Habrían pasado horas, comenzaba a oscurecer ya, cada vez les quedaba menos tiempo a ambos criminales para tomar la decisión que cambiaría sus vidas. Pero no era tan fácil, Deidara y Yumiko ahora mismo tenían un muy mal momento, incluso peor que haber estado en ese calabozo por un par de días.
La Hyūga salió de la pequeña casa que ocupaban por un día, ardiendo de ira. ¿Acaso le habían lavado el cerebro a Deidara? Había olvidado por completo todo lo que le hicieron en ese lugar, y simplemente buscaba su comodidad. O al menos eso era lo que pensó durante todo el día.
Estaba consciente de que era observada por un par de shinobis de rango ANBU, algo obvio.
Caminaba por los alrededores, donde por un lado veías las casas y negocios, y por otro el bosque frondoso que es lugar perfecto para entrenar. Recordó nuevamente los días de su infancia, con su equipo aún completo. Katsurou, Ryū y ella eran tan buenos amigos... de los pocos que tenía. Ellos, a pesar del complicado humor de la pequeña, decidieron brindarle su amistad. Al menos en esos momentos su vida no era tan horrible. No lo pudo apreciar, tal vez era feliz. Fuera de la mansión de los Hyūga, tal vez era feliz.
—Yumiko-san, ya es tarde para caminar por aquí, ¿no cree?
La chica rodó sus ojos, irritada con tan solo escuchar el sonido de su voz. Giró sobre sus talones y pudo observar al ahora Hokague sentado en una de las bancas del camino que ella recorría.
—Al grano, Kakashi. ¿Qué quieres?
—Eh, más respeto al Hokague —replicó en voz calmada—. Solo quiero hablar.
—¿Hablar de qué?
—De ti. Tú vida, las desiciones que tomaste, la actitud que adoptaste, y los extraños gustos sentimentales que tienes —Yumiko lo miró mal y enseguida recordó la pelea que tuvo con Deidara—. Quiero saber qué te motivó a escapar, prácticamente ya estabas en ANBU, ¿por qué?
—Qué gracioso, le pregunté lo mismo a Itachi —ironizó.
—Habló en serio, Hyūga.
Kakashi se acomodó en su sitio y observó con detenimiento a la chica, esperando una respuesta. Esta vez no parecía tan despreocupado como siempre.
Si algo conocían bien de él, es que cuando quiere, puede ser el hombre más serio y maduro que puedas ver. Las cosas importantes son lo que son, y debe dar la talla como shinobi, y ahora, Hokague.
La única diferencia era que, este no era un asunto de la aldea ni una misión a la que asistir. Simplemente quería averiguar qué demonios pasaba por la cabeza de esa chica para desperdiciar tales habilidades. Sabía muy bien cómo es el clan Hyūga, pero, ¿llegar a ese extremo de arreglárselas para librarse? Siempre hay una historia detrás.
Yumiko se acercó al asiento de Kakashi y sentó a su lado, lo más apartada posible, cabe destacar.
—No necesito contarte cómo es el clan, tú lo sabes —Él hizo una seña con su mano, indicando cierta afirmación, aunque no por completo—. Mis padres fallecieron protegiendo a ese hombre, sé que debemos hacerlo, pero no estoy de acuerdo. Antes de Neji, yo debía entrenar a Hinata. Cuando no lo hacía bien, él activaba un jutsu con el cual hacía que mi marca me queme, todo mi cuerpo se sentía débil, muchas veces pensé que moriría.
»Cuando el dichoso niño dotado llegó, yo ya no servía en ese lugar, dejaron de darme facilidades al entrenar. La única cosa que aprovechaba era observar los jutsus que Hiashi hacía y los copiaba con la práctica. Como tú, solo que sin sharingan, además me costaba semanas. Entonces aprendí casi todo por mi cuenta, nunca sentí que la rama secundaria recibía el trato que merecía. Ryū era el único con quien a veces hablaba de eso.
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¿Crees que me harás explotar? [Deidara]
Fanfiction«La vida puede cambiarte de un segundo a otro si le apetece. Y Hyuga Yumiko era una clara víctima de ese cambio tan repentino.» *** -> Creada en agosto del 2015 (aproximadamente). -> Portada hecha por mí. -> No se acepta ninguna copia o ada...