Los días seguían transcurriendo y la unión entre la familia de rayaditos se fortalecía. Sus fines de semana se habían convertido en los días favoritos del alfa y omega. Su cachorro junto con los canes los hacía sonreír.
Cada salida era acompañada de risas, gritos de felicidad y ladridos, eran una familia, una que vivía en su burbuja de amor.
Ahora omega y alfa se encontraban en la empresa, trabajando, y manteniendo su distancia. Aunque para JungKook era inevitable seguir escapándose de su oficina para buscar al omega y verlo de lejos, y así admirar como sonreía cuando trabajaba.
Ver esa hermosa sonrisa geométrica era su energizante para soportar el trabajo día a día.
El azabache dio un pequeño paseo por los pasillos de la empresa. Ya había visto a su destino, y como se había acostumbrado desde hace unos meses atrás; después de viajar en sus pensamientos, al lograr su objetivo, pasaba a saludar a los demás empleados.
Ese día decidió entrar al baño de empleados, su vejiga le avisó que no aguantaría hasta subir a la oficina. Cuando estaba a punto de salir del baño, escuchó el nombre de TaeHyung, y su curiosidad hizo acto de presencia. Así que de nuevo ingresó a uno de los cubículos, bajó la tapa del inodoro y se subió en esta.
Sin imaginarse que en uno de los cubículos otro chico imitaba su acción.
Los dos estaban muy interesados en escuchar lo que hablaban de cierto omega.
— < Conque por eso es que Jeon buscaba a TaeHyung. — El chico hablaba por teléfono. — Y con razón TaeHyung nunca mencionaba al padre del engendro. — Chasqueó la lengua. — El maldito mocoso que me mordió, posiblemente es hijo de Jeon. — JungKook apretó sus puños y el chico en el otro cubículo se tensó. — Tenían bien escondido su secretito...
— < BoGum, estoy en problemas. — El chico al otro lado de la línea telefónica, caminaba en círculos. — Cuando te mostré el retrato del omega que buscaba Jeon, jamás pensé que ese chico era buscado porque es la pareja de ese alfa...
— < No estás en problemas. — Cerró la puerta de los baños. — Jeon jamás se enterara que tú, querido amigo, no le dijiste que el omega que tanto buscaba estaba en su empresa.
— ¿Qué mierda? — El alfa habló en su mente. — ¿Por qué carajos no quería que me enterara del paradero de Tae?
— < Eso dices BoGum...
— < Cállate y escucha. — Las dos presencias escondidas en los cubículos estaban esforzándose para no hacer ningún ruido.
— < ¿Qué vas a hacer?
— < Estoy casi seguro que el engendro es hijo de Jeon. — Pasó una de sus manos por su cabellera. — TaeHyung siempre ha evitado que Jeon lo vea, e incluso jamás había traído a ese mocoso a la empresa. Así que presionaré a TaeHyung para que se acueste conmigo, y su mocoso será la clave.
— Lo toca y lo mato, lo mato, infeliz. — Gruñó en su mente el azabache. — Quiero arrancarle la lengua. No tiene ningún derecho de expresarse de esa manera de mi cachorro y omega.
— < Ya deberías de dejarlo en paz. Por tu obsesión con tenerlo, es que estoy en problemas. Jeon se va a enterar que le oculté información...
— < Mira amigo, yo no te obligué a que le mintieras a Jeon.
— < Pero...
— < Cállate, voy a tener a TaeHyung para mí. Todos estos años detrás de ese culo y resulta que ahora puedo presionarlo para tenerlo en mi cama.
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𝐌𝐢 𝐏𝐞𝐪𝐮𝐞𝐧̃𝐨 𝐑𝐚𝐲𝐚𝐝𝐢𝐭𝐨. ||+18|| 𝐊𝐨𝐨𝐤𝐓𝐚𝐞.
RomanceJeon JungKook, un híbrido tigre blanco de bengala se cruza en el camino de Kim TaeHyung, un tigre siberiano que corría en busca de seguridad. Pasarán la noche juntos sin imaginarse que aquel encuentro dejará un pequeño regalo. Jeon jamás pe...