Esperar más de dos horas no era nada agradable si eres un Akatsuki. Se debe estar alerta por cualquier movimiento enemigo, que son prácticamente todos los shinobis habidos y por haber.
Claro que todo eso se le olvida a Deidara sabiendo que lo está haciendo por esa chica.
Pasaron unos minutos más, que parecían eternos, hasta que por fin pudo ver a la Hyuga salir de esa guarida con una bolsa de tela, al parecer con la medicina.
-¿Ese chakra era el de Sasuke?-preguntó.
Él se dió cuenta que hubo una corta pelea, el chakra se podía percibir de lejos. Simplemente esos dos poseían un gran poder.
-¿Primera impresión? Es un estúpido, presumido, engreído y malhumorado. Cree que es el más fuerte sólo por ser el mejor de su generación. Lo peor de todo es que es cierto hasta donde yo sé.
Al decir estas palabras, Yumiko recordó el día en que conoció al famoso ninja que copia, Kakashi Hatake, el hijo del colmillo blanco. Reconocido por ser uno de los mejores jounin de Konoha, ex ANBU y un fanático de los libros eróticos, lamentablemente. Fue en una misión, el Hatake había perdido a sus dos compañeros de equipo en diferentes misiones, para ese entonces, Katsurou ya estaba muerto.
Casi al instante Yumiko lo odió, por subestimar la a ella y a su compañero, Ryū, también perteneciente del clan Hyuga. Esa misma frase, la famosa "Primera impresión".
La chica se arrepintió de juzgar a Sasuke después de recordar todo eso. Tal vez ese mocoso llegaría a ser más fuerte, Orochimaru ya le puso una marca de maldición, eso aumenta considerablemente su poder.
-Yumi-chan-La llamó Deidara, sacándola de sus recuerdos.
-¿Ah...?
-¿Qué tanto piensas, eh? Hace cinco minutos que teníamos que irnos y te quedaste ahí parada.
-Nada que te importe. Anda, ya vámonos. Pain-sama nos dió una semana y ya pasaron tres días.
El rubio soltó un suspiro, estaba cansado. Esta chica se parecía mucho en actitud a Itachi, extrañamente eso le gustaba.
El camino de vuelta a la guarida Akatsuki tardaría tres días como máximo, como si fuera un viaje de Konoha a Suna. La única diferencia es que todo eran árboles, arbustos, árboles, algunos riachuelos, árboles y más árboles.
La primera noche fue igual que las anteriores. Revisaron el perímetro y se echaron a dormir.
La segunda fue algo extraña. Yumiko no podía dormir aunque intentara, probablemente era una noche más de insomnio. Se la pasó mucho tiempo con los ojos bien abiertos, envidiando a su actual compañero por estar dormido.
Sin hacer ruido, la chica se levantó alejándose de ese lugar, tenía que despejarse un poco. Llegó a un lugar muy lindo, una de las muchas cascadas que habían en esa zona.
Yumiko se sentó al borde del pequeño lago que formó la cascada y lo único que hizo fue observar como caía el agua.
Pensó. Pensó en Konoha, en los pocos amigos que dejó ahí, en su hogar, en su familia. Últimamente se le da por hacer eso, en todo el tiempo que estuvo fuera, jamás se le pasaba por la cabeza esa estúpida aldea. Ahora, en estas ultimas semanas, eso es lo único que hace. Cualquier cosa le hace recordar a su lugar de nacimiento.
-Así que aquí estabas. Por un momento creí que te había pasado algo, hum, ¿No deberías de dormir?
Y lo más probable es que Deidara tenga que ver con todo eso.
De todas formas, él se sentó a su lado, ignorando completamente la manera indirecta de Yumiko de echarlo de ahí.
-¿Nunca dejaras de joderme, verdad?-replicó la chica después de ver su acción.
-Para eso te acompaño. Si no, estarías más aburrida que Itachi sin dangos por un día.
Yumiko no pudo evitar una leve sonrisa. Era casi imposible que ese tipo lograra hacerla sonreír así de fácil, ¿Cómo lo hacía?
De alguna manera, para la Hyuga, él podía hacer que cambie de ánimo, ya sea para bien o para mal, es una de las pocas personas que ha podido.
-Genial, ya van dos veces-concluyó Deidara.
-¿A qué te refieres?-interrogó borrando nuevamente esa sonrisa, la segunda que logró esbozar desde que entró a la organización. Algo difícil de creer, pero cierto.
Lo más raro; Deidara llevaba la cuenta de eso.
-Que pude ver esa hermosa sonrisa-dijo sin quitarle la vista de sus ojos color perla que tanto lo volvían loco.
-No lo hagas, por favor-pidió Yumiko, al notar como la miraba.
Conocía eso, ya le había pasado hace años. Los ojos iluminados en completa concentración hacia la persona, la constante atención y los muchos intentos de hacerla sonreír, que, para su mala suerte, habían dado buenos resultados.
Simplemente, no quería que Deidara se enamorara de ella. Yumiko tiene un sólo propósito para estar ahí: cumplir con lo que se le diga para después ser recompensada como se debe. No deseaba perder el tiempo en esas cosas. Al menos eso era lo que ella creía.
-¿Hacer qué?-preguntó de repente el rubio, cambiando a una expresión de confusión.
-Deja de hacerme cumplidos, no tienes porqué.
Deidara sonrió nervioso. Tenía muchas razones para hacerle un cumplido, y una de ellas es que quería ver a su verdadero lado sentimental. Él quería averiguar quién es en realidad Hyuga Yumiko cuando muestra sus sentimientos, en lugar de esconderlos.
¿Por qué enamorarse de una Tsundere? Eso es tan masoquista como los rituales de Hidan. Estaba dispuesto a conseguir algo más que un par de sonrisas involuntarias por parte de la chica. Desde que la conoció, el plan siempre fue ese. Una verdadera obra de arte, culminada con una explosión. Aunque no estaba seguro, no después de lo que habló con Danna hace algo de tiempo. ¿De verdad él estaría dispuesto a hacerla explotar, ya sea figurativa o literalmente?
El silencio que inundó ese espacio se volvió algo incómodo, al menos para Deidara, porque al parecer, la Hyuga se veía entretenida viendo la pequeña cascada que se encontraba al frente de ambos. Él se levantó y puso una mano en el hombro de la chica.
-Será mejor que sigamos-dijo caminando en dirección a su destino actual.
El corazón de Yumiko dió unos fuertes latidos de repente. Abrió bien los ojos, sorprendida por tal reacción, esto no era normal en ella. Lo primero que pensó, fue que algo andaba mal en su organismo. Un motivo podría ser la Arritmia, cuando el corazón tiene latidos irregulares. Debe ser eso, se convenció a sí misma.
Sin darle más vueltas al asunto, Yumiko se paró y caminó siguiéndole el paso a Deidara. A esta paso, estarán al día siguiente reportando su petición completada exitosamente.
Lo único que hizo Hyuga Yumiko en todo este tiempo, fue preguntarse el porqué de esos latidos tan repentinos.
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¿Crees que me harás explotar? [Deidara]
Fanfiction«La vida puede cambiarte de un segundo a otro si le apetece. Y Hyuga Yumiko era una clara víctima de ese cambio tan repentino.» *** -> Creada en agosto del 2015 (aproximadamente). -> Portada hecha por mí. -> No se acepta ninguna copia o ada...