🐯 Cap 17

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En algún momento, el silencio se apoderó del ambiente dentro de aquel automóvil.

La terquedad del omega en querer adentrarse en aquel lugar, y el silencio que el alfa le regalaba ante cada una de sus preguntas; lo hacía gruñir en berrinche.

Jeon insistía en que TaeHyung no debió acompañarlo, que ahora al menos debería quedarse en el estacionamiento y no subir a aquella habitación.

Al ver que ninguno de los dos obtendría lo que deseaba, decidieron callar hasta que el auto se detuvo.

— Rayadito, por favor... — Intentó convencerlo de nuevo. Cruzándose en el camino, impidiendo que se bajara del auto.

— Ya te dije que voy a acompañarte. — Entrecerró los ojos. — ¿Serías tan amable de apartarte?

— ¿Por qué eres tan obstinado? — Sobó el puente de su nariz.

— Porque el señor Jeon se niega a decirme qué pasa.

JungKook cerró la puerta del auto, lo tomó de la cintura y lo acorraló.

— ¿Qué te he dicho sobre llamarme de esa manera? — Sus labios rozaron los ajenos.

— Ya se me olvidó. — Su lengua acarició los delgados labios.

— No quieras distraerme con tus labios.

— ¿Por qué? — Fingiendo inocencia, enredó sus brazos alrededor del cuello del alfa. — ¿Eres débil a mis labios?

— Sabes que toda tu existencia es mi debilidad.

— Quiero comprobar qué tan débil eres.

— No... juegues...

Los labios del omega apresaron los ajenos, el cosquilleo ante el contacto era algo electrizante. El alfa apretó aquella cintura y mordió con suavidad los pomposos labios.

— Por favor, quédate aquí. — Juntó sus frentes.

— ¿Qué te preocupa? — Le acarició la mejilla.

— Me da terror que te lastimen, por lo que me dijo Jack... lo que pasó no es agradable a la vista, y aún están alterados.

— Me quedaré a tu lado, ¿Si? — Lo abrazó. — Esto nos incumbe a los dos, y no quiero separarme de ti. — Rozaron sus narices en un dulce beso esquimal.

— Si veo una sola señal que me indique peligro para tu bienestar...

— Puedes subirme en tu hombro y sacarme de aquí.

— No dudes que lo haré.

— No me opondré, es más, hasta puedes darme una nalgada por no haber hecho caso.

JungKook sonrió y cerró los ojos, con lentitud liberó su aroma. Buscando cubrirlo por completo.

— Espero no te disguste...

TaeHyung negó sonriente, su tigre rugió gustoso ante el aroma.

— También voy a marcarte, rayitas.

— Yo más que encantado.

La pareja observaba como cambiaba el número de cada piso, a medida que subían a su destino. Sus manos entrelazadas se negaban a soltarse ni por un instante. Los tigres rugían felices al percibir sus fragancias en el cuerpo ajeno.

Ese acto los había hecho olvidarse de la razón por la cual asistían a aquel lugar. Sus mentes estaban sumergidas en la nebulosa que los cubrió al estar unidos aunque sea por sus feromonas.

Las puertas del ascensor se abrieron, caminaron por el pasillo hasta llegar a aquella habitación. La cinta policial llamó la atención del omega, el olor a sangre golpeó sus fosas nasales. Sus ojos divisaron cómo al parecer interrogaban a los hombres que JungKook había asignado para vigilar a Park.

𝐌𝐢 𝐏𝐞𝐪𝐮𝐞𝐧̃𝐨 𝐑𝐚𝐲𝐚𝐝𝐢𝐭𝐨. ||+18|| 𝐊𝐨𝐨𝐤𝐓𝐚𝐞.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora