Capítulo 26

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"Maldición, maldición, maldición" eso era lo que repetía mi mente una y otra vez mientras corriamos por los pasillos.

Fuimos por la derecha, luego por la izquierda y así sucesivamente. Estamos perdidos definitivamente.

- ¡Hey! ¡Aidan! ¿Tienes algún plan? - pregunto Dylan desde atrás

- ¡Intenta concentrarte mientras estas corriendo! - le espetó Aidan

Luego de varios minutos escuchamos los pasos de los guardias cerca, lo que significa que no están alcanzando, y a juzgar por el ruido son bastantes.
Aidan giro bruscamente en un pasillo haciendo que Dylan y yo patinaramos un poco en el pulcro piso, luego abrió una de las primeras puertas del pasillo y entró, con nosotros pisandole los talones. Luego de estar adentro Dylan cerró la puerta y se recosto en ella.

Esta sala no era nada especial. Era blanca como todas y tenía varios muebles al rededor de una pequeña mesa. Al parecer era una sala de descanso.

- Oigan - dije con el poco aliento que me quedaba - miren ahí. Hay otra puerta.

Al otro lado de la sala había otra puerta. Así que nos acercamos un poco hasta ella para ver a donde conducía, pero cuando estuve a punto de jalar la manilla está se abrió sola, dando paso a una cara tan conocida que asustaba. Era esta chica ¿como era que se llamaba? ... ¡oh, claro! Allison.

Allison parecía estupefacta. Nos miraba con la boca entreabierta y no decía ni una palabra.

Al cabo de unos (bastantes) segundos la chica volvió en si y pregunto:

- ¿Ustedes... ustedes son los infiltrados?

- Eso depende. ¿Para que quieres saber? - le contesté

Ella se me quedo mirando por varios segundos y cuando me pareció que por fin respondería, abrieron la puerta por la que habíamos entrado hace unos minutos.
Seis hombres con su uniforme negro y sus tasers entraron por ella y apenas nos vieron levantaron las armas.

- Manos arriba - grito uno sin dejar de apuntar.

- Y sí no lo hacemos ¿que? - pregunte

- Alice has lo que te dicen - me susurró Allison nerviosa.

- Manos arriba - volvió a gritar el hombre

No tengo otra opción. No en este momento, así que alce mis manos al igual que Dylan y Aidan.

Uno de los hombres se acercó, sin dejar de apuntar, con unas esposas en las manos. Estúpidas esposas, tenían que usar de este tipo o no serían felices ¿verdad?. Eran de el modelo RJ4. Se controlan mediante una computadora y cuando tratas de quitartelas aplican una descarga eléctrica o sacan cuchillas y te cortan un poco en las muñecas.

El hombre me las puso y otros dos honores se acercaron a ponerselas a Dylan y Aidan.

Allison presenciaba la escena paralizada.

Dos guardias nos tomaron a cada uno y nos dirigieron hacia la puerta. Cuando estábamos por salir uno de los guardias hablo

- Tranquila señorita Calder. Nos aseguramos de que esto no vuelva a pasar.

Los guardias nos llevaron por varios pasillos, los cuales trate de memorizar, y se detuvieron al cabo de unos 30 minutos.
Nos hicieron entrar en la puerta doble que estaba frente a nosotros con ellos detrás.

Era la entrada a un pasillo en el cual a cada lado habían otros cuatro pares de puertas dobles.
Nos hicieron caminar por el hasta el último par de puertas y ahí entramos.

Frente a nosotros estaba una larga mesa llena de laptops (por supuesto las reservadas para el gobierno) y detrás detras de cada una de ellas había una silla. Frente a la gran mesa un vidrio la separaba de una habitación la cual estaba completamente vacía. Al final de la larga mesa había una puerta que conducía a la habitación detrás del vidrio. Nos empujaron hasta ahí y nos metieron a la habitación.

Vista desde adentro era igual de vacía que vista des de afuera, a excepción de unas cinco almohadas esparcidas por el blanco piso.

- ¡Idiotas! ¡Apenas salga de aqui me las pagaran! - gritaba como loca

Mientras yo seguía gritando y maldiciendo Aidan y Dylan se sentaron sobre unas almohadas y se recostaron a la pared.

- Alice harán que las esposas se activen y te electrocutaran o te cortaran hasta que te calles - me dijo Dylan desde el suelo

Debo admitir que él tenía razón pero tengo que pagar mi frustración con algo. Luego de unos cuantos minutos más de gritos decidí sentarme con los chicos, que observaban a los guardias al otro lado del vidrio.

- ¿Que crees que harán con nosotros? - pregunto Dylan

- Matarnos - dije como si tal cosa no fuera importante

- Eso sería un mejor destino que usarnos de experimentos - dijo Aidan quedándose dormido.

- Supongo

Eso fue lo último que dije antes de caer en un profundo sueño, sin estar segura de que despertaria de éste.

No todo se hizo para estar bienDonde viven las historias. Descúbrelo ahora