Capítulo 20

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ABBY

Me incorporo de golpe. Estoy sudada y respirando entre cortadamente el corazón me late a mil por hora, noto el pulso en el cuello y esto solo me pasa cuando sueño con el pasado.

Miro a mi lado y veo a Ally aún durmiendo. Doy gracias a Dios por no haber gritado como lo hice la otra vez, lo último que querría sería despertarla.

Me levanto de la cama con cuidado y voy a buscar un vaso de agua. Lo que necesito en este momento es relajar a mi sistema e hidratarlo. Tengo la boca demasiado seca y estoy muerta de miedo. Mientras me sirvo el vaso de agua escucho unos golpes, como si alguien estuviera llamando a la puerta pero decido ignorarlos hasta que cada vez, cada golpe se va haciendo más sonoro y me doy cuenta que realmente están llamando a la puerta.

《Un ladrón a las tres de la mañana, no abras》

Decido hacer caso a mi conciencia y no abrir. ¿Alguien llama de una manera tan siniestra y encima a las tres de la mañana a una casa? Porque yo no...

Después de unos segundos el ruido cesa por lo que me relajo, lo más seguro es que haya sido algún borracho de por aquí que piensa que ésta es su casa y se ha dejado las llaves dentro o algo así.

-¡Abby abre la maldita puerta de una vez!

¿Que? ¿Abby? ¿El borracho sabe quién soy? ¿Cómo me conoce?

Estoy empezando a acojonarme demasiado y teniendo en cuenta que estoy sola con una niña pequeña, no se que mierdas tengo que hacer.

Los golpes vuelven a surgir cinco segundos después del grito y temo por mi vida, la de los vecinos y la de la puerta. ¿¡Sabéis lo caro que es comprar una nueva puerta!?

《No necesitaras cambiarla cuando llegue a ti, te mate, y venda todos tus órganos》

¿Porqué? ¿Porqué me dices cosas así en un momento como éste?

Mi cuerpo tiembla tanto que parezco gelatina. Me siento a esperar en el sofá. He dejado el vaso de agua en la cocina para no tirarlo por ahí,ahora mismo me tiemblan tanto que soy perfecta para ir a robar a una tienda de panderetas, así que ya sabéis, si necesitáis a alguien podéis llamarme.

Diez minutos, ha costado diez minutos para que los golpes desistan. Diez horribles minutos en los que he pensado; si Ally se despierta por esos golpes, juro que la persona que este tras la puerta muere entre mis manos. Pero bueno, como no la ha despertado he preferido no meterme con un ciudadano que pueda matarme antes...

《¡Levántate y abre tonta, que tienes ganas yo lo sé!》

¿Quiero que me maten o que? Puede porque la curiosidad sea mayor ya que mi cuerpo se levanta del sofá dirección la puerta.

《Coge ese paraguas de ahí. Solo por si acaso.》

Hago caso a la voz de mi interior y cojo el paraguas en la mano derecha y con la izquierda abro la puerta lentamente. Miro hacia la izquierda y antes de mirar a la derecha una mano tapa mi boca y noto otra me agarra fuertemente de la cintura y me arrastra dentro de casa. Grito con todas mis fuerzas pero contra más fuertes son mis gritos, más fuerte es su agarre. Intento darle con el paraguas pero no llego. Me está agarrando por la espalda así que no soy capaz de verle la cara por mucho que lo intente. Por la fuerza está claro que es un hombre.

《¡Es un hombre!》

Automáticamente levanto la pierna en un intento de dar una patada pero hacia atrás. Lo consigo y la persona cae al suelo. Pienso en salir corriendo aprovechando que la puerta sigue abierta pero me acuerdo de Ally.

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