-¿Qué hacen estos dos aquí? -preguntó el actual Hokague, reemplazo de Tsunade-. Hinata, Ino, saben bien que...
-¡L-lo sabemos, Kakashi-sensei! -Se apresuró a decir Hinata-. Solo... solo hay que llevarlos a Konoha, p-por favor. Tengo una petición que hacerle, y para eso es necesario que haga papeleo. Cuánto lo lamento... e-espero comprenda.
A pesar de esa petición por parte de Hinata, ambos ex Akatsuki fueron atados para evitar algún tipo de escape o ataque hacia la alianza. Ya de por sí era extraño encontrarse entre tanta gente que únicamente los conoce por sus malos actos. Yumiko sentía que la mataban con la mirada. Era rechazo; algo a lo que estaba acostumbrada.
Además, estaba el irritante Kakashi, quien se ofreció él mismo a atarle las manos por detrás de su espalda. Parecía como si se estuviera burlando de ella. La Hyūga deseaba infinitamente estamparle un golpe, pero sabía que no era una buena idea, considerando que cualquiera allí la podría matar.
-¿Qué planeas, Yumiko-san? -preguntó Kakashi a espaldas de ella.
-No te importa -bufó cortante y con claro desprecio hacia él.
-Claro que sí me importa. Estás a punto de entrar en la aldea que ahora está bajo mi mando -dijo, remarcando la autoridad que él poseía -. No me interesa si planeas llevar un vida pacífica. Si tú y ese akatsuki intentan algo, atente a las consecuencias, linda.
Ella sabía que responderle iba a traer malas consecuencias. Pero las ganas increíbles de mandarlo a la mierda se le hacían cada vez más fuertes. Lo odiaba de verdad. Odiaba su actitud tan tranquila. Odiaba que pareciera que no le importe nada. Y odiaba esa estúpida máscara.
Yumiko intentó ignorarlo con todas sus fuerzas, y milagrosamente lo logró. Desvió la mirada hacia los demás shinobis. Algunos la reconocían a ella, y otros a Deidara, todos con las mismas expresiones; odio, rencor, desprecio y hasta miedo. Era obvio, pues ambos eran una deshonra para su aldea.
El par de criminales quedaron bajo vigilancia de unos ANBU, mientras que Hinata hablaba con su sensei sobre el pequeño trato que habían acordado antes de llegar. Claro que dentro de eso, no contaban con que los apresarían y ataran.
Tsunade, la ahora ex Hokague, se unió a la conversación, aparentemente para darle algo de ayuda a Kakashi en la toma de esa decisión. Estaban decidiendo el futuro de ambos, y eso ponía algo nerviosa a Yumiko. Puede que los encarcelen a pesar de que Hinata abogue por ellos.
Unos según dos después, los demás kages se unieron a la conversación, dándoles una sorpresa a Deidara y Yumiko.
-¿Él no debería de estar muerto? -farfulló Deidara, casi a punto de liberarse para encarar a ese pelirrojo-. Parecen cucarachas. No importa cuántas veces las pises, siempre salen vivos.
Cómo no iba a reconocer la principal causa de la muerte de Sasori. El Kazekage, Sabaku no Gaara. La sangre del rubio hervía a mil. Deseaba verlo nuevamente muerto, al igual como hicieron con su compañero. Quería volver a matarlo.
-Ustedes vendrán Konohagakure -ordenó el Hokague.
(...)
El único sentimiento que abordó la mente de la chica, fue la nostalgia, a pesar de ver a esa aldea tan cambiada luego del ataque de Pain.
Aunque, no era lo mismo. No sentía que ese era su hogar. Ya no. Al pasar nuevamente por las viviendas del clan Hyūga, no sintió lo de antes. Ella era una extraña ahí.
Acompañados de dos guardias, Hinata y Kakashi; Deidara y Yumiko entraron al palacio Hokague. Era la primera vez que el rubio entraba ahí desde hace años. La última vez, fue cuando visitó la aldea de pequeño, cuando aún era un genin. Había olvidado en su mayoría cómo era ese lugar. Y volver a verlo le hacía recordar los escasos días que pasó ahí.
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¿Crees que me harás explotar? [Deidara]
Fanfic«La vida puede cambiarte de un segundo a otro si le apetece. Y Hyuga Yumiko era una clara víctima de ese cambio tan repentino.» *** -> Creada en agosto del 2015 (aproximadamente). -> Portada hecha por mí. -> No se acepta ninguna copia o ada...