Horas antes ...
Atravesamos cogidos de la mano el umbral del instituto mientras yo me tambaleaba con mis enormes tacones negros.
Él, vestido con el mismo traje del último baile, junto con la pajarita roja que esta vez iba a juego con mi vestido encontrado a última hora en el armario de la señora Smith. Un pequeño despiste por mi parte al no tener vestidos hizo que nos volcáramos en el armario de la madre de Connor, que ahora tan solo ocupaba un pequeño espacio en el armario de la habitación principal.El pasillo estaba adornado de motivos navideños y sus colores típicos, el rojo y el verde con tonos de dorado y blanco por aquí y por allá.
Tras empujar las enormes puertas del gimnasio, Connor me cedió el paso. Allí dentro olía a felicidad y fiesta mezclado con el abuso de los adolescentes con el perfume.Mi acompañante cerró la puerta detrás de nosotros, que emitió un ruido sordo amortiguado por la música de la estancia.
-Si me permite señorita, voy a buscar a un camarero que transporte alguna bebida -me dice Connor haciendo una reverencia-¿Querría la dama que le trajera alguna?
-Por su puesto caballero, me encantaría- le respondí con la misma cortesía que él empleó conmigo.
Acto seguido desapareció entre la multitud, mientras yo le esperaba de brazos cruzados donde me había dejado.
Al poco tiempo un brazo agarró el mio y tiró con fuerza, haciendo que me uniera a la concentración de estudiantes. Todo el mundo bailaba (o se refrotaba, depende de quien fuera ) intentando seguir la música. Tardé unos segundos en recomponerme, por culpa de esos enormes tacones que estaba claro que no estaban hechos para mí, antes de que me diera cuenta de quién me había empujado. Matt bailaba con ganas a mi lado levantando los brazon con ímpetu
mientras que Dacotta frente a mí, me miraba con desprecio. ¿Pero qué le pasaba ahora? Lo que estaba claro es que no se lo iba a preguntar. Este baile iba a ser para divertirse y no para crear conflictos.Empecé a bailar y a brincar con todo el mundo cuando algo mojado rozó mi piel. Al girarme vi a mi novio hacer malabarismos con las copas para que el contenido no se virtiera.
-Quieta fierecilla, que vas a poner todo perdido- exclamó por encima de la música para que le escuchara.
-Muchas gracias amor- acto seguido le besé la mejilla.
No sabía que contenía el vaso, pero me fiaría de Connor. Probé un poco mojandome los labios. Estaba frío y la piel se me erizó por el contacto. Me relamí los labios. Al principio era dulce, después un poco amargo, pero el regusto que se me quedó en la garganta fue indescriptible.
-Está delicioso- dije por encima de todo el gentío mientras levantaba la copa.
Connor se limitó a asentir.
Seguimos bailando. Perdí la cuenta de cuantas copas me había tomado de ese mejunge, pero creo que me había vuelto adicta a ello.
Dacotta hacía ya un buen rato que había desaparecido de mi campo de visión, dejando tirado a Matt, que seguía bailando junto a nosotros como si no se hubiera dado cuenta de que su novia se había ausentado.
Por el contrario, había un camarero rondando por los alrededores, que me tenía intraquila. Tenía la extraña sensación de que me observaba.Me dolian los pies de tanto bailar y dar pequeños saltitos en el sitio cuando las canciones de electro iban in creccendo.
De repente, la música se detuvo y a su vez todos los alumnos participes de la concentración emitían sus quejas en voz alta por la repentina detención del motor de su diversión. Entonces los grandes altavoces, colagados en todas las esquinas del gimnasio, hicieron un sonido agudo y molesto que calló a todos los rebeldes. Todo el mundo se giró hacia el escenario para atender al causante de tal rugido.
El director Fernández iba a proclamar su discurso de fin de año dedicado a todos los oyentes del instituto Sunshine. Nuestro director hispano se aclaró la gargata, mientras desenvolvia un papel, que contenía el discurso.
Los camareros empezaron a repartir champán entre la gente.

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La Última
Fiksi RemajaSamantha Banshwolf era una niña como cualquier otra, pero tras la muerte de sus padres todo en su pequeño mundo empezo a cambiar. Obligada a asesinar a gente por razones desconocidas a ordenes de "El Jefe" llega hasta California donde todo dará un n...