capítulo III

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Hoy he vuelto a pasar por el parque y me he acordado de aquel chico corriente de ojos azules que un día me dió un pelotazo y me llevo a merendar unos sándwiches exquisitos. Hacía como dos años que no pasaba por aquí y que no me acordaba de Neizan.
Después de que mi madre muriera y de que mi padre y yo nos cambiáramos de ciudad las cosas han cambiado mucho y al volver a este parque me ha venido todos los recuerdos...

Me encanta haber vuelto a mi ciudad de siempre, me sentía incompleta pero ahora todo va mejor, mis amigas de siempre siguen estando aquí y están como siempre ayudandome.

Hoy hacía dos años que mi madre murió y no podía estar en nuestra casa, se me venían las paredes encima y he decidido dar un paseo yo sola para pensar y estar tranquila, he decidido sentarme en aquel banco pero ahora ya no son aquellos niños que jugaban a fútbol, ahora son otros y de ellos sí que no quiero un pelotazo...
-Hola enana, hacía mucho que no te veía por este parque ¿vienes a buscarme? - No es verdad, esa voz... ¡Es Neizan! Pero que hace aquí, ya es casualidad, aunque ya lo digo yo, el destino no sabe ni él mismo lo que nos espera.
-Madre mía, dos años y sigues igual de engreído, que pasa que tú no maduras o qué.
-Claro que maduro pero sé ver cuando alguien está coladita por mi y tú desde ese día estás loca por mi.
-Si piensas que por una simple merienda me tienes locamente enamorada es que eres más engreído de lo que yo pensaba.
-Entonces no estás locamente enamorada de mi porque sólo fue una merienda, está bien, vamos a cenar y ya me cuentas.
-¿Y si tengo planes que pasa?
-Que los cancelarás por mi- Es un engreído, un estúpido y un egocéntrico, además hoy tengo una cena en mi casa con mi familia por el aniversario de mi madre...
-Vale pero pagas tú la cena y eliges el sitio pero como sea un sitio cutre me voy, avisado quedas.

Me ha traído a un restaurante precioso y muy romántico, menos mal que hemos pasado antes por mi casa para cambiarme porque en chándal no podía entrar aquí. La terraza está llena de flores y enredaderas y pequeños farolillos y en cada mesa una vela encendida, adentro es prácticamente igual pero aún más acogedor, todo está en colores suaves y lleno de velas y flores, es el restaurante perfecto.
Nos sentamos y me pongo a observarle, ha cambiado, ya se le ve más hombre, se ha dejado barba y ya no lleva sudaderas y Nike, ahora lleva una camisa, unas bermudas y unas náuticas.
-Bueno enana cuéntame que has hecho estos dos años, dejé de verte por el parque.
-Pues me mudé de ciudad porque destinaron a mi padre a otra y poco más. A los meses de aquel día dejé de verte jugar al fútbol que pasa te metieron en un correccional o qué.
-No tonta- creo que me he pasado con ese comentario, me ha mirado con mala cara, tendría que pensar más lo que digo -estaba estudiando para selectividad, necesitaba mucha nota y no podía permitirme estar toda la tarde en el parque pero si te sirve de consuelo entré en la carrera que quería.
- Y cual es esa carrera tan importante que necesita tanta nota.
-Medicina - No me lo puedo creer, es médico, cada cosa que conozco de él me apasiona más, es increíble que después de dos años siga alterandome tanto...

Pasó la velada y fue maravillosa, nos conocimos mucho y no paramos de hablar. Después de la cena nos fuimos al parque y seguimos hablando como dos amigos que se conocen de siempre y después de muchos años se encuentran y se ponen al día, cuando la verdad es que no conocíamos nada el uno del otro. Llegamos al banco donde me dió el pelotazo y me confesó que lo hizo queriendo, no lo puedo creer, estoy muy enfadada
-La verdad es que lo hice aposta, quería hablar contigo y no sabía como hacerlo y en ese momento pasó eso por mi cabeza y lo hice y funcionó - me encanta como se ríe y como hace dos años, mi enfado se esfumó
-Eres tonto, ¿no era mejor un hola tienes hora o algo así? No, tuviste que darme un pelotazo - No me lo creo, me ha besado, me ha cortado cuando estaba hablando y me ha besado.
Es increíble, nunca me había sentido así. No sé cómo pero pasamos la noche juntos, jamás pensé que pudiera sentir esto.

Por aquella noche, por aquellos besos y caricias, por aquel ardiente deseo que sentiamos, aquellas ganas de ser uno, esas ganas de absorbernos, de no separarnos, de perdernos entre las sábanas de mi cama, de encontrar refugio en el otro, de enredarnos, de perder la noción del tiempo, ser solo tú y yo, ganas de no olvidarnos, de recordarnos por siempre, esas ganas nos volvían locos el uno por el otro, me volvía loca la espera de tenerte, de sentirte, de saber que por una noche eras mio y yo tuya, me pertenecias, cada centímetro de tu cuerpo era mio, cada peca y mancha de tu cuerpo llevaban mi nombre y podía hacer contigo lo que quería, morder tus labios, arañar tu espalda , todo estaba permitido.
Por aquella noche desenfrenada, por el desvelo, por todo lo sucedido, indescriptible, aquella noche indescriptible, esa noche que jamás podré olvidar, esa noche que ahora me atormenta, que me enloquece, que me hace romper a llorar porque ya no está, se fue, no volveremos jamás a esa noche, no tendremos otra igual ni comparable, en definitiva no tendremos otra noche, no juntos, quizás con otros pero jamás será como nuestra noche, la noche que escribimos nuestra historia donde éramos los escritores y los protagonistas. Esa noche que marcó un antes y después en mi vida, en nuestra vida, donde complementabamos lo nuestro, el comienzo del fin, la noche dulce y a la vez amarga.
Esa noche que no me deja olvidarte, que me incita a pensarte, que me hace quererte.

No puedo creerlo, mi primera noche con él, bueno tengo que confesar que era mi primera noche con alguien, se podía decir que era un libro en blanco...

"Ella era un libro en blanco, él era el mejor escritor." Qué razón, yo era un libro en blanco donde nadie antes había escrito ni siquiera habían intentado mirar hasta que llegaste tú, mi escritor favorito, el escritor de mi historia, el escritor que me inventó; lo nuestro era la historia más bella jamás contada, sacada del mejor libro de cuento de hadas, aquellos donde había principe azul que rescataba a su princesa de la torre más alta del reino, tú eras ese principe que me rescató de mi torre. Escribiste en mí como si de tu propia historia se tratase y en el fondo asi era, eras el protagonista de todo mi mundo y eso me encantaba, me dejaba llevar por tu guión, me hacias estremecer cuando sentia cómo escribias en mi espalda con tus besos y con tus dedos. Escribiste en mi todo lo que querías, escribiste hasta los puntos y comas y el punto y final que tanto temía que pusieras...

Una historia cualquieraWhere stories live. Discover now