Los largos dedos acariciaban el pecho desnudo del alfa, el cuerpo de este se encontraba apresado contra el suave colchón y el cuerpo de su omega. Las acaneladas piernas apretaban las caderas impropias.
— Rayitas, ayúdame~... — JungKook entre sueños se removió ante el contacto de aquellos dedos en su piel. — Rayitas...
Lentamente el alfa abrió sus ojos y allí lo vio, el omega que tanto amaba, con sus mejillas sonrojadas y los ojos cerrados.
— Ra-rayadito. — Tartamudeó cuando el omega brincó ligeramente sobre su entrepierna. — No... Otra vez no. Por favor, deja de hacer esto dormido...
— ¿Quién te dice que estoy dormido? — Abrió sus ojos, y conectó su mirada con los luceros del alfa. — Estoy muy despierto, y necesito de mi rayitas. — Movió sus caderas en círculos, buscando más contacto con la entrepierna del alfa.
— Mngh~... — Tragó saliva. — Rayadito, bájate, el cachorro... — Susurró y buscó con la mirada a su tigrecito. — ¿Dónde está el cachorro?
TaeHyung sonrió en picardía, se inclinó sobre el cuerpo del alfa, y lentamente lamió el cuello impropio. — Lo llevé a su habitación.
— ¿Pa-para qué hiciste eso?
El omega se reincorporó, apoyo sus manos en el pecho del alfa, lamió sus labios, para después regalarle un pronunciado puchero. — Te necesito rayitas...
— ¿Cómo qué me necesitas? — Posó sus manos en la cadera del omega, para así detener los tortuosos movimientos que le estaban ocasionando una gran erección. — ¿Por qué te llevaste al cachorro?
— Rayitas~, deja de hacer preguntas, es más que obvio... Quiero estar contigo, y desde que te vi anoche todo desnudo...
— No.
— ¿No? — Ladeó su cabeza y sonrió ladino.
— Cómo lo escuchaste, no.
— De aquí no me bajo hasta que el alfa del demonio me cumpla. — Se cruzó de brazos y abultó sus labios.
— Rayadito... Así no, aun no es tiempo...
— Tiempo, tiempo... El tiempo es el que se nos está acabando.
— ¿Qué?
— Que te apures y dame amor...
— No seas mandón y bájate, por favor.
— Yo quiero, tú quieres, ya dejemos de negarnos lo que deseamos... — El omega bajó levemente el bóxer del alfa.
— Mngh~, rayadito~... — Gimió cuando el omega jugó con el glande húmedo. — No me hagas esto...
— Se nos acaba el tiempo, rayitas. — Le susurró justo antes lamer lentamente el lóbulo de la oreja del alfa.
— Que conste que luché para que esto no pasara tan pronto. — TaeHyung sonrió. — Eres mi más grande tentación. — Sus manos afianzaron el agarre en las caderas contrarias y acarició ligeramente. — Ngh~, rayadito... — Lentamente, deslizó sus manos hacia las pomposas montañas de carne que aún se encontraban cubiertas por la tela de la pijama del omega. Cerró sus ojos, y TaeHyung mordió sus labios para después brincar con fuerza, aterrizando su trasero en la dura virilidad del alfa. — ¡Ah!
— Woof, ¡Woof!
Un lengüetazo en su rostro lo trajo a la realidad. — ¿Bam? — Inquirió cuando abrió sus ojos. — ¡Bam! — Gritó cuando el can saltó sobre su cuerpo y con una de sus patas le presionó la erección. — Bájate, me duele amigo. — El can al ver la señal que el alfa le hizo con su dedo, se bajó de inmediato. — Era un sueño... — Sus ojos viajaron hasta su entrepierna. — Rayado fugitivo, esto es por tu culpa... — Salió de la cómoda cama, se colocó las pantuflas y miró la hora. — Será una noche larga. — Expresó al ver que era la media noche, y tenía un gran problema en sus pantalones. Problema que no solucionaría con una masturbada porque claramente terminaría más excitado, y con unas enormes ganas de llamar a su omega en medio de la noche. — Vamos a ejercitarnos, Bam. — El can levantó sus orejas en respuesta. — Y después vamos a terminar ese cuadro de mi pequeño tigrecito.
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𝐌𝐢 𝐏𝐞𝐪𝐮𝐞𝐧̃𝐨 𝐑𝐚𝐲𝐚𝐝𝐢𝐭𝐨. ||+18|| 𝐊𝐨𝐨𝐤𝐓𝐚𝐞.
RomanceJeon JungKook, un híbrido tigre blanco de bengala se cruza en el camino de Kim TaeHyung, un tigre siberiano que corría en busca de seguridad. Pasarán la noche juntos sin imaginarse que aquel encuentro dejará un pequeño regalo. Jeon jamás pe...