¿Crees que me harás explotar? [Deidara]

Capítulo 8

Pain aún no lograba entender porqué la Hyuga le había pedido una misión personal. Eso quiere decir que no irá con la capa de Akatsuki, será sólo una criminal suelta por un momento. Claro, si él se lo permite.

Cuando se enteró de su relación con Orochimaru y su subordinado, Kabuto, pasaron dos cosas por su cabeza; la primera es; ¿Cómo hizo para encontrar su guarida? Se supone que el Sannin pertenecía a esta organización, y como tal se supone que tiene la capacidad para esconderse y no ser detectado; y la segunda; ¿Por qué alguien como él la ayudaría? Si él fuera Orochimaru, hubiera dejado que se muera, a menos que lo amenace, ¿Eso hizo?

-Pain-sama, le agradecería mucho que me dejara ir. Es importante.

Pain lo pensó una vez más. Si la dejaba ir, probablemente algunos ANBU de cualquier aldea detectarían su presencia, dependiendo de donde se encuentre Orochimaru; no se puede arriesgar a perder el Byakugan de la organización. Será mejor que vaya con su compañero, Tobi.

-Está bien-culminó-. Puedes ir, pero será con Tobi.

No, no, ¡No! Todo menos eso... Pensó. Muy aparte de ser un tema personal, a Yumiko no le agradaba la compañía infantil de Tobi. Podrá ser habilidoso y tener buenas técnicas, pero no es nada bueno en ser sigiloso. Al menos eso fue lo que ella comprobó estos últimos meses en sus misiones.

-Discupe, pero... ¿Es necesario que él me acompañe?-preguntó.

-¿Alguna otra sugerencia, Hyuga? No puedo arriesgarme a perder el Byakugan, tienes que ir con alguien.

Ella no lo había pensado así. Al salir sola, toma el riesgo de que inmediatamente la localicen, no importa en qué aldea, todos buscan a estos criminales.

Sin embargo, no podía dejar que alguien como Tobi-que no conoce nada sobre ella a pesar de ser su compañero-la acompañe. Estaría de preguntón por todo el camino y podría llegar al extremo de querer jugar a las escondidas con Sasuke.

Obviamente terminaría en un golpe, provocando que la cara de paleta salga volando a quién sabe dónde.

Él único que la conoce y sabe de esto, es Deidara. Esa es la única opción que le queda.

-¿Deidara puede...?

-¿Quieres que él te acompañe?-La interrumpió-. Es más débil que tú, lo que quiero es que estés protegida, no al revés.

-Yo creo que así podría ser mejor, Pain-sama... No confío mucho en Tobi para que me acompañe a una misión personal. Si no está de acuerdo, lo entenderé.

Pain se volvió a hacer más preguntas, definitivamente esta chica era extraña. Si no tenía confianza en Tobi, ¿Por qué la tendría con Deidara? Estaba muy claro que el líder de Akatsuki no sabía lo que pasaba. Ahí está la consecuencia de pasar más tiempo en la aldea donde vivía que con su organización de criminales súper raros.

-Quiero que vuelvan en una semana como máximo. Asegúrate de que nadie los localice ni se enteren del lugar de donde vienen, ¿Comprendes?-Yumiko asintió-. Puedes retirarte.

-Muchas gracias, Pain-sama.

Hizo una referencia y se retiró sin decir más. Ahora el problema era decirle a Deidara que le hiciera ese gran favor.

Yumiko entró a su habitación, debía fijarse cuantas pastillas le quedaban; cinco. Exactamente para diez días, si es que las pesadillas no se interponían. Luego, a la hora de la cena, bajó al primer piso, donde todos los integrantes de Akatsuki se encontraban cenando. Algunos de ellos, como Itachi, Sasori y Pain, se llevaban la cena a su pieza. Yumiko haría lo mismo, pero tiene que hablar con Deidara, y ahora es el último momento del día en que puede hacerlo.