Capítulo 16

85 7 0
                                    

Me levantó al lado de Connor que permanece dormido. Salgo de la cama con cuidado para no despertarle y cojo mis cosas y me voy al baño a cambiarme. Me miro en el espejo y dos grandes manchas oscuras cubren mis ojos. El maquillaje se ha corrido alrededor de mis ojos y ahora parezco un panda. Enciendo el grifo y me limpio los ojos hasta que no queda rastro alguno de maquillaje. Huelo una ultima vez la camiseta de Connor antes de quitármela y la dejo colgada en la puerta mientras que me pongo el vestido y los tacones. Al ir a coger el vestido el cuchillo cae de entre la falda y la fría hoja de metal choca contra el suelo de baldosas blancas haciendo un ruido espantoso. Espero que no lo haya oído nadie y lo recojo para volver a atarmelo en la pierna. Por suerte no se ha despertado y sigue durmiendo. Dejo la camiseta encima de la silla de su habitación y me voy de su casa sin hacer ningún ruido hacia el hotel.

Cuando llego me doy cuenta de que ahora no tengo un problema al dejar a Connor con vida, sino que tengo muchos más a causa de ello. El no haber hecho lo que tenia que hacer me ha dejado sin dinero, lo que significa que ya no tengo donde alojarme y el hotel me obliga a abandonar mi habitación antes del mediodía. Guardo mis pertenencias en la maleta y me cambio de ropa. Ahora tengo que pensar a donde puedo ir.

Bajo las escaleras arrastrando la maleta y dejo la llave en recepción. Salgo al parque del estanque y me siento en un banco, en el cual tan solo hace unos días estaba con Drake charlando tranquilamente...

Una idea me viene a la cabeza, es un poco descarada pero no tengo otra. Ayer por la noche le dije a Connor que me había peleado con mis padres y si hoy le digo que la pelea ha ido a más y me han echado de casa, no creo que tenga ningún problema en acogerme.

Me tiro en el parque ni se sabe cuanto tiempo más para que Connor se levante y a mí, para perfeccionar mi mentira. Cuando creo encontrar el momento oportuno me levanto y me dirijo a su casa.

Llamo a la puerta y él no tarda mucho en abrirme la puerta y recibirme con una sonrisa aunque se queda mirando mi maleta y yo mientras tanto tristemente le digo:

- Mis padres me han hechado la bronca y de casa y me preguntaba si no te importaría que me quedara aquí unos cuantos días...

- SABES QUE SAM, QUE SE ACABO YA NO LO AGUANTO MÁS -esta muy furioso, ¿pero qué le he hecho yo ahora?

- PERO BUENO SE PUEDE SABER QUE TE PASA -le digo alzando yo también la voz.

- ¿QUIERES SABER QUÉ ME PASA?, ME PASA QUE ME MIENTES Y PIENSAS QUE ME LO CREO Y NO ES ASÍ -¿como ha adivinado que le estoy mintiendo?- AYER POR LA NOCHE ME LO CREÍ PORQUE QUERIA QUE TE QUEDARAS CONMIGO, PERO LO DE HOY YA ES ABUSAR.

- MIRA SI NO QUIERES QUE ME QUEDE DIMELO Y ME BUSCARE LA VIDA EN OTRO SITIO.

- No, no es eso. Lo que no quiero es que  me mientas más -lo dice seriamente medio pidiéndome disculpas por haberme chillado de esa manera, pero yo sigo enfadada- Te dejo quedarte, pero con la condición de que me digas la verdad y que dejes de mentirme.

- Entonces me voy a otro sitio -estoy siendo muy borde y estupida, pero no quiero recordar, no quiero decírselo a nadie, mis secretos son mios y no tengo que compartirlos con nadie si no quiero.

- ¿De verdad prefieres irte a otro sitio en vez de decirle la verdad a tu novio? -la palabra "novio" hace que me quede sin aliento y que me replante las cosas que acabo de decir ¿de verdad prefiero irme?

- Connor, no te das cuenta de que a lo mejor no me gusta mentirte, sino que quiero ocultar cosas de mi vida para protegerme a mi misma -las lágrimas empiezan a llamar mis ojos que se empiezan a empañar. Estoy frustrada, no se que hacer: Me voy y le dejo hay tirado, le digo la verdad o hago lo que no pude hacer ayer. Enseguida me quito la ultima idea de la cabeza.

