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-¿Cómo que un hermano? -pregunté anonadada.

- Bueno, en realidad no es el hermano de sangre porque no es hijo de Ramiro, pero el se hizo cargo.

-¿Qué? ¿Es joda, o no Bian? -negó con la cabeza. 

-Bueno, supongo que vamos a tener que hablar lo antes posible. -caminé hacia la puerta de salida con la intención de ir a buscar a Ramiro, al salir me di cuenta de que no tenía cómo ir, así que le pedí el auto a Gonzalo que me lo prestó después de que le insistiera varias veces. 

Manejé hasta llegar a su antigua casa, donde habíamos vivido todo. Toqué timbre y una chica con un bebé en brazos abrió la puerta. Sonreí falsamente y la chica me miró sorprendida.

-Hola, no quiero sonar maleducada, pero ¿quién sos? -preguntó, se notaba que el bebé era chiquito, ella tenía una ojeras más grandes que mi casa, y estaba en pijama... pobre, sé lo que es pasar por eso.

-Eh, soy ______, vengo a buscar a Ramiro, ¿está?

-No, salió con unos amigos. -contestó y me sonrió como podía.

-¿Te molesta si hablamos un poco? -pregunté, tratando de que me dejara pasar.

-Sí, no hay problema, pasá. -entré y me senté en el sillón, ella se sentó en frente mío con el bebé aún en brazos. -¿Vos sos la mamá de Salvador, no? 

-Sí. -contesté mientras me sorprendía que supiera de la existencia de mi hijo. -¿Cómo sabes?

-Ramiro habla siempre de vos, de que te extraña, de todo. 

-¿Habla de mi? ¿Y a vos eso no te molesta? -pregunté

-¿Por qué habría de molestarme? Lo que más quiero es que mi primo sea feliz. -dijo, haciendo que algo en mi revoloteara de alegría.

-Osea que... no sos la novia.

-No, para nada. Mirá, te cuento para sacarte las dudas. Yo quedé embarazada de él cuando tenía 18, mis papás obviamente no aceptaron que tuviera al bebé pero no lo iba a dejar, así que fui y le conté a mi novio con la esperanza de que me apoyara o simplemente encontrara una solución para ese problema, pero no, me cerró la puerta en la cara hasta el día de hoy. Y bueno... con Ramiro fuimos siempre muy pegados, así que Nacho y el me ayudaron en absolutamente todo. -me contó, mientras una lágrima se deslizaba por su mejilla.

-No te pongas mal, mirá el lado bueno... lo tenes vos todo el tiempo y no te lo va a sacar nadie. -dije, tratando de animarla. 

-Sí, pero viste cuando necesitas un abrazo de alguien que te entienda verdaderamente, o que se de cuenta de como son las cosas. -la abracé y ella me correspondió. -Andá a buscar a mi primo, te ama muchísimo. Esta en el boliche de acá a tres cuadras. -me abrió la puerta, nos despedimos y partí rumbo a ese boliche. Entré desesperada buscando a ese chico, lo necesitaba más que a nadie. 

Me dolían los pies, estaba despeinada, en ese lugar hacía mucho calor, pero no iba a dejar de buscarlo. Hasta que lo ví. Sentado en la barra. Llorando... esperen ¿llorando? 

Me acerqué a el y lo abracé, el no me respondió el abrazo.

-No me abraces, yo soy de una sola mujer.-me dijo.

-¿Así que sos de una sola mujer, eh? ¿Se puede saber de quien? -dije, y me senté en una banqueta en frente suyo.

-_______ yo... -puse un dedo en sus labios para que dejara de hablar.

-No, Rama. Acá las palabras sobran. -ambos nos empezamos a acercar y nos fundimos en un beso, el beso más lindo de toda mi vida. Nuestros labios encajaban a la perfección, como si hubieran sido hechos el uno para el otro, como las piezas de un rompecabezas (bien armado, obvio).

Nos separamos y nos miramos a los ojos por un buen rato. 

-Te fuiste diez años, ______. -me reprochó una vez que salimos del lugar y nos dirigimos a mirar las estrellas a la orilla del río. 

-Necesitaba irme. 

-Sí, pero no diez años. -volvió a decirme. -No sabes lo que sufrí este tiempo sin vos. 

-Perdón. -murmuré. 

-No hay nada que perdonar, yo también me mande las mías y vos me perdonaste todas. -entrelazó mi mano con la suya y le dió unas leves caricias.

-Lo bueno es que ahora podemos estar juntos ¿no? -dije, mirándolo directamente a los ojos. 

-Vamos a estar siempre juntos, mi amor. -y nos dimos un beso, sellando, esta vez para siempre, nuestro amor a la luz de la luna. 

"Le  falta de acá, le sobra de allá. Retocándolo, pero siempre juntos."


Fin. 



Mi elegido {ramiro nayar}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora