¿Crees que me harás explotar? [Deidara]

Capítulo 13

-¿Yumiko-sempai? ¿Por qué está actuando tan emo?

Por una única vez, desearía que Tobi se callara la boca. Lo peor es que lo que dijo era cierto. No había alzado la cabeza desde que descubrió que lloraba y no podía suprimirlo.

Pasó por su cabeza un vago recuerdo de Uchiha Sasuke. Ese niño parecía más un emo que el vengador de su clan. Se había rebajado a tal nivel de comportarse similar a él. Era gracioso en cierto modo.

Tobi posicionó su mano derecha en su barbilla y se quedó ahí parado, como si estuviera pensando algo muy importante. Segundos después, se sentó al frente de Yumiko cruzado de piernas.

-Tobi cree que Deidara-sempai la quiere a Yumiko-sempai mucho, mucho, mucho. Cuando Tobi los vió...

Rápidamente, Yumiko alzó la cabeza y se levantó de un tiro.

¿Ese maldito no tiene respeto alguno hacia nadie?

-¡¿Sabes que espiar las conversaciones es malo, paleta?! -Le reclamó casi gritando.

-Sí, sí, sí, pero eso no era conversación, era una novela en vivo. ¡A Tobi le gustan las novelas!

No ganaba nada peleando con un niño atrapado en el cuerpo de un criminal. Tenía unas ganas tremendas de darle un puñetazo y mandarlo al mismísimo infierno. Pero se contuvo, y lo único que hizo fue chillar muy molesta e irse caminando a un lugar un poco alejado.

Tobi la siguió cual perro a su dueño. Se puso en frente de ella, deteniendo su paso y comenzó a hablar.

-Eh... ¡No es lo que Tobi quería decir! ¡Tobi le explicará a Yumiko-sempai! -Se excusó moviendo ambos brazos de arriba a abajo.

Cualquier tontería la podría distraer de sus pensamientos tan confusos ahora.

Yumiko se cruzó de brazos y esperó a que su compañero comience.

-Tobi cree que Yumiko-sempai debería de darle una oportunidad a Deidara-sempai. Tobi vió todo este tiempo que los dos se quieren mucho, mucho, mucho.

¿Se querían? ¿En verdad pensaba eso?

Él le confesó que la ama, ese simple hecho hace que su corazón se rompa en mil pedazos. No puede amar, no después de todo lo que pasó.

Pero, nadie nunca le dijo que la amaba a parte de su madre.

Su padre no la veía casi nunca por las misiones, además lo perdió muy joven al igual que su madre. Y Katsurou, él solo la trataba como amiga. Nunca le dijo que la ama, o si quiera que la quiere o aprecia. Nada.

La única vez que se enamoró, tal vez fuese la equivocada. Y esta vez probablemente sea la correcta. Deidara podría ser quien estaba esperando. Darle una oportunidad... ¿Estaría bien?

¿Ya no sufrirá más si está a su lado?

Hay algo en que sí estaba segura. Con él, Yumiko era feliz por primera vez en su vida. Deidara la hacía feliz.

-¿Yumiko-sempai? ¿Está escuchando a Tobi?

¿Qué hago aquí? Tengo que hablar con él.

Dejó a su compañero hablando solo. De alguna manera, debió de agradecerle.

Se supone que ahora Deidara, Tobi y Yumiko son el único equipo de tres personas en Akatsuki y su primera misión juntos, era atrapar al jinchuriki de tres colas. Y para eso, todos deben de estar e el mismo lugar todo el tiempo. Esa es la gran suerte que Yumiko tuvo, porque de lo contrario, tendría que buscar a Deidara por todo el bosque, probablemente donde se escuhen explosiones.

Estaba casi a treinta metros de distancia. Se le podía ver a Deidara completamente perdido en un punto vacío. ¿En qué estaba pensando? Nunca debió de dudar de sus sentimientos hacia él.

Pero, ¿ella sería capaz de consesarlo tal como él lo hizo?

-Deidara-kun...

La vió tan hermosa como siempre. Pero, al instante, desvío su mirada con un ligero color rojo en sus mejillas casi invisible. Le había dicho que la ama hace apenas una hora o tal vez más, ¿estaba bien eso? ¿Confesarse tan abiertamente a alguien tan cerrada y fría?

-Yo... Yo... Ugh, quiero decirte que...

¿Nerviosa?

¿Hyuga Yumiko estaba tartamudeando nerviosa?

-¿Pasó algo, Yumi-chan?

Deja de llamarme así, tarado. Yumiko se estaba muriendo por dentro. ¿Así de bien se sentía antes que le llame de esa forma? Hace unos meses, pudo golpearlo por decirle así. Ahora, probablemente Deidara sea él único que pueda dirigirse hacia ella con tal confianza. Su voz provocaba en ella un revoloteo total en su estómago y un paro mínimo de su corazón, ahora confuso por tantos sentimientos.

No salían las palabras. Qué decir... Creo que también te amo, pero me hice la difícil porque se me dió la puta gana. No. Simplemente, no.

Una pequeña chispa de esperanza cruzó por la mente del artista. Tal vez le daría una oportunidad, tal vez hasta le corresponda a sus sentimientos.

-Que ya tenemos que irnos. Tobi ya localizó al jinchuriki de tres colas.

Su expresión decayó, estaba algo decepcionado. No, solo ilusionado. Esa es la palabra que lo describía.

Silencio. No solo por parte de ambos, sino que también él viento que azotaba a los árboles paro por un momento. Parecía que él tiempo de detuvo. Era incómodo.

-Cl-claro... Será mejor que vayamos a capturarlo.

Deidara se levantó de su sitio rápido, no quería hacer que el ambiente se ponga aún más incómodo de lo que ya era.

Eres una estúpida, Hyuga. ¡La captura de los jinchurikis, ¿En serio?! Pensó, mientras caminaba hacia donde había dejado a Tobi.

¿Para qué fue allí entonces? ¿Para hacer el ridículo frente a él? ¿Para dale falsas esperanzas?

En esos momentos, Yumiko se maldecía internamente. Por no tener el valor suficiente para decir algo que ya había escuchado hace unos momentos. Por no querer sentir nada hacia nadie. Por enamorarse cuando no lo necesitaba.

Sintió que alguien la miraba. Se alarmó al instante, tal vez podrían ser unos shinobis. Pero en cuanto giró su vista hacia atrás, se tranquilizo al darse cuenta que era Deidara quien la estaba observando.

-¿Pasa algo? -preguntó Yumiko, algo extrañada por la actitud de su acompañante.

Rápidamente, él desvió su mirada.

-Eh, no... -tartamudeó.

Yumiko regresó su irada al frente. Estaba soltando un millón de maldiciones por su actitud.

Joder, si no le digo ahora, ¿Cuándo lo haré?