Capítulo 30

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Esa voz... esa forma de pronunciar cada palabra... si claro que nos conocíamos. Todo lo que pudo hacer mi mente fue viajar hasta esa última y primera vez que lo vi...

- ¿Me devolverán a la ciudad?

- Ya no podemos hacerlo, eso descontrolaria todos nuestros planes y ... - Fue interrumpido por mi

- Entonces no importa

- Su familia está preocupada por usted señorita

- Ya se despreocuparan

- Le agradezco que se comporte de una forma madura señorita

- ¿Y si no lo hago que?

El sonido de los altavoces fue lo que logró devolverme a la realidad.

- En este momento me pregunto si tienes alguna opcecion secreta con causar problemas, Alice. - dijo la amplificada voz del vicepresidente Jack Raison

- Al primer movimiento que vean suban al autobús de nuevo y huyan. Si nos llegan a atacar yo los dritraere - dije en un susurro a los chicos

- Pero Alice... - protestó Dylan pero lo interrumpi

- Ahora no Dylan

- Alice hagamos un trato. Yo no te haré nada ni a ti ni a tus amigos siempre y cuando ustedes no digan nada de lo que sea que saben ¿que opinas? - repitió a través de los altavoces

Me reí amargamente.

- Primero vuelan los cerdos a que yo me deje sobornar de tal forma y mucho menos por usted

- Alice, querida, que poca memoria tienes ¿no recuerdas la deuda que tienes conmigo?

- Yo no le de... - él me interrumpió

- Pues hasta donde yo sé tu nunca tomaste un vuelo de regreso a tu casa a pedir disculpas a tus padres

Mi boca se entreabrio y me quede mirando a la nada... ¿como olvide eso?

- Mañana mismo usted tomará un vuelo a la ciudad se reunirá con sus padres se disculpara y les dirá que todo está bien y que no pasará nada ¿entendido?

- ¿Quien me asegura que todo estará bien ?

- Usted les dirá eso y punto ahora salga de mi oficina

- ¿Ya te ha vuelto la memoria Stone? - pregunto en tono burlón

Parpadee un poco ya que recordar eso fue como tirarse encima un cubo lleno de hielo al despertarse de madrugada.

- Yo no lo obligue a tomar esa decisión - dije con una voz un poco más alta y fria de lo normal

- Pero te convino que yo lo hiciera

- Es un interesante argumento el problema es que a mi no me parece importante - dije cortante

- Te daré una última oportunidad Stone. ¿Te irás a tu casa y olvidaras lo que sabes o seguirás adelante con tus absurdas cosas?

Mientras el hablo vi movimientos en los alrededores. Eran movimientos rápidos y cuidadosos pero no lo suficientemente buenos para pasar desapercibidos

- Dame un momento para considerarlo - voltee hacia los chicos y les dije en susurro - Suban ahora váyanse sin mí. Si logró escapar los buscaré, lo prometo.

En ese momento Dylan hizo algo muy inesperado para mi. Él me besó.

Después de lo que parecieron horas de poder sentir sus dulces labios él se alejó y corrió hacia el autobús dejándome paralizada y desconectada.

- Suerte Alice - Con esto último dicho Aidan se fue con Allison.

- Tu tiempo corre Alice - su ahora odiosa voz me devolvió a la realidad

- No sabía que el tiempo ahora competía en maratones

- Tus amigos han tomado la sabía decisión de retirarse y olvidar todo ¿ves? Ahí van en el autobús ¿porque no eres igual de inteligente y haces las cosas fáciles para todos?

Así que el creía que ellos se fueron porque tomaron el camino fácil...

- Lo fácil es aburrido, como usted

- Agarrenla

Lo que parecieron sombras antes escondidos en los alrededores ahora estaban a plena vista. Cinco hombres y dos mujeres me apuntaban con sus Taser.

- Manos arriba - grito una de las mujeres. Cabello rubio recogido en un rodete y una nariz muy perfilada.

- ¿No tienen otra frase? ¿Algo como "no queremos problemas, entregate"? - dije riendo

Entonces vi un suave destello en el cinturón de la segunda mujer. Era bajita con ojos grandes y saltones de tez morena y con un cabello negro corto, con algunas cañas. Eran llaves.

- Te hemos dicho que pongas las manos arriba - dijo un hombre de más de 40 años

Ya tenía mi plan.
Alce las manos lentamente y mire al hombre.

- ¿Contento?

El hombre sólo soltó un bufido y le hizo señas a la rubia, la cual sacó unas esposas RJ4 de su cinturón y se acercó lentamente hacia mi. Momento de ser diva.

- ¡No! - reclame fingiendo indignación - ¡No usaré esas feas esposas otra vez!

- Tengo que ponertelas por orden del ... - la interrumpi

- ¡Me da igual quien te lo ordenó yo no usaré esposas!

La rubia se callo y presto atención a algo. Supongo que le daban órdenes.

- Bien. Sis esposas - dijo sería

Ella y la otra mujer me tomaron de los brazos mientras los hombres iban en la retaguardia.
Tiempo de ponerse en acción.

No todo se hizo para estar bienDonde viven las historias. Descúbrelo ahora