¿Crees que me harás explotar? [Deidara]

Capítulo 12

Esa sensación de tener de vuelta ambos brazos era extraña. Deidara aún no estaba del todo acostumbrado. Cuando Kakuzu le cosió, literalmente, los brazos, se sintió algo incómodo. Tardaría unos cuantos días es reincorporarse. Suficiente para la extracción del segundo bijuu.

-¿Cómo te sientes?

Pero si puediera, estaría en ese estado por mil años con tal que ella le preste más atención.

Paró de ver al vacío y se acomodó en su sitio sentado al pie de un árbol. Cuando la vió, quedo embobabo como casi siempre. Su largo cabello oscuro se movía ligeramente por la brisa y sus ojos brillaban con la luz del sol del mediodía. Se veía tan hermosa, que en ese momento, quería pintar un lienzo sobre ella.

-Bien, bien. ¿Sabes? Creo que Kakuzu me puso más músculos -bromeó alzando sus brazos.

Yumiko se acercó hacia él, se arrodilló para quedar a su altura y tomó su brazo derecho para examinarlo. Su dedo índice pasó lentamente por la costura que Kakuzu había cosido. Su entrecejo estaba un poco fruncido y parecía que en cualquier momento activaría su Byakugan, cosa que no pasó. Luego, comparó el grosor de ambos brazos. Algunos cabellos caían tapando algo de su cara, lo cual le impedía ver sus grandes ojos color perla.

Esa loca, incensata y estúpida idea pasó por su cabeza. Por kami, si lo hacía, tal vez termine al otro lado del bosque por la gran paliza que le daría. Pero vale la pena arriesgarse, ¿no?

Tomó veinte segundos de valor y, decidido, acercó su mano izquierda hacia esos mechones rebeldes que ocultaban sus bellos ojos. Los pasó por detrás de su oreja y mantuvo su tacto en la mejilla de Yumiko.

Ella lo miró fijamente con algo de sorpresa en su expresión. Era la primera vez que se fijaba en sus ojos, ambos azules como el cielo de ese día. No quería admitirlo, le gustaba. Podría pasarse horas viendo solo sus ojos.

No pronunciaron ninguna palabra. Ambos estaban perdidos en su mundo, el cual ellos habitaban sin nadie más, solo los dos.

Yumiko posicionó ambas manos en sus hombros y, lentamente se acercó hasta quedar a una distancia casi nula de su rostro. No entendía lo que hacía, y tampoco le importaba. Cerró sus ojos y se dejó llevar.

La besaría, por fin. Todos sus esfuerzos darán sus resultados. Deidara se sentía en el mismo paraíso junto a ella.

Solo unos milímetros más...

Menos que eso.

-Deidara-kun...

Su voz, tan... Melodiosa y perfecta para sus oídos, hacía que las ganas de probar sus labios se vuelvan más incontrolables e impacientes.

-¿Sí?

Yumiko abrió sus ojos y con unas simples palabras...

-No puedo... Perdona.

Todo se vino abajo.

¿Qué pasaba si ella se enamoraba y luego él moría igual que antes?

¿Qué haría si le vuelve a pasar lo mismo?

Soportar dos veces una pérdida así, era casi imposible. Las personas con las que Yumiko tomó cariño, murieron. Su padre, su madre, Katsurou... Ahora Sasori. Si Deidara moría ahora no podría vivir con eso. En cuanto más ama, más pierde y sufre; y estaba llegando a amarlo como a nadie en su vida.

Yumiko se separó de él y se paró, dispuesta a irse y pensar un poco. Fue algo muy cruel de su parte tener que llevar todo hasta ese punto. A ella también le dolía. Le dolía no poder encariñarse con nadie. Le dolía no poder amarlo por miedo a perderlo. Le dolía mucho.

Apenas se volteó, Deidara la detuvo, agarrando su muñeca derecha.

-¿Por qué?

-Ya, déjalo, no entenderás.

¿Qué estaba haciendo? ¿Por qué se esfuerza tanto en tenerla junto a él? ¿A qué límite llegan las personas por ese sentimiento tan extraño?

La calidez de su cuerpo le reconfortaba. Ambos brazos rodeando su cintura la hacían sentir protegida, a pesar de saber defenderse sola. Ella no se lo esperaba. No se esperaba que la abrace tan de pronto. Pero le gustó tenerlo cerca, aunque no quiera tener más amistad con él por miedo.

Sí, Yumiko tenía miedo, como todo ser humano.

-No tienes idea de cuánto te amo.

Las ganas de besarlo y a la vez darle una bofetada se hacían cada vez más grandes. No sabía qué decir o qué hacer, ella no es para nada experta en ese asunto. Tal vez lo que dijo Deidara es mentira, tal vez es solo temporal y que luego se le pasará. O tal vez de verdad hay alguien que la ama.

Pero no quiere saber eso. Es mejor no arriesgarse a perder a alguien más, a no sufrir como lo hizo antes.

-No. No tengo idea. Y no quiero saberlo.

Le dolía hablarle tan directa e inexpresiva, a pesar de que hace unos minutos se comportó completamente diferente. Pero no. No puede amar a nadie más, no puede encariñarse. Ya lo hizo con Sasori y terminó muerto. Cometió un gran error.

Con el valor que le quedaba, se deshizo de su abrazo y, sin mirar atrás, desapareció.

¿En qué estabas pensando todo este tiempo? Nada de vínculos, Hyuga, se reclamó a sí misma.

Inconscientemente, después de ordenarse tal cosa, una lágrima calló por su mejilla. ¿Desde cuándo ella llora por esas tonterías?

Yumiko ya no pensaba igual que la vez en que conoció a Deidara y Sasori.

-¡Joder, soy un idiota! -gruñó justo después de que se vaya.

Nunca debió confesarse, y nunca debió de intentar besarla. Si no la hubiera conocido, tal vez todo se diferente.

Diferente, pero no mejor. Todo lo contrario.

¿Qué más pudo hacer para evitar que se fuera? Estaba tan cerca de besarla, y tuvo que suceder eso. Pensaba que por un momento, ella lo quiso. Hasta en un extremo, que lo amaba.

Pero eso no le pasa a un criminal, a un asesino. Los shinobis renegados nunca tienen finales felices. Todos desean su muerte. Y, por lo que hizo, probablemente no tenga derecho a ser querido, sobre todo por ella.

Hubiera sido tan perfecto que ambos fueran personas normales, en una aldea normal, con amistades normales y una familia normal. Dicen que lo normal es aburrido, pero al menos es mejor que ser un criminal de alto rango.

-

Subí otro cap :'v re empalagoso y re rompe kokoros.

¿Alguien más quiere pegarle a Yumiko por retard? (._.)/

Ahre, que yo la hice así a la pobre 7-7

Soy malota lgkiskfianfw >:3

¡Voyen y comenten que les pareció!
¡Bye! :D

*la matan :'v*