Por suerte tú no eres como yo.

3.8K 227 21
                                    

-¿Qué pasa Kaytlin? ¿Por qué lloras?-me pregunta mi hermano en cuanto me escucha la voz.

-¿Puedes venir a casa?-

-Claro. En seguida llego-. La espera se me hace eterna hasta que mi hermano llega.

En cuanto abro la puerta me lanzo a los brazos de mi hermano. Él me abraza muy fuerte y me acompaña hasta el sofá:

-Pequeña no llores más ¿Puedes explicarme que pasa?-. 

-Tedd no quiere verme. Leandro ha estado aquí y se ha enfadado conmigo-.

-¿Ese hijo de puta ha estado aquí? Pero Kaytlin como cojones no quieres que se enfade. Yo lo llego a ver aquí contigo y lo mato-.

-Es que no entendéis nada-.

-¿Me lo explicas?- pregunta Cody con cara de interesante.

-Leandro vino a pedirme perdón y le creí. Obviamente no voy a confiar en él ni mucho menos, pero no quiero vivir amargada con el rencor y el odio que sentía por él-

-Puedo entenderlo pero sobre todo tienes que entender a Tedd. Que el tipo que casi mata a su novia estuviese aquí con ella, no es del mejor agrado-.

-Y le entiendo pero tampoco tiene que comportarse como un niño pequeño-.

-Sabes como es y no sé porque te sorprendes- me responde Cody.

-Lo sé pero aún así necesito su apoyo, no que me de más problemas-.

Tras un rato charlando con mi hermano, recibo un mensaje y he de irme. Intento despedirlo de la mejor manera para que no sospeche y creo que lo he conseguido. Me doy una ducha rápida y me subo al coche para darme prisa porque llego un poco tarde:

-¿Por qué has tardado tanto?-

-Me entretuve con Cody-.

-¿Tu nuevo novio?-

-Es mi hermano imbécil- 

-Tranquila Jenner, no quería molestarte-.

-¿Qué demonios quieres?-

-¿Estás de mal humor?- me pregunta.

-¿Es que no se nota?-

-Tienes que avanzar con Leandro porque sino todo se va a ir a la mierda-.

-Está bien. Esta tarde comenzaré todo como lo habíamos planeado-.

-¿Y Tedd?- pregunta.

-Eso es asunto mío-

-Borde-

-Soy de simpatía selectiva que es diferente-. Es lo último que digo antes de irme y dejarle casi con la palabra en la boca.

Estoy de un humor de perros así que me vuelvo a mi apartamento y voy a pasar la tarde viendo películas. Antes de llegar decido pasar por el supermercado para comprar comida, hacía mucho que no estaba en mi apartamento por lo que mi nevera estaba vacía.

-¿Qué quieres?- respondo a la llamada de Jordan.

-¿Vienes a casa?-.

-Voy a quedarme en mi apartamento. Estoy de mal humor y no quiero pagarlo con nadie-.

-Está bien. Pero para cualquier cosa que necesites llámame ¿vale?-

-Gracias Jordan- 

Preparo unas palomitas y las chucherías que compre antes en el supermercado, además de un poco de helado. Cuando estoy deprimida el helado es lo mejor, consigue levantarme el ánimo como nadie mejor sabe hacerlo. Me quedo dormida viendo la televisión hasta que alguien llama a la puerta:

-¿Qué haces aquí?- le pregunto sorprendida aunque realmente me conviene que haya venido.

-Me quedé preocupado por como se puso Tedd y quería saber si estabas bien-.

-Muy bien no estoy, pero pasa- le digo con una sonrisa.

-¿Quieres algo de tomar?- le pregunto.

-Si puede ser un café, por favor-

-Yo quiero una copa, la necesito-. Preparo todo en la cocina y me lo llevo en la bandeja para el salón.

-Gracias. Kaytlin de verdad que yo no quiero causarte problemas-

-Lo sé. Pero ese ego que tiene nunca le dejará entender ciertas cosas-.

-¿Os habéis peleado?-

-No sé si es exactamente eso pero tiene doble problema-

-¿Enfadarse y desenfadarse?-. No puedo evitar reír ante sus palabras:

-Exactamente-.

-Eso también me lo decías a mí-.

-¿Qué tal tu hija?-

-Genial. Tengo que traerla un día para que la conozcas-.

-Me encantaría-. Leandro y yo nos tomamos varias copas, cuando ambos nos notamos un poco embriagados decidimos que es mejor despedirnos.

-Me alegra saber que aún puedo hablar contigo como al principio-.

-No sé cuando se torcieron tantas las cosas- dice Leandro con la cabeza cabizbaja.

-Bueno, lo importante es darse cuenta de los errores-.

-Gracias por escucharme e intentar animarme- le respondo con un abrazo y sinceramente lo hago más por el alcohol que por otra cosa porque si estuviese lúcida estoy segura de que me controlaría.

Cuando vuelvo a entrar en casa me doy cuenta de que Leandro se ha dejado las llaves así que las cojo y bajo rápidamente. Al salir a la calle me encuentro a Leandro tirado en el suelo y con un fuerte golpe en la cabeza. 

-¡Leandro!- grito mientras le doy golpecitos en la cara. Al escuchar mis voces el conserje sale en mi ayuda:

-Será mejor que lo lleve al hospital- me sugiere el conserje.

-¿No ha visto nada de lo que ha pasado?-

-Si lo hubiese visto habría salido en su ayuda-.

El conserje me ayuda a subirle y nos vamos rápidamente al hospital. En cuanto llegamos salen los enfermeros y lo ponen en una camilla. Más o menos una media hora después de que llegamos me dejan pasar a verlo:

-Señorita Jenner ya puede pasar a verlo-.

-Muchísimas gracias-. La enfermera me acompaña hasta donde está Leandro y cuando llego ya está despierto.

-¿Kaytlin?¿Qué ha pasado?-

-Baje a darte las llaves porque te las habías olvidado en mi casa y te encontré en la calle tirado con un fuerte golpe en la cabeza-

-¿Tú me has traído aquí?-

-Sí. Ni modo que te dejase en la calle-. Leandro sonríe por mi expresión.

-Yo lo hice-. Su sonrisa desaparece de inmediato.

-No pienses en eso ahora mismo-.

-¿Cómo te sientes?- le pregunto.

-Mareado, pero estoy bien-. Me siento junto a él en la cama y él se incorpora como puede.

-Por suerte tú no eres como yo. Tienes un corazón tan grande que a veces hasta me sorprende lo buena que puedes llegar a ser-. Leandro acaricia mi mejilla y me coloca un mechón detrás de la oreja.

-Leandro...-. Me estoy poniendo nerviosa porque no sé si va a ser lo que estoy pensando.




Theodore Raymond Grey 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora