-La verdad es que no sé que decir-.
-Solo quiero que sepas que de verdad estoy arrepentido aunque sé que no me creerás-. Me levanto y me siento junto a Leandro.
-Quiero creer en ti pero no es fácil- digo cogiéndole la mano.
-Lo sé y te entiendo. Solo te pido que me des la oportunidad para demostrártelo-. Respiro profundamente para controlar mis nervios:
-Está bien- le respondo con una sonrisa.
-¿Puedo preguntarte una cosa?-
-Claro- me responde.
-¿A qué se debe este cambio?- pregunto. Leandro suspira profundamente y sonríe:
-Hace un mes una chica con la que estuve hace más o menos un año vino a buscarme a casa. Venía con una bebé en los brazos y me dijo que era mi hija-. Noto como se está emocionando:
-Cuando la cogí en brazos sentí tantas cosas buenas que no tengo palabras para describirlo y entonces pensé en ti, en todo lo que te hice y lo mal que me porté en todos los aspectos-.
-Pensaste que tu hija podía pasar por algo así- continuo diciendo.
-Solo de pensar que ella podía pasar por todo lo que te hice me puso los pelos de punta y me sentí como una auténtica basura. No tengo perdón para todo lo que te he hecho-.
-Me alegra saber que tienes algo bueno por lo que cambiar- digo sonriendo.
-No te molesto más. Demasiado lo he hecho ya-. Leandro se levanta y se limpia las lágrimas.
-Nos veremos pronto- dice mientras se encamina a la puerta.
-Ya sabes donde vivo- respondo sonriendo.
-¿Puedo darte un abrazo?- me pregunta. Permanezco quieta por unos segundos pero al final acepto:
-Ven aquí- digo tirando de su brazo para dárselo.
-Gracias-.
-Hasta pronto Leandro-.
-Adiós Kaytlin-.
Cierro la puerta y me siento en el sofá intentando asimilar todo lo que acaba de pasar. Creo en el arrepentimiento de Leandro, lo he visto en sus ojos. Solo me queda darle tiempo y tampoco confiarme mucho. Un rato después llaman a la puerta:
-¿Ha estado aquí?- pregunta cuando entra.
-Sí-
-¿Y por qué demonios no me has avisado? Te dije que lo primero que tenías que hacer era avisarme. Maldita sea Kaytlin podía haberte hecho algo malo-
-Tranquilo. Solo ha venido a pedirme perdón-.
-¿Ha pedirte perdón? ¿Y le has creído?- pregunta con cara de asco.
-Sinceramente si-.
-¿En serio Kaytlin? No pensaba que eras tan ingenua-
-Tú no le has visto, ni sabes cuales son sus motivos. De todas formas puedes estar tranquilo, eso no cambia nuestros planes-.
-Menos mal, pensaba que ya te habías arrepentido-.
-Puedo perdonarle pero tiene que pagar por muchas más cosas que por lo que me hizo a mi-.
-¿Se lo has contado a Tedd?-
-No. Si lo supiera no me dejaría hacerlo-.
-Entonces es mejor que no se lo digas-.
-No pensaba hacerlo de todas formas-. De pronto escucho como llaman a la puerta, me acerco sin hacer ruido para saber quien es:
-¡Es Tedd!¡Escóndete!-. Va rápidamente a la habitación y se esconde dentro del armario.