Capítulo 23

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—¿Ella es...?

Hyūga Hinata desactivó su Byakugan al detectar el chakra de su familiar. Ella sabía desde siempre que Yumiko no merecía nada de esto.

Rápidamente, buscó entre la gente a su compañero más cercano, Ryū. Y, al mismo tiempo, les rogó a Sakura e Ino que la acompañaran para ayudarles; o por lo menos solo a Yumiko.

—¡Estás loca Hinata! Ni pienses que ayudaré a una Akatsuki. Tal vez su plan a fin de cuentas era querer paz, pero esa organización nos hizo mucho mal. No entiendo porqué la quieres ayudar —dijo Sakura queriendo convencerla que lo mejor era dejarlos a su suerte. Podrían causar más problemas.

—Sakura-san, y-yo... Sé que es probable que muestren hostilidad... P-pero ella es una Hyūga al fin y al cabo —Se excusó. Luego dirigió su mirada a la rubia, quien no había soltado palabra luego de la petición de Hinata—. Ino-san, por favor dime que me ayudarás.

—No lo sé. La frentona en parte tiene razón... Deberíamos ir preparadas si nos atacan o algo... Además, todos estamos debilitados, sobre todo Sasuke-kun y Naruto. Sakura y yo tenemos que ayudar a los heridos.

Hinata bajó la mirada al recordar que Naruto esta muy mal herido. Él y Sasuke habían perdido un brazo en una pelea, de la cual desconocía al oponente. Ambos seguían inconscientes y se encontraban en esos momentos bajo cuidado de Tsunade. En pocas horas todos volverían a sus aldeas, pero lo primero era curar a los heridos, y los ninjas médicos escaseaban.

Sakura seguía negándose plenamente a ayudar a su amiga azabache. No podía hacer tal cosa. Sin embargo, Ino se lo estaba pensando.

—Escucha, Hinata. Vamos rápido, le ayudo con sus heridas y regresamos aquí. No pasó nada y no ayudamos a nadie —giró su vista hacia Sakura, quien se encontraba algo asombrada por la respuesta de la rubia—. Eso te incluye a ti. No digas nada, frentesota.

Sakura dudó, no sabía si detenerlas por estar apuntó de cometer algo estúpido, o dejarlas ayudar a esa chica. Se rindió al ver la cara de Hinata, ella nunca cambiaría con respecto a sus actitud, era tan amable que no podía decirle que no cuando quería ayudar a alguien.

—Yo no sé nada —Se limitó a responder antes de retirarse a ayudar a algunos heridos.

Hinata le agradeció con la mirada, y llevó a Ino a que la acompañara a buscar a alguien, que sabía perfectamente que estaría muy interesado en saber que ella sigue viva, Ryū.

(...)

Yumiko desactivó su Byakugan por fin con un rayo de esperanzas. Podía sentir el chakra de la alianza shinobi, eso significaban ninjas médicos. Aunque no debería alegrarse demasiado, ya que era muy probable que no les ofrezcan ayuda.

Se detuvieron a descansar un momento. Las vendas de Deidara estaban muy sucias manchadas de ese tono carmesí que le aterraba. Hubiera querido seguir caminando, pero ninguno de los dos estaba en condiciones.

—¿Cómo está tu pie? —Le preguntó el rubio algo decaído.

Yumiko hizo un ademán con su mano, iniciando que se encontraba bien... o lo más cercano a eso. Se encontraba muy agotada y adolorida al igual que Deidara, todavía no estaban seguros si recibirían ayuda. Pero habría que intentarlo.

Era horrible sentirse de esa manera, tan devil e indefensa. Odiaba tener que ir a pedir compasión a aquellas personas a las que hizo mucho daño, era perder el orgullo de una manera increíblemente rápida. Yumiko se sentía muy dañada psicológicamente.

—¿Qué tal si voy a buscar agua? Tal vez haya un pequeño río o lago cerca, tú espérame aquí y...

—Estás loco, ¿no? —Le interrumpió Yumiko—. Si vas solo y te pasa algo, no podré ir a ayudarte, tal vez ni siquiera llegue a enterarme lo que te pasó.

¿Crees que me harás explotar? [Deidara]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora