Capítulo 15

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Estoy en el asiento de copiloto del coche de Connor, se ha empeñado en trerme a casa, y yo le he dado una dirección falsa para que me deje cerca del hotel, pero la verdad es que quiero que siga la noche, no quiero que acabe todavía.

Se para enfrente de una casa cerca del hotel, supongo que será la que le he dicho. Le doy un beso y me despido de él bajándome del coche.

Avanzo en dirección a la casa, pero el sigue ahí parado en su coche viendo como me alejo, como hace siempre, también le da pena que me aleje de él.

Pienso- se lo tengo que decir, no se va a ir hasta que no entre por la puerta, y como es obvio no tengo llaves -me paro en seco y lo medito unos segundos.

Me doy media vuelta y me acerco al coche de nuevo con las manos en su chaqueta, todavía no se la he devuelto, ni pensaba hacerlo nunca.

- ¿Qué pasa? -me pregunta extrañado.

- Verás es que esta tarde he tenido una pequeña pelea con mis padres y no quiero entrar en casa estando ellos -miento.

- Pues vente ha mi casa.

- ¿No le importará a tus padres? -le pregunto sin quitarle los ojos de encima.

- Claro que no, mi madre esta en un vuelo y mi padre hoy tenía el turno de noche por si hay alguna emergencia, tranquila -me dice con una sonrisa.

Sin decir nada más me subo al coche y él arranca. No hablamos en todo el camino, me limito a mirar por la venta y él a conducir. Aparca el coche en el garaje y nos bajamos.

Su casa es enorme y acogedora. Tiene una chimenea y enfrente un sofá con dos sillones a los lados, detrás esta la mesa del comedor con seis sillas, dos a cada lado y una en cada extremo. En la cocina, todos los muebles y los electrodomésticos son blancos, excepto el parqué oscuro del suelo que se extiende a lo largo de todas las salas.

Subimos las escaleras y entramos en su habitación, no es muy grande, pero ya es más de lo que yo tuve jamás. Me quedo asombrada mirando todas las cosas que hay en su habitación,los trofeos, las fotos, los pósters..., mientras él se cambia. Cojo una foto de encima de su escritorio en la que sale Connor con una chica muy guapa, un poco mayor que él, sonriendo. Me doy la vuelta y le pregunto:

- ¿Quién es? -mis mejillas se empiezan a teñir de rojo cuando levanto la vista, no le he dado suficiente tiempo a que se cambie y se ponga los pantalones. Sus boxers son rojos a cuadros y le sientan muy bien- lo...lo...siento -tartamudeo un poco.

- Venga Sam, no pasa nada, no es nada de otro mundo lo que acabas de ver -se ríe un poco y se pone los pantalones, mientras que yo bajo la mirada, roja como un tomate. Connor tiene unos abdominales bien definidos y unos brazos y unas piernas musculosas y fuertes, será porque hace mucho deporte. Se acerca a mí y me coge la foto de entre las manos- es mi hermana Alison, hace ya más de un año que se fue a la universidad. Esta foto es del día antes de que se marchará, fue una despedida inolvidable.

- Ya lo veo -le sonrió.

- Uy, que tonto soy, yo poniéndome ropa limpia y seca y tu todavía sigues con el vestido empapado -se quita la camiseta que lleva puesta y me la tiende, yo la cojo con timidez, es que tiene unos abdominales...- Voy a por algo de comer, si necesitas algo, estoy abajo -asiento con la cabeza y se marcha cerrando la puerta para que tenga intimidad.

Me quito el vestido y después los zapatos y los dejo encima de una silla. Me doy cuenta de que todavía sigo llevando el cuchillo atado a la pierna con la cinta blanca y lo escondo entre la falda del vestido para que nadie lo vea. Me pongo la camiseta azul a juego con los pantalones de Connor y bajo a buscarle. La camiseta me queda un poco larga y solo deja ver mis pálidas y delgaduchas piernas.

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