera del motel.
Al salir sólo pude ver varios coches patrulla, dos ambulancias y médicos acercándose a nosotros.

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