Capítulo 1

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Una kunoichi, a simple vista muy inocente, paseaba por el territorio del clan Akamatsu con un sólo propósito; asesinar al líder. Esta chica tenía el cabello largo de un color negro azulado, sus ojos eran color perla, y su boca y nariz eran pequeñas. Ella es una Hyūga, y por ende, posee el famoso Byakugan. Es muy raro verla como una criminal de rango S, puesto que la rama secundaria, de la cual ella formaba parte, tiene en su frente una marca que los controla para que no desobedezcan, y mucho menos se alcen en contra de la familia principal. Se preguntarán ¿cómo ha escapado de esta maldición? Pues fácil, Hyūga Yumiko es muy fuerte aunque su cuerpo la delate. Ha logrado escapar de su... "esclavitud".

—¿Dime, dónde está tu clan? ¿No vendrán a dar su vida por ti? —Yumiko tenía al líder del clan Akamatsu acorralado, a punto de morir. Le apuntaba con su inseparable arco y flecha, con su famoso Byakugan activado.

—Mi familia está lejos. No sufrirán. Ya era hora de un cambio —el anciano, llamado Tadashi, estaba sangrando de su brazo derecho, se le veía agotado. Yumiko le había dado en sus puntos de chakra, interrumpiendo la circulación del mismo.

—Dado el caso, déjame apresurar ese "cambio" —dicho esto, la Hyuga disparó, dando por muerto a ese anciano que alguna vez fue la cabeza de un clan desconocido, pero importante para él—. Ustedes los líderes son muy débiles.

La criminal se alejó de ese lugar, inexpresiva, como si nada hubiese pasado, como si matar fuera de lo más normal. Y es que así era, al menos para ella. Lo que hacía era matar sólo a los líderes. Un simple capricho de la chica, ya que Hyūga Hiashi, el actual líder del clan Hyūga, la torturaba con esa marca característica que tenía en la frente. El dolor que sentía era inexplicable, lo odiaba por eso. Odiaba a todo en clan por no revelarse, esa es la razón por la cual se escapó.

Y pasados ya algunos meses, desde que Yumiko se volvió conocida por su extraña forma de matar, una persona se fijó en ella. Esa persona era de Akatsuki; y ese Akatsuki se llamaba Pain.


(...)

—La quiero en la organización —dijo el pelinaranja entranto a la sala, donde todos los integrantes se encontraban hablando.

—¿A quién? —preguntó un chico de ojos violeta y cabello blanco.

—Hyūga Yumiko, esa chica se hace conocer muy rápido. Nos servirá mucho, y necesitamos su Byakugan.

—¿Y está buena? —volvió a preguntar—. Porque si es así, me ofrezco a traerla.

Aparentemente, ese integrante de Akatsuki no era únicamente reconocido por matar o estafar personas. Aquella curiosa organización tenía unos miembros que fácilmente podrían confundirse con unos payasos que se creen ninjas de alto rango.

—Hidan, déjate de perversiones —habló un chico con un aspecto parecido a un pez, ya que tenía branquias. Su piel era medio azul, al igual que su cabello.

—Deidara, Sasori, harán que venga por voluntad propia. Le conviene tanto a ella como a nosotros —Pain le ordenó a un chico rubio y a otro pelirrojo, ignorando el comentario de Hidan y Kisame, quien era el hombre con rasgos de pez.

—Hum... ¿Y si no quiere venir? ¿Puedo hacerla explotar? —preguntó el rubio, llamado Deidara.

—No. Ella vendrá. Ahora vayan —Pain parecía de las personas que no hablan mucho. De hecho, muchos de los Akatsuki eran así.

Ahora, un ninja promedio podría confundirlos fácilmente, como se mencionó anteriormente. Pero sin duda los altos rangos y autoridades de todo el mundo shinobi, sabían que al encontrarse con uno de ellos podrían correr el riesgo de morir en poco tiempo.

¿Crees que me harás explotar? [Deidara]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora