La puerta fue abierta abruptamente, sus oscuros luceros buscaron aquel fugitivo que le había tomado ventaja.
Deslizó los dedos por su cabellera, acomodando algunas hebras rebeldes.
— ¿Dónde te metiste, rayadito? — Levantó la prenda impregnada de la inconfundible fragancia de su amado —. ¡Mi pequeño rayadito! — Siguió el rastro del aroma que le provocaba infinidad de sensaciones.
— ¡Alfa! — Se escuchó desde la habitación.
— ¡No te vas a salvar!
— ¡Te dije que se me caía la ropa! — Expresó en tono dulce y sensual.
— Se te "caía", dices — apresuró los pasos —. Caer... Caerte a nalgadas es que voy a... ¡Carajo!
— Hola, alfa mío. — Una amplia sonrisa adornó su rostro.
— ¿Qu-qué...?
El acanelado ladeó la cabeza, fingiendo total inocencia ante la expresión del alfa.
JungKook aflojó el agarre, dejando caer la prenda que llevaba con la intención de cubrir el sensual cuerpo.
— ¿Tú...? — Tragó saliva — ¿Yo...? ¿A qué venía? — Su corazón se aceleró como si hubiese corrido una maratón.
— No sé... — Se encogió de hombros.
El alfa llevó las manos a su cabeza, peinándose en un acto desesperado por mantener la cordura. Pero, ¿lo lograría? ¿Podría apagar el fuego que amenazaba por emanar por cada poro de su piel?
Sus ojos no se perdían ni el mínimo movimiento del desnudo cuerpo. Su fugitivo amor; sentado sobre la mesa del balcón, jugueteando con las frutas que sacaba del recipiente lleno de hielos. Deslizando con lentitud la húmeda y fría uva que dejaba un rastro de humedad por las perfectas piernas, subiendo al abdomen y terminando en la jadeante boca que lo incitaba a ser mordisqueada hasta el cansancio.
— Yo... rayadito...
TaeHyung sonreía, orgulloso del efecto que causó en el alfa.
— Kookie, creo que ya sé a qué venías. — Mordió su labio inferior, moviendo el dedo índice; en un acto de atraer a su pareja en un silencioso llamado.
— ¿Sí? — Apretó los puños, dejando notar las venas, aquellas protuberantes líneas que los ojos del omega no pudo evitar admirar —. Recuérdame... — Humedeció los labios cuando acortó la distancia.
— Creo que me vas a castigar por dejar que la brisa del mar acariciara mi cuerpawer expuesto... ¡Ah!~ — Jadeó ante el suave gruñido que atacó su oído —, ¡Oh! También los pajaritos me vieron como la Diosa Luna me trajo al mundo...
— ¿Disfrutas provocar que mi sangre hierva de celos? — Enredó sus blancos dedos en el sedoso cabello, jalando con suavidad; logrando que la cabeza se arqueara lo suficiente para dejar a su disposición la manzana de adán. — ¿Qué quieres obtener?
— Me encanta que te pongas así — sus dígitos acariciaron los delgados belfos —. Quiero que juguemos — puchereó, y sus ojos brillaron como los de un cachorrito regañado —, ¿vas a complacerme? — Sus falanges se humedecieron ante la intromisión en la cálida cavidad.
— Maldición... — Masculló cuando el omega empujó hasta el fondo, tocando la úvula.
— Quiero jugar, por favor.... — Aprovechando la saliva; jugueteó con su pezón, disfrutando de la mirada posesiva que podría penetrarle el alma.
— Yo también — su mano se afianzó en el acanelado cuello, sosteniéndolo con firmeza —, no te imaginas las ganas que tengo de complacerte, pero...
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𝐌𝐢 𝐏𝐞𝐪𝐮𝐞𝐧̃𝐨 𝐑𝐚𝐲𝐚𝐝𝐢𝐭𝐨. ||+18|| 𝐊𝐨𝐨𝐤𝐓𝐚𝐞.
RomanceJeon JungKook, un híbrido tigre blanco de bengala se cruza en el camino de Kim TaeHyung, un tigre siberiano que corría en busca de seguridad. Pasarán la noche juntos sin imaginarse que aquel encuentro dejará un pequeño regalo. Jeon jamás pe...