- En ese caso Sam, prefiero que confíes en mí. Que no tengas miedo a contarme las cosas -da un paso hacia delante para acercarse más a mí y me obliga a mirarle a los ojos, sujetándome la cabeza con sus dos manos. Pero yo le aparto con fuerza y retrocedo más aún de lo que él había avanzado, aunque no dejo de mirarle a los ojos que parecen tristes.

- ¿QUIERES SABER LA VERDAD? -ahí voy, se lo voy a decir si es lo que quiere- LA VERDAD ES QUE MIS PADRES ESTAN MUERTOS, NO TENGO PADRES. NO ESTOY ORGULLOSA DE COMO MURIERON, DE QUE NO PUDE HACER NADA PARA SALVARLOS Y DE QUE SIGO PENSANDO QUE TODO FUE CULPA MIA. Y SI QUIERES SABER PORQUE TE LO HE OCULTADO Y NO TE LO QUERIA CONTAR, NO ES PORQUE NO SEPA OLVIDAR, ES PORQUE TENGO MIEDO A RECORDAR -empiezo a llorar desconsoladamente de rabia, no quería saberlo, pues ahí lo tiene.

- Sam...yo...

Me voy antes de que pueda decir nada más, llevando conmigo mi vieja maleta negra. Me ha dolido mucho que pasara esto, sabia que en algún momento, si seguía con él, se lo iba a tener que contar. Pero no quería que fuera tan pronto ni de esta manera.

No me sigue, lo cual me sorprende ya que lo hace siempre, sino que se queda parado en la puerta.

Llego a una parada de autobuses y me siento mientras escondo la cabeza entre mis manos para que nadie me vea llorar. Me duele la cabeza y ya no me quedan lágrimas para seguir. Respiro hondo y me calmo un poco secandome las empanadas mejillas con el borde de mi camiseta. Me quedo un rato sentada en la parada mirando a los coches que pasan, a las grietas de la carretera y a los pocos arbolitos que adornaba la acera, aun que no pienso en nada, tan solo observo el panorama. Prefiero no pensar.

Por el rabillo del ojo, veo que se acerca alguien y por su forma de caminar enseguida sé quien es.

-¿ Por qué has tardado tanto? -le pregunto sin nisiquiera girarme para mirarlo. No iba a decir nada, pero las palabras brotan de mi boca como un acto reflejo.

- Pensé que necesitabas tiempo -se sienta a mi lado y me coge de la mano. Es entonces cuando me giro para verle la cara. No expresa ninguna emoción, su expresión facial es neutra, no se si a venido para pedirme perdón o para hacerme entrar en razón- Se que no es fácil contarme lo que me has dicho, pero entiende que no lo sabía.

- No te culpo.

- Anda vamos a casa y olvidemos lo que ha pasado y si tienes algo más que contarme dímelo cuando quieras, pero no me mientas más.

Me levanto del asiento y Connor repite la acción. Coge mi maleta y se da la vuelta para irnos a su casa, pero yo le detengo y le abrazo con fuerza, tanto que noto la presión de sus costillas contra las mías. Hunde su cabeza en mi hombro y puedo oler su aroma, un aroma que no se como describir pero que me vuelve loca. No se como lo hace, pero no me puedo enfadar con él, es de esas personas que necesitas que estén a tu lado pase lo lo que pase, que te hacen sentir cosas que otras personas no pueden, te hacen sentir especial y única. Le revuelvo el pelo oscuro con mi mano mientras le beso en la mejilla sin separarme de él.

- Lo necesitaba.

Me aparta y me besa con dulzura en los labios. Vuelve a coger mi maleta y se va. Yo le sigo.

Cuando llegamos al porche de su casa me paro en seco y me quedo mirando en dirección a la puerta. Hay una chica morena y alta con la cara enterrada en las manos. Llama a la puerta desesperadamente, primero al timbre y después toca a la puerta. No ha notado nuestra presencia ya que seguimos parados mirándola desde lejos. Le cuesta respirar ya que hace respiraciones cortas y muy exageradas. Connor esta igual de sorprendido que yo y no se mueve.

-¡ EH ! -le grita Connor.

La chica inmediatamente se da la vuelta y siento una pena enorme al ver esos ojos azules inyectados en sangre de tanto llorar. No me he dado cuenta hasta ahora de quien era porque nunca la había visto tan triste, siempre sonríe y nunca le cuesta hacerlo. Dacotta siempre sonríe, nunca la había visto llorara hasta ahora.

¿Qué le pasará?

La ÚltimaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora