🐯 Cap 11

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Los largos dedos acariciaban el pecho desnudo del alfa, el cuerpo de este se encontraba apresado contra el suave colchón y el cuerpo de su omega. Las acaneladas piernas apretaban las caderas impropias.

— Rayitas, ayúdame~... — JungKook entre sueños se removió ante el contacto de aquellos dedos en su piel. — Rayitas...

Lentamente el alfa abrió sus ojos y allí lo vio, el omega que tanto amaba, con sus mejillas sonrojadas y los ojos cerrados.

— Ra-rayadito. — Tartamudeó cuando el omega brincó ligeramente sobre su entrepierna. — No... Otra vez no. Por favor, deja de hacer esto dormido...

— ¿Quién te dice que estoy dormido? — Abrió sus ojos, y conectó su mirada con los luceros del alfa. — Estoy muy despierto, y necesito de mi rayitas. — Movió sus caderas en círculos, buscando más contacto con la entrepierna del alfa.

— Mngh~... — Tragó saliva. — Rayadito, bájate, el cachorro... — Susurró y buscó con la mirada a su tigrecito. — ¿Dónde está el cachorro?

TaeHyung sonrió en picardía, se inclinó sobre el cuerpo del alfa, y lentamente lamió el cuello impropio. — Lo llevé a su habitación.

— ¿Pa-para qué hiciste eso?

El omega se reincorporó, apoyo sus manos en el pecho del alfa, lamió sus labios, para después regalarle un pronunciado puchero. — Te necesito rayitas...

— ¿Cómo qué me necesitas? — Posó sus manos en la cadera del omega, para así detener los tortuosos movimientos que le estaban ocasionando una gran erección. — ¿Por qué te llevaste al cachorro?

— Rayitas~, deja de hacer preguntas, es más que obvio... Quiero estar contigo, y desde que te vi anoche todo desnudo...

— No.

— ¿No? — Ladeó su cabeza y sonrió ladino.

— Cómo lo escuchaste, no.

— De aquí no me bajo hasta que el alfa del demonio me cumpla. — Se cruzó de brazos y abultó sus labios.

— Rayadito... Así no, aun no es tiempo...

— Tiempo, tiempo... El tiempo es el que se nos está acabando.

— ¿Qué?

— Que te apures y dame amor...

— No seas mandón y bájate, por favor.

— Yo quiero, tú quieres, ya dejemos de negarnos lo que deseamos... — El omega bajó levemente el bóxer del alfa.

— Mngh~, rayadito~... — Gimió cuando el omega jugó con el glande húmedo. — No me hagas esto...

— Se nos acaba el tiempo, rayitas. — Le susurró justo antes lamer lentamente el lóbulo de la oreja del alfa.

— Que conste que luché para que esto no pasara tan pronto. — TaeHyung sonrió. — Eres mi más grande tentación. — Sus manos afianzaron el agarre en las caderas contrarias y acarició ligeramente. — Ngh~, rayadito... — Lentamente, deslizó sus manos hacia las pomposas montañas de carne que aún se encontraban cubiertas por la tela de la pijama del omega. Cerró sus ojos, y TaeHyung mordió sus labios para después brincar con fuerza, aterrizando su trasero en la dura virilidad del alfa. — ¡Ah!

— Woof, ¡Woof!

Un lengüetazo en su rostro lo trajo a la realidad. — ¿Bam? — Inquirió cuando abrió sus ojos. — ¡Bam! — Gritó cuando el can saltó sobre su cuerpo y con una de sus patas le presionó la erección. — Bájate, me duele amigo. — El can al ver la señal que el alfa le hizo con su dedo, se bajó de inmediato. — Era un sueño... — Sus ojos viajaron hasta su entrepierna. — Rayado fugitivo, esto es por tu culpa... — Salió de la cómoda cama, se colocó las pantuflas y miró la hora. — Será una noche larga. — Expresó al ver que era la media noche, y tenía un gran problema en sus pantalones. Problema que no solucionaría con una masturbada porque claramente terminaría más excitado, y con unas enormes ganas de llamar a su omega en medio de la noche. — Vamos a ejercitarnos, Bam. — El can levantó sus orejas en respuesta. — Y después vamos a terminar ese cuadro de mi pequeño tigrecito.

𝐌𝐢 𝐏𝐞𝐪𝐮𝐞𝐧̃𝐨 𝐑𝐚𝐲𝐚𝐝𝐢𝐭𝐨. ||+18|| 𝐊𝐨𝐨𝐤𝐓𝐚𝐞.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora