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Las horas pasaban, Salvador estaba durmiendo y yo me encontraba sentada en el piso y mirando por el ventanal. No podía creer todo lo que estaba pasando, de un día para el otro estaba sin rumbo y no había una razón, bah, en realidad sí. 

Prendí mi celular y automáticamente un segundo después sonó. Ramiro. Atendí.

*Llamada telefónica*

-¿Qué queres? -dije al contestar. 

-Quiero hablar con vos, enana. Dale.

-¿Ahora? ¿Después de que me dejaste plantada? No, no, Ramiro.

-Te puedo explicar. 

-No necesito que me expliques. 

-Por Salvador. -bufé.

-Me mudé, ahora te paso la dirección por mensaje. 

-Un beso. Te amo. 

-Beso.

*Fin de llamada telefónica.*

Le envié el mensaje y unos minutos el timbre comenzó a sonar. Abrí la puerta y ahí estaba el, yo, por mi parte, no estaba muy linda que digamos, tenía una colita mal hecha, una musculosa negra y un short blanco suelto. 

-Hola. -dije y él pasó. 

-Hola. -le hice una seña para que se sentara en el sillón blanco que adornaba la sala. Me senté a su lado y esperé que hablara. -Fue todo un mal entendido.

-Ay Ramiro, si vos pensas que yo me voy a creer esa estás muy equivocado. 

-La quinta de Paio se suspendió porque no sé que le pasó a el, y Nacho nos dijo a Gonza y a mi para ir a un boliche, yo al principio me negué pero Nacho dijo que era un rato y volvíamos, aparte para pasar un rato de amigos. Yo me olvidé de avisarte y Gonza me dijo que le había avisado a Bian y que seguro ella te iba a avisar. Pero no te avisó. Y esas fotos son de mucho antes. Porque fijate que Gonza no aparece en ninguna. 

-Bueno, eso te lo creo. Pero ¿y las rubias?

-La rubia que se llevó Gonza ni idea, pero la otra estuvo con Nacho. 

-A mi me dijo que había estado con vos. 

-Nos preguntó los nombres a los tres. Nacho y yo somos mellizos. Si querés preguntale. Quizás nos confundió.

-Me dijo que ustedes se pasaron los números. 

-Yo no le pasé mi número a nadie porque la mayoría del tiempo me la pasé en el baño vomitando lo que había comido al medio día. Así que...

-Bueno, está bien. 

-Perdón gorda, vos sabes que yo te amo, y que aunque quiera no puedo verte mal. 

-Yo también te amo Rama. -se acercó a mi y me besó. 

-¿Te parece si nos quedamos acá calentitos y no salimos? -preguntó mientras besaba mi frente y me abrazaba. 

-Sipi.¿Comemos algo?

-Dale, lo que quieras. -y unos segundos después estabamos comiendo fideos con salsa. -____. -me llamó.

-¿Qué pasa? -le pregunté

-¿Por qué renunciaste a Combate? 

-Porque quiero pasar más tiempo con Salvador. 

-¿Qué esta haciendo el enano ahora? 

-Esta durmiendo, se cansó mucho, hizo muchas cosas. -dije y nos reímos. Más tarde le mostré toda la casa. 

-Creo que mi lugar favorito es tu habitación y la de Salvador. La vista que tienen es impresionante. Pero... a todo esto... ¿por qué te mudaste?

-Porque me peleé con Gonzalo y bueno, el me dijo que era su casa y la verdad es que cero ganas de pelear por una boludes, así que me fui y listo. 

-Admito que me gusta más este lugar que la casa de antes. -los dos nos reímos. 

-Sí, a mi también. 

-¿Mañana vas a Combate conmigo? -preguntó, asentí. -Pero vamos porque te hice una sorpresa. 

-Bueno, mi amor. Dale. ¿Hoy te quedas a dormir?

-Si vos querés. -lo besé y al ratito nos fuimos a dormir. 

A la mañana siguiente me levanté por unas risas provenientes del living. Me levanté y vi a Ramiro y a Salvador riéndose. Me acerqué a ellos y los saludé con un beso a cada uno. Preparé el desayuno, un té para mi, café para Rama, la mamadera para Salvador y tostadas para los tres. 

El día pasó con normalidad y a las tres y media fuimos los tres a Combate. Yo me quedé hablando con las chicas y les conté lo que había pasado. 

¿Mi hermano? Ni se me acercó.

El programa empezó y nosotros nos quedamos atrás de cámara. El rojo había perdido el día y tenía que nominar, el nominado fue Ramiro. 

En el momento de jugar al "Embarrados", Laurita tenía que rasguñar a Ramiro para encontrar las letras. Antes de comenzar el juego me miró desafiante. No, Laura, él es mío, lo siento. 

Cuando terminaron, Ramiro tenía una cara de dolor. Pobrecito mi bebé, ella lo lastimó. 

-¡Que vuelva Luz! -gritó Ramiro. Después de la replay del juego, Fierita volvió a hablar.

-Ahora le hago una pregunta, el barro este a ustedes que son del fin de semana, la noche loca de los mil tequilas, ¿esta para usarse el barro?

-Está para usarse. -contestó el mellizo entre risas. 

-Se puede ¿no? 

-Todo se puede.

-Ahora... vos dijiste que vuelva Luz, siendo que Luz es una chica que tiene novio.

-Que vuelva Luz a sacar el barro porque no lastimaba, era más... suave. 

-Ah, Luz tiene muy buena mano, no lastima.

-No lastima, maneja bien las uñas.

-Maneja bien las uñas, bueno. Que vuelva Luz si quiere. Se la cambiamos por este.

-Igual yo tengo una en casa que maneja las uñas mejor que nadie. -guiñó un ojo y le tiró un beso a la cámara. 

El momento del baile llegó, me reí muchísimo con los pasos que daba Ramiro. Pero al final del baile me llevé una sorpresa. 

Él tenía un papel en la mano. 

¿Y saben que decía?

"______ Gravano, ¿querés ser mi novia?" 



Mi elegido {ramiro nayar}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora