Capítulo 19

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Me despierto sin nada que perturbe mi memoria y con un vacío a mi lado. Connor se ha despertado antes que yo y ahora las sabanas están frías al tacto. Me despejo un poco y lo busco por la casa sin ningún resultado. Se ha marchado sin decirme nada y me ha dejado sola.

Voy a desayunar algo, pero para mi sorpresa hay una caja de zapatos forrada con papel de regalo encima de la isla de la cocina. Sobre ella hay una nota doblada por la mitad con mi nombre escrito con un rotulador grueso de color negro. La desdoblo y en ella hay un pequeño mensaje de tan solo una linea:

Te espero en la playa. Llevate lo que contiene la caja sin que nadie lo vea.

Con manos temblorosas abro despacio la caja. Se me para el corazón y noto como la sangre deja de fluir por mis venas. En el interior hay una pistola no muy grande, plateada y con un bonito grabado adornando la culata.

-Esto debe de ser una broma -Pienso.

Saco el arma de la caja y la sostengo en mis manos un momento antes de volver a meterla. Si ha sido ''El Jefe'' el que ha dejado esto aqui y ha quedado conmigo en la playa será por algo. Esta noche se me acaba el plazo y me tengo que enfrentar a sus consecuencias.

Al principio me replanteo en no ir, pero enseguida me cambio de ropa y salgo disparada sin desayunar, con la pistola escondida en la cintura del pantalón. Si de verdad ''El Jefe'' iba a venir en persona y le iba a ver la cara por primera vez en mi vida, no perdería la oportunidad. Le iba a hacer pagar por todo lo que me ha hecho y no me iba a temblar el pulso cuando le metiera una bala entre ceja y ceja como hizo con mis padres.

Cuando llego a la playa no veo a nadie, lo que hace que mi decepción aumente. Seguramente habra sido otro ''aviso'' como de costumbre.

Alguien me pone la mano en el hombro y rapidamente saco la pistola y le apunto a la cabeza, haciendo que el frío metal toque su frente. No me tiembla la mano, sino que tengo el pulso firme que esperaba tener en este momento. No me imagino cómo lo iba a disfrutar.

-Quieta fierecilla -Lo dice mientras pone las manos en alto. Le encanta decir eso. Y mi ilusión y esperanza  desaparecen como una estrella fugaz.

-¿¡¿Connor?!? -Me sorprendo mientras bajo la pistola con las dos manos. A ver como le explico porque llevo una pistola...- Esto... no queria...yo solo...

-Tranquila, no pasa nada -¿cómo que no pasa nada? Le acabo de apuntar con una puta pistola- No sabía que te desenvolvieras tan bien con un arma.

-¿Has sido tú? -intento cambiar de tema. Estoy sorprendida, no puedo mover ningún músculo de la cara.  Si esto de verdad es una broma, ha dejado de tener gracia hace mucho tiempo.

-Sip. He pensado que podriamos tener nuestra primera cita y quería sorprenderte.

-¿¡¿Con una pistola?!?

-Era una pista.

-¿¡¿Una pista de qué?!?

-Sam relajate, no pasa nada, no vamos a matar a nadie -Ingenuo, es justo lo que pensaba.

-No, claro que no -consigo forzar un poco la sonrisa para disimular.

-Creía que te iba a gustar, no veo que seas de esas chicas noñas que prefieren dar un paseo cogiditos de la mano por la playa -simula que vomita. Me conoce más de lo que esparaba.

- Pues para que lo sepas me hubiera encantado.

-¿Enserio? -arquea una ceja.

-No.

Me coge de la mano y por un momento pienso que vamos a dar "ese paseo", pero enseguida salimos de la playa y nos subimos a su coche.

Después de hacer un largo recorrido aparca en un descampado con tan solo una especie de cabaña gigantesca con un montón de grafitis en las paredes.

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