Secuestrada

Capítulo 25

- ¿¡Traidor yo!? ¿Por qué? - Le contestó gritando Christian.

- ¡Siempre te traté mejor que a los demás y lo sabes! ¡Te consideré mi amigo leal, te di a las mejores chicas, te daba la mejor comida, la mejor habitación! ¡Y ahora me traicionas, haces cosas sin consultarme! ¡Si querías acostarte con Nora me lo deberías haber dicho y yo te hubiera complacido, pero veo que prefieres hacer las cosas a mis espaldas....! Andrew, ¡Coge a Nora ahora mismo! - Gritó El Señor lleno de furia.

- ¡No! ¡No la vas a tocar! ¡No voy a permitir que la viole ni Ángel ni nadie! -Le contestó Christian firmemente. El guardaespaldas llamó a otros dos y entre los tres consiguieron cogerme. Yo no paraba de forcejear y de gritar pero obviamente eso no servía de nada, eran tres hombres musculosos contra una joven débil.

- ¡No, suéltenme! - Grité y le mordí el brazo a uno de los guardaespaldas, tan fuerte que le hice sangrar un poco. Los otros dos guardaespaldas me soltaron y justo cuando iba a correr hacia Christian uno de ellos me grita.

- ¡Maldita zorra! - Gritó antes de pegarme una intensa bofetada en la mejilla, lo que hizo que cayera al frío suelo. Gemí de dolor cuando me pegó una patada en las costillas. Con lo débil que estaba seguro que me había fracturado algo.

- ¡Hijo de puta! ¡Déjala! - Gritó Christian y corrió hasta mí. Sorprendentemente ninguno de los tres guardaespaldas se lo impidió. - ¿Nora? ¿Estás bien? - Me preguntó.

Yo estaba en forma fetal, así que me cogió por la cintura, me levantó e hizo que enrollara mis piernas en su cintura, cogiéndome como a un niño pequeño. Le rodeé el cuello con los brazos y apoyé mi cabeza en su hombro. Él me agarró por el trasero para sujetarme. En aquel momento ese detalle no me importó en lo más mínimo.

- Tranquila... - Me susurró en el oído, lo que hizo que las típicas mariposas del estómago, desconocidas para mí, comenzaran a danzar en él poniéndome nerviosa y contenta a la vez.

- Andrew, Bryan, agarrad a Christian para que no se escape y seguidme. James, agarra a Ángel y seguidme igualmente.