Hold me tight.

•Capitulo 23• 2/2

realmente sigo queriéndolo, no puedo negarlo, no puedo ignorar mis sentimientos.

Los fuertes sonidos de la lluvia retumban en las ventanas, los estruendos iluminaban de vez en cuando la casa.

Desperté y el ya no estaba.

Me intenté levantar para ir a la cocina, el hambre me esta matando.

- AHHHG.- Grité del dolor haciéndome sentarme de nuevo en la cama.

Unas pisadas se escucharon y entró suga al cuarto.

- ¿Que haces?.- Dijo mirando mi tobillo.

- ¿sigues aquí?.- renege "molesta"

- Mírate, no puedes pararte, ¿crees que te dejaría sola?.- Dijo obvio.

- Puedo pedirle ayuda a Leo, tu puedes irte ya.- Tome mi celular pero este me fue arrebatado de las manos.- ¿Se puede saber cual es tu problema ?

- Yo cuidaré de ti.- Respondió nervioso, mientras rascaba su nuca.

- ¿Que dices? Mañana estaré bien.- Finge una linda sonrisa, quizá te crea.

- Aún así no llamarás a nadie.- Se dio la vuelta llevándose en sus manos mi entretenimiento.

- ¿Que haces?.- Grité levantándome de la cama.- por lo menos ven y ayúdame, muero de hambre.

Suspiró y levantó sus cabeza mirando hacía arriba con sus manos en la cintura.

- Eres tan molesto.- nuevamente me acosté y tapé completamente con las cobijas.

- ¿no que tienes hambre?.- Dijo dandole jalones a las cobijas mientras yo me aferraba a ellas.- Hey, sal de ahí.

- No.-Afirmé.

- No me obligues a sacarte.

- No te tengo miedo.- Al terminar esto las jalo con fuerza y me cargó.- ¿que haces? Bájame

- Te dije que serías obligada.- Caminó hasta la sala dejándome en un sillón.- y te callas.

Sonrío como si nada hubiera pasado y se dirigió a la cocina.

Idiota.

Narra Suga.

No soporto a ese tal leo, no lo soporto.
¿que es lo que tiene el?

- Solo cálmate.- susurré para mi.

Serví en un plato un poco de sopa y caminé hasta la sala nuevamente.

ella solo me miró y evitó sonreír.

Me senté a su lado.

- Abre la boca.- dije mientras agarraba una cucharada de sopa

- Pero si puedo comer sola.- Se quejo haciendo a un lado mi mano.

- ¿y?...

- Puedo com... .- antes de que siguiera hablando metí a su boca la cuchara con sopa.

Reí y ella lo hizo también.

Después de todo dejó que yo la alimentara.

- Es tan molesto que me tratés como niña chiquita.- Frunció el ceño.

- No es eso, me gusta concentirte.- Sonreír al ver su tierno gesto.

- Es lo mismo.- suspiró y prendió la Televisión.

- No es lo mismo.- Toque su mejilla.

- Que si lo es.- Dijo quitando mi mano.

Eres tan tierna aún cuando intentas rechazarme.