Capítulo 21

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|Capítulo doble para compensar la demora, ahre :'v. Aquí se narrará TODO el sueño, es como un relleno, lo sé (? Al final del capítulo, pondré una nota algo larga donde explicaré el porqué de mi ausencia|

Abrió los ojos de golpe esperando sentir un dolor horrible.

Pero no fue así.

En vez del cielo, estaba el techo de color crema. En vez de sentir el césped sucio y lleno de piedras y astillas que dañaban su espalda, sintió una suave sábana que cubría el colchón de la cama en la que se encontraba.

Yumiko giró su vista hacia la izquierda. Había un armario abierto lleno de ropa. Al lado, una mesa con un pergamino abierto y a punto de caerse. Hacia el frente había una puerta cerrada. Quiso pararse, pero antes de hacerlo, escuchó el sonido de otra puerta abrirse.

—¿Yumi-chan? Pensé que seguías dormida —Parecía que se acababa de dar una buena ducha, se encontraba sin camisa y secando con una toalla su cabello mientras salía del baño.

De golpe se sentó en la cama. Sus ojos estaban abiertos a más no poder y, poco a poco, comenzarían a llorar. Sintió frío en su cuerpo por dejar las mantas de lado, e inconscientemente, levantarse para abrazarlo como si fuera la primera vez en años que lo haya visto. Rápidamente, las plantas de sus pies se enfriaron con tan solo tocar el suelo por unos instantes.

Él no entendía lo que le sucedía a Yumiko, ni siquiera sabía porqué comenzó a llorar tan silenciosamente. De todas formas no se negaría a abrazarla.

—¿Pasó algo, nena? —preguntó acariciando su oscura cabellera y, seguidamente, besó su frente con delicadeza.

Una pesadilla, eso, ¿verdad? Parecía muy real...

Vagos recuerdos de lo que había pasado antes de despertar en ese lugar pasaron por la cabeza de la Hyūga. Una guerra, muchas muertes, ese gigantesco chakra enemigo que se podía sentir desde kilómetros a la redonda. Todo, aunque muy borroso.

Ese era solo un mal sueño. Uno muy largo. Esa no era su vida. Ella no había vivido nada de eso, ¿verdad?

Su vida estaba ahí, en Konoha, con Deidara, en un alto puesto de ANBU. Con Kakashi, Itachi, Ryū, Katsurou de compañeros. Era un sueño.

Todo. Todo era un sueño.

—Nada, nada. Solo... Tuve una pesadilla —Sin darle importancia a esos recuerdos tan horribles, le dio un corto beso en los labios a Deidara.

—¿Enserio? ¿Quieres esa droga extraña otra vez? —bromeó.

—Idiota, es medicina. Y no la necesito ahora.

Él esbozó su típica sonrisa juguetona que tanto le encantaba a Yumiko y, sin pensarlo, lo besó. Parecía como si hubiera pasado mucho tiempo desde que podía disfrutar de sus besos tan apasionantes. Parecía como si fuera la primera vez en donde podían disfrutar sin ningún peligro cerca. Era su pequeño paraíso.

Todo lucía perfecto, en paz y sin que nadie los moleste. Pero el sonido de unos cuantos golpes en la puerta principal del lugar en el que se encontraban los detuvo.

Obviamente, Yumiko no sabía quién rayos sería, qué quería, o si la conocía, por último. Ni siquiera sabía donde estaba, y porqué solo usaba un camisón como prenda esa mañana.

—Oh, lo olvidaba. Katsurou, Ryū y su novia iban a pasar a buscarnos para el festival de verano. Creo que debí decírtelo ayer —dijo Deidara mientras pasaba una mano por su nuca con una sonrisa traviesa.

Espera, ¿dijo Katsurou?

Ella trató de actuar de lo más normal, como si verlo de nuevo creyéndolo muerto fuera común.

¿Crees que me harás explotar? [Deidara]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora