Capítulo 15

12.4K 658 45
                                    

Intenté tranquilizarme y miré con miedo a Christian. Este se dio cuenta de lo que me pasaba y me cogió por el brazo, adentrándome con él en el baño.

Cerró la puerta con cerrojo.

- Bueno, Nora, sé que no te hace ninguna gracia esto, por lo que se me ha venido una idea a la cabeza. Estamos en el baño, ¿no? Pues aquí no hay cámaras. Nos pueden escuchar, pero no ver, así que podríamos manipular un poco las cosas para que oigan algo que realmente no está pasando, ¿entiendes?- Me dijo susurrando.

- No, la verdad es que no te entiendo, Christian.- Le respondí temblando. No sabía qué clase de idea podría estar pasando por esa cabeza suya.

- Muy fácil. Tú te bañas y yo mientras me meto en el armario del fondo, para no ver nada. Tú tan solo tienes que hablar como si estuviéramos haciendo lo que se supone que deberíamos estar haciendo, ¿vale?- Me explicó él.

- Sí, sí... gracias- Le dije en voz baja, sonrojándome. Lo de pedir disculpas no era lo mío, desde luego.

- No hay que darlas- Me respondió y se escondió en el armario.- ¡Ya!- Me indicó para que empezara nuestra actuación.

- ¡No, Christian! ¡Te he dicho que no voy a hacer esto, joder!- Dije fingiendo hablar con Christian.

Aunque realmente le hablaba al aire, lo que me hacía sentir como una desviada mental.

- Venga, Nora, sabes que debemos hacerlo...no va a pasar nada.- Dijo Christian desde el armario. Escuché cómo se le escapaban unas risitas.

"Venga ya, dejaros de estupideces. ¿Quién os creéis que sois para engañarme? Actuáis realmente mal, aunque debo admitir que ha sido divertido ver a Nora hablando sola." Dijo el señor por los altavoces del baño. Se me erizó la piel al escuchar su frívola voz.

"Os estoy observando, siempre. No penséis ni por un segundo que podéis engañarme porque no es así. Tan solo os daré una segunda y última oportunidad. O hacéis lo que os ordené, o seréis severamente castigados." Dijo el señor cerrando la conversación.

Christian salió lentamente del armario, asombrado. Se acercó a mí y yo lo miré como al principio, con el miedo reflejándose en mi mirada.

- Lo siento, Nora. No sabía que nos veía. ¡Puto cabrón pervertido!- Dijo Christian.

- Yo...no puedo hacerlo.- Dije bajando la cabeza, mientras las lágrimas ya se empezaban a acumular en mis verdosos ojos.

- Hey...tranquila. No pasa nada. No te pongas así, por favor. Hagamos esto rápido y salgamos, ¿sí? No quiero que nos castiguen por algo que sabemos que podemos lograr. Además, si te sirve para tranquilizarte, recuerda que ya te he visto antes desnuda.- Me dijo Christian con dulzura, provocándome que me derritiera por dentro. Me cogió del mentón suavemente y lo subió un poco para que lo mirara. Levantó las cejas preguntándome y yo asentí.

Christian me pasó un brazo por los hombros, intentando proporcionarme más confianza.

Cuando llegamos al borde de la enorme bañera, oímos nuevamente la voz del señor.

"Chicos, me lo he pensado mejor y he decidido que deberíais tener un castigo por haberos comportado de ese modo y encontré el castigo perfecto. Bueno, como la razón del castigo es que queríais evitar que Nora se desnudara, me pareció justo que el castigo sea simplemente, que os desnudéis los dos. Christian, en el armario donde está la ropa de Nora ahora ya hay otro conjunto colocado para ti. El castigo es simple. Christian cuidará de Nora y Nora cuidará de Christian. Es exactamente igual a la primera orden, simplemente añadiendo que Nora tendrá que cuidar de Christian. Bueno...ya os dejo solos chicos. Espero que os llevéis mejor a partir de ahora. Adiós." Dijo el señor.

Christian y yo teníamos los ojos abiertos como platos. No sabíamos qué decir o qué hacer. Miré a Christian bastante nerviosa. Por suerte hacía minutos atrás había comido, si no lo hubiera hecho, juraría que en ese momento yo ya estaría desmayada.

- Bueno... ¿quién empieza?-Preguntó Christian mirándome.

- No-o...n-no lo s-sé- Le contesté mirándome las manos para evitar mirarlo a él.

- Pues... empezaré yo.- Dijo él. Se acercó más a mí. - Date la vuelta, por favor. - Me pidió y yo lo hice rápidamente. Sentí que empezó a bajarme la cremallera del diminuto vestido. Cuando terminó, agarró la falda del vestido y como era ajustado, le costó un poco subirlo por mis brazos y sacármelo. Me dio la vuelta, poniéndome, de nuevo, frente a él, cara con cara. Acercó sus manos a mi pelo y me retiró el cintillo plateado. Lo tiró al suelo, al igual que hizo con el vestido. Me miró de arriba abajo. Yo llevaba una lencería negra de seda. Pero noté que su rostro se tensó. - ¿¡Qué demonios te hizo ese malnacido en el 'juego'!? Estás completamente llena de heridas. - Me dijo elevando su tono de voz por el enfado. Se fijó en mi 'tatuaje-quemadura' y lo rozó con su dedo índice. Yo me aparte con una mueca de dolor en mi cara.- Lo siento, no debería habértelo tocado. Es horrible lo que te ha hecho...Pero luego habrá tiempo para curarte. - Me dijo sonriéndome, para tranquilizarme un poco. Me sujetó por la cintura con las dos manos y estas fueron ascendiendo por mi espalda hasta dar con el broche de mi brasier para después, desabrocharlo.
Casi como de forma automática me cubrí los pechos con las manos y bajé la cabeza notando cómo mis mejillas se tornaban a un rojo intenso. - Venga, tranquila, que ya solo queda una prenda. Te juro que no estoy mirando nada, de verdad.- Me dijo en un tono suave y yo asentí tímidamente. Dirigió sus manos al borde de mis bragas y las fue bajando a la vez que él se agachaba. Giró la cabeza mientras se agachaba para no estaba mirar nada. - Levanta los pies, por favor.- Me pidió e inmediatamente lo hice. Me sacó la última prenda que me quedaba y se erguió de nuevo.
- Bueno... es tu turno, Nora...- Me dijo Christian inseguro.

SecuestradaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora