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Normalmente cuando una persona se despierta, tiene la sensación de que va a ser un buen día, o no. Eso me pasó a mi.

Me desperté con un par de gritos de mi hermano porque lloraba su bebé. Bufé y me levanté de la cama de un salto. Me puse un pantalón negro y una remera blanca, en los pies... nada, lo prefería así. Salvador estaba en la habitación que antes era de Gonzalo y dormía ahí.

Fui a la cocina y vi a Bian preparando la mamadera de mi sobrino. 

-Hola amiga, ¿cómo dormiste? -me sonrió.

-Bien, gracias a Dios volví, ya no aguantaba más allá. -me senté y suspiré.

-¿Vas a llevar a Salvi a ver a Ramiro? 

-No sé, todavía no sé. ¿El tiene novia? ¿Se casó? -pregunté, queriendo saber si tenía alguna oportunidad con el.

-Novia no tiene. -me dijo Bian. -el que sabe bien es tu hermano, yo no pude salir mucho con los chicos. -hice una mueca. 

-Igual no le voy a preguntar a Gonzalo, con lo buchón que es... prefiero averiguarlo yo. ¿Y Nacho? ¿A el tampoco lo viste? 

-Sí, a el si. Viene casi todos los días, hoy viene. Así que lo vas a ver... esta hecho todo un bombón, no es el chico que conociste, _______. Para mi, está más lindo que Ramiro...

-No lo ví, cuando lo vea hablamos. -ambas sonreímos y Salvador entró por la puerta de la cocina, le dió un beso en la mejilla a Bian, me saludó a mi y se sentó a mi lado.

-¿A qué hora vamos a ver a papá? -preguntó todavía con los ojos medios cerrados.

-No sé si vamos a ir hoy, Salvi.

-¿Por qué, mamá? 

-Porque no sé donde vive.

-El tío Gonza sí sabe. Me dijo ayer.

-Pero no, hoy vas a ver a tu tío Nacho. Después vemos cómo encontramos a tu papá, pero hoy no. 

-Pero mamá...

-Respetá mi decisión, Salvador. -el nene bufó y se paró de la silla enojado. Horas después (cómo a las cinco y media de la tarde) el timbré sonó. Bianca me dijo que fuera a abrir y yo, obviamente, fuí. Era Nacho, o eso creía yo... -Hola Nacho, ¿cómo estas?

-_______, volviste... -dijo, lo miré extrañada. Se acercó a mi y me abrazó.

-Nacho ¿desde cuando me extrañas tanto?

-No soy Nacho, _____. Soy Ramiro. 

-¿QUÉ? -grité haciendo que se sobresaltara. 

-Soy Ramiro. -repitió.

-Explicame que mierda haces acá, idiota. 

-Vine a visitar a Gonza. ¿Y vos?

-¿Me estas jodiendo, no? ¿Cómo me vas a preguntar que hago acá? Es mi hermano, tarado. 

-Ah, sí, cierto. -entró y Salvador estaba en el sillón y no se percató de que su "tío" había llegado.

-Salvador.. -lo llamó Ramiro.

-Hola tío. -le dijo Salvi.

-¿Cómo que tío? 

-Sí, Ignacio sos mi tío.

-No, yo soy tu papá.

-Mamá me mentiste... me dijiste que mi papá era Ramiro. 

-Es que soy Ramiro, Salvador. -y se fundieron en un abrazo que se debían desde hace un par de años. Gonza vino y yo me encerré en la habitación. Era imposible que el estuviera acá, parecía tan irreal, parecía más un sueño que una realidad. 

Cuando escuché que se estaba despidiendo pude bajar, la busqué a Bian por toda la casa hasta que la encontré en el patio.

-¿Y? ¿Qué pasó? ¿Qué te dijo? -me interrogó la pequeña novia de mi hermano. 

-¿Decirme? No me dijo nada. ¿Por qué? ¿Me tendría que haber dicho algo? 

-Pensé que te iba a decir que Salvador tiene un hermano... 


Mi elegido {ramiro nayar}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora