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Seguíamos sentadas en la mesa de la cocina, pensando que íbamos a hacer. Los chicos seguían durmiendo, y no había rastros de vida por parte de esos tres individuos. 

-Buen día. -dijo mi hermano entrando a la cocina en bóxer. Ninguna de las dos contestó. No, Gravano. Yo esta no te la perdono. -Buen día les dije. -alzó un poco la voz. -Uh se levantaron mal, váyanse a la mierd* las dos. 

-¿Por qué no le va a hablar a la rubia? -dijo mi amiga y yo me reí. 

-Dejalo, dejalo, ya se le va a pasar al tonto este. -cuando terminamos de desayunar, fuimos con Bian a buscar a Salvador a la casa de mi mamá. Cuando volvimos a mi casa ya estaban todos levantados y sentados en el sillón. 

-¿Ya se les pasó? -preguntó Gonzalo, volvimos a ignorarlo y subimos a mi habitación. Cambiamos a Salvador con una remera que decía "Yo sonrío y todas se mueren" y un pantaloncito azul. Bajamos rápido y los ignoramos otra vez. Tomamos un taxi hasta Combate y cuando llegamos estaba Paio en la puerta. 

-Hola mi vidaaaaa. -le grité y lo abracé. Él estaba mal desde hacía unos días porque Paula dijo que estaba saliendo con un tal Dumbo, Dungo, Dunga, qué se yo, y Paio todavía no podía soltarla. 

-Hola enana, ¿qué pasó que no viniste con Rama? -hice una mueca y él entendió. -¿Y vos, Bian? 

-Lo mismo que ella. -los cuatro entramos y Salvador se durmió en mis brazos. Cuando Ramiro llegó, quiso hablarme, pero yo ya había corrido y entrenado y él no, así que se tuvo que ir y yo me fui con Bruno. 

-Hola, ______. -dijo Bru, mientras jugaba con Salvador. 

-Hola Bru, ¿cómo estas?

-Bien, ¿vos? Con Rama ¿todo bien? -negué con la cabeza y él me miró. -Uh, mejor no pregunto. -me abrazó y vi a Ramiro que nos miraba, le resté importancia y seguimos hablando un rato más, hasta que llegó la hora de ir al estudio. Salvador estaba con mi papá, que había venido a vernos a Gonza y a mi. 

-ESTO ES COOOOOOMBAAAAAAATEEEEEEEEEE. -dijo Fierita, el programa empezó, yo jugué tres juegos y gané dos, uno me lo ganó Bian que me dió un abrazo después de disputarlo. 

Fierita empezó a hablar del tema, de lo que había pasado la noche anterior, que Ramiro, Nacho y Gonzalo habían ido a bailar, todo lo que pasó, y habían cosas que ni Bian ni yo sabíamos. Flor y Pau no entendían nada. No sabían que estaba pasando, y Nico miraba de atrás de cámara queriendo matar a Ramiro. 

-Después les cuento chicas. -me limité a decir eso y ambas asintieron. Yo solamente tenía ganas de irme a casa y acostarme un rato con Salvador. Cuando el programa terminó, yo no tardé y salí corriendo a tomar un taxi, no quería ver a Gonzalo, ni a Ramiro, ni a Nacho. No podía creer que mi hermano permitió que el papá de mi hijo estuviera con otra EN FRENTE SUYO. Y no puedo creerlo de Nacho tampoco, pero bueno.. las cosas pasan, y de los errores se aprende.

Llegamos a casa unos minutos después, Salvador empezó a subir la escalera gateando y yo fui a la cocina a prepararle la mamadera. Cuando terminé, Salvador ya iba por la mitad, lo alcé a upa y lo subí. Una vez en mi habitación, cerré la puerta con llave y Salvi se tiró en la cama. 

-¿Qué pasa, bebé? -pregunté.

-Mami, zo quero tocar la batería. -sonreí.

-Bueno, mami mañana te va a comprar las baquetas así tocas ¿dale? Más adelante te compro la batería. 

-Zi, mida, yo puedo tocar. -agarró dos palitos que encontró por la habitación y empezó a golpear la mesita de luz. -Como dicen losh sabiosh, abiba siempre oscureshe, se te shecan losh labiosh y todo todo te lo ofeshen. 

-Ay mi vida, ¿me tocas otra vez? -volvió a tocar y esta vez lo filmé y lo subí a instagram, puse "Presión, Callejeros by: Salvador, mi rockero bajito. Te amo, bebé." 

Escuché que golpeaban la puerta. 

-¿Quién es? -grité.

-Tu hermano.

-Mi tío, mi tío. -dijo Salvador, le dije que se callara. 

-¿Qué queres?

-Hablar con vos, _______. No seas boluda. -abrí la puerta y lo miré.

-Me decís boluda a mi cuando traes a dos pibas que no conoces a dormir a casa y además dejas que el papá de mi hijo me engañé con cualquiera. Así no.

-Primero que nada, yo a mi casa traigo a quien quiero. -dijo, y ya no quise escuchar más, cerré la puerta con los ojos llenos de lágrimas y empecé a guardar mis cosas y las de Salvador. 

Esta es su casa, los voy a dejar tranquilo a todos. Los vamos a dejar tranquilos a todos. 

Pero no me importa, porque si estoy con él no me hace falta nada. Te amo, mi Salvador. 

Mi elegido {ramiro nayar}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora