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A las 9 de la noche ya tenía todo listo. Llamé a mi papá para que me viniera a buscar con el auto, así me iba lo más rápido posible. No quería hablar con Gonzalo, y tampoco quería que me explicara nada, porque me dejó todo en claro: es su casa. No voy a pelear con el por una casa ni nada, él ya me lo dijo y no hay nada que discutir. Papá llegó, me ayudó a bajar mis cosas y supongo que Gonzalo no estaba. 

-¿Qué pasó? -me preguntó mi papá mientras subíamos al auto después de haber sacado todo. 

-Le pedí a Gonzalo que me explicara por qué traía gente que no conocía a casa y me dijo que era suya y bueno, no tengo ganas de pelear, me voy y listo. Mañana me busco un departamento y ya fue, pá. -mi papá suspiró y llegamos a casa. Las cosas las dejamos en el auto ya que mañana el llevaría mis cosas al nuevo departamento. Subí a mi antigua habitación y Salvador estaba muy cansado, tanto que se durmió mientras subíamos las escaleras. Me acosté en mi cama y cerré los ojos, el día había sido muy cansador. 

Al día siguiente me desperté y mi hijo seguía durmiendo, me dí un baño rápido y me cambié. Bajé y mi papá me dijo que había encontrado un departamento en Palermo. Le agradecí y me dijo que, cuando Salvador se levantara, me iba a llevar hasta ahí, y que, además, el me lo iba a regalar. 

Salvador se levantó, y lo cambié. Papá nos llevó hasta el departamento y me quedé sorprendida... era hermoso. Tenía una vista hermosa y era muy gigante. Lo que más me sorprendió fue que estaba perfectamente amueblado, y la habitación de Salvador era más que perfecta (multimedia). Bajamos todo del auto y lo subimos al departamento, de cierta forma me sentía mejor estando sola con mi hijo y no con Gonzalo. Además el podría estar más tranquilo y llevar a quien quisiera a SU casa. 

Acomodé todo en cada lugar, mi papá se fue pero prometió que vendría al día siguiente con mi mamá. Había quedado todo muy lindo, las cortinas, las alfombras, las luces, todo combinaba perfectamente y creaba un clima cálido que me hacía sentir muy a gusto y, a juzgar por su actitud, a Salvador también. 

Sus juguetes estaban todos en un baúl gigante color celeste que me había regalado Flor y decía "Salvador Agustín" arriba,  y también tenía detalles azules. 

Prendí el celular para ver que estaba pasando. Abrí la cámara y le saqué una foto a mi hijo, quien estaba sentado en el piso, de espaldas y en frente del vidrio. La subí a instagram y puse "Mirando a la nada, pensando en todo. El mundo es redondo, y Salvador es su rey. Te amo, chiquitito de mamá." y a los pocos instantes comencé a recibir comentarios y me gustas. 

A las cinco de la tarde me tocaba el momento más difícil, iba a renunciar a Combate. Porque no me parecía correcto seguir en un lugar en donde no me sentía cómoda, no era por nada en particular, sino por mi. Fui media hora antes, para hablar con el director y los productores, los cuales me pidieron el motivo de mi renuncia, y les conté la verdad. Ellos me entendieron y me pidieron que lo dijera al aire. 

Cuando empezó el programa Fierita dijo que una participante tenía que dar una noticia y así fue como entré en pantalla. 

-Hola Fierita, Thiago, Jefe. -los saludé. -Bueno, primero que nada quiero decir que me hicieron sentir muy bien, y que la decisión que tomé es por temas personales, la producción siempre me trató bien, me cumplieron los pequeños caprichitos, se aguantaron mis bromas... todo. Muchas gracias por darme este espacio, por hacerme sentir tan querida, por enseñarme a valorar un montón de cosas, por todo, en realidad. Muchas gracias. Pero hoy yo decido irme, y dejarle el lugar a alguien que le sirva más al equipo, alguien que pueda concentrarse bien sin mezclar la vida personal con el juego, alguien maduro. Gracias a mis compañeros que siempre me bancaron, en las buenas y en las malas. Los quiero mucho. -les tiré un beso a todos los chicos y los del rojo vinieron a abrazarme. 

-No, ______, no te vayas, por favor. -me dijo Flor mientras lloraba en mi hombro. 

-Basta Florencia, no llores que ahora tenes que jugar. -le dije. -Más tarde vas a mi departamento y te cuento, te paso la dirección por WhatsApp, hay mucho que no te conté. Lo mismo para vos, Pau. -nos abrazamos las tres y Fierita vino porque quería que Flor me dedicara unas palabras. 

-Esta es una gran pérdida para el equipo, en todos los aspectos, tanto en los juegos cómo en el ánimo, es una persona con mucha luz, y va a ser muy difícil estar sin ella acá, sin sus chistes, sin sus consejos, sin ella. Te amo, amiga. -rompió en llanto y volvió a abrazarme. Agarré mis cosas y, seguida por Ramiro, agarré a Salvador de la mano y me tomé un taxi hasta mi casa.

Chau Combate, chau Gonzalo, chau Ramiro. 

Chau felicidad. 

Mi elegido {ramiro nayar}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora