Máscaras

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Un día inusual; primero Clint me cuenta su vida (muy rara de hecho, no más que la mía), y luego me encuentro cara a cara con 'El hombre hormiga'. Es algo que muchos no van a poder contar.

Clint y yo, caminamos hacia la salida, sus botas hacen eco en las paredes, lo cual me molesta un poco, no tanto como para golpearlo, pero sí lo es.

-Tu siempre pensando-comenta Clint poniendo fin al silencio y haciéndome olvidar el sonido de sus botas.
-Usualmente lo hago-respondo sin mas que decir.
Él Guarda silencio y digo:
-¿A dónde vamos?-
-Un lugar-añade.
-Sabes que no me gustan las sorpresas-digo.
-Lo sé-dice feliz.

En la salida tomamos un taxi, Clint se acerca al conductor para susurrarle el destino, fue precisamente para que yo, no pudiera escuchar, lo hace de aposta; siempre lo hace y me encanta.
El recorrido es corto, él paga con veinte dólares y me abre la puerta para que yo salga. Los modales de caballero no son de mi agrado, acercar la silla para que la mujer se siente, hacer cumplidos, ser carismático, así no lo quiera; son algunos ejemplos, todos esos comportamientos sobreactuados son simple basura, lo hacen para hacer creer que son educados, simples máscaras. Las máscaras; hipocresía barata que ejercen las personas para aparentar ser diferentes y no se dan cuenta de lo falsa que se ve la actuación, no hay que ser caballero para ser amado, no hay que ser dama para ser querida; solo hay que ser, quien quieran ser.

Miro a Clint abrirme la puerta mientras estira su mano para ayudarme a bajar, se le ve confundido cuando yo abro la otra puerta del taxi y salgo por mi cuenta, sube las manos a su pecho con admiración y los dos caminamos por la acera.
-Me encanta-comenta Clint.
-¿Qué?-pregunto.
-Tu forma de ver el mundo-responde sonrojado.
Río por un momento.

¿Mi forma de ver el mundo?, es simple; me concentro en la realidad y en el ahora , no hay más futuro que el presente, el futuro puede alterarse pero el presente nunca lo hará. Cuando la gente piensa en el futuro es porque carecen del presente.

-¡Acá es!-grita Clint muy emotivo.
Observó un edificio de apartamentos con espejos en la fachada y quedo paralizada, ¿él piensa pagar esto?.
-¡¿Aquí?!-chillo.
-Si, ¿porqué?-pregunta colocándose unas gafas de sol.
-Es costoso-digo.
-Mmm, ni tanto-responde.

Entramos y una chica nos mira de los pies a la cabeza, tal parece que no somos del tipo de personas que compran apartamentos caros en Nueva York; es eso ó los dos estámos sudorosos y sucios, hasta podríamos ensuciar con nuestras botas la alfombra roja ubicada en el centro de la sala.
-¿Viven acá?-pregunta la chica que nos ha estado mirando.
Ella es guapa, su cabello es castaño y liso, sus ojos café oscuro, posee una gran figura, dota de cenos grandes y tiene unos pómulos impresionantes; de seguro Clint se fijará en sus pechos antes de verla a la cara.
-No-contesto.
-Si-me contradice Clint.

<¿Porque siempre lo hace, le gusta hacer eso?>

-¿Entonces si viven acá o no?-continúa la chica.
-¿Como te llamas?-le pregunta Clint.
-Liz-contesta ella.
-Querida Liz, si vivimos acá-añade Clint.
Los tres vemos una limosina en la entrada y Liz dice:
-Hasta luego-se despide y sale por la puerta principal.
-Simpática ¿no?-bromea él, sabe que me hará enojar; no le daré el gusto.
-¡Si claro!-soy sarcástica por un momento.
Él se ríe a carcajadas y cuando para, se acerca a un hombre con traje que ha salido de una pequeña oficina.

1.Black WidowDonde viven las historias. Descúbrelo ahora