Capítulo X

22 1 0
                                    

Después de esto que hago, quedan 5 minutos para el embarque y sigo aquí. No sé que hacer.

-Señorita, ¿embarcará en este vuelo?
Me quedo callada...
-Sí, disculpe.
-Muy bien, siga recto y que tenga un buen vuelo.
-Gracias.

Increíble, estoy volando sola hacia la ciudad del amor después de que mi chico corriente de ojos azules me haya dejado.
Miro por la ventana y no puedo evitar llorar...

-Disculpa, ¿estás bien?
-Sí, eso creo - Es un chico más o menos de mi edad, tiene acento francés pero habla perfectamente mi idioma, está sentado en la fila 18D y yo en la 18C por eso se habrá dado cuenta de que estoy llorando. Odio que me vean llorar pero no puedo evitarlo, estoy rota en mil pedazos...- Gracias por preguntar.
-Si necesitas algo avísame, la gente está para ayudar a los demás.
-Muchas gracias.
Agradezco de verdad que alguien quiera ayudarme pero ni yo misma sé como me puedo ayudar.

Ya estoy en el hotel, es muy bonito pero me siento desgarrada, siento un vacío en mi pecho que hace que me cueste respirar, parece un agujero negro que me quiere absorber. Ahora mismo me encantaría eso, que me absorbiera y acabar con toda esta mezcla de sentimientos.
Jamás había sentido tantas cosas al mismo tiempo: enfado, decepción, tristeza, amor, asco...

Decido dejarme de tonterías e irme a conocer la ciudad, cojo mi cámara de fotos, la mochila y el mapa de Francia y salgo a la calle.

Hoy he visto poco porque he llegado tarde del aeropuerto y busco un restaurante para poder cenar algo. La verdad es que no tengo nada de hambre, los disgustos me quitan el apetito pero como decía mi abuela
-Alice, algo tendrás que tener en el estómago sino empezarás a comerte a ti misma por dentro- nunca entendí eso de comerme a mi misma por dentro pero me dió mal rollo y siempre intento comer algo aunque sea sin hambre.
He entrado en un restaurante de comida rápida, me voy a pedir lo más sencillo que he visto en el cartel cuando de repente
-Hola, eres la chica del avión ¿verdad?
-Ah hola, sí soy yo.
-Veo que estás mejor, ¿que te vas a pedir?
-Me pediré el menú número 5, hoy no tengo mucho apetito.
-S'il vous plaît un menú número 5 para la señorita.
-Muchas gracias.
-Si quieres puedo hacerte de guía de Francia, conozco cada rincón de esta ciudad
-Eres muy amable pero me las apaño con el mapa
-Muy bien pero toma, por si cambias de opinión.
Me ha dado su número en una servilleta, es muy simpático y amable pero me apetece estar sola.

He vuelto al hotel y me he metido en la cama, genial es una cama doble, una cama donde íbamos a hacer el amor todas las noches, ahora lo único que verán estas sábanas serán a una chica llorar...

Por más que me gustaría decir que te he olvidado, que ya no te pienso, que no sonrío cuando recuerdo los momentos a tu lado, que no recuerdo tus labios ni tus manos en mi cuerpo, te estaría mintiendo, te mentiría de tal manera que iría directa al infierno, porque no es así, no te olvido ni nunca lo haré porque este final no es el que nos merecemos, no nos merecemos un final, no, un final no, quizás un punto y a parte hasta el próximo capítulo de nuestras vidas, en ese capítulo todo irá bien, no habrán errores ni despedidas, esta vez no. Todo habrá cambiado y será nuestro momento, habremos aprendido de errores pasados, tendremos las cosas claras y sabremos que solo nos necesitamos a nosotros mismos.
Pero si te dijera todo eso sería una ilusa, una ingenua y una niña que aún cree que no hay final hasta que no es un final feliz.

Una historia cualquieraWhere stories live. Discover now