Capítulo 5

94 7 0
                                        

Estoy corriendo, no se a donde ni por qué lo hago, pero estoy asustada y gritaría si no me encontrara en medio de la nada y si tuviera el aliento suficiente para hacerlo.
Me paro en seco y soy capaz de ver un árbol. Me escondo detrás de él e intento tranquilizarme.
Oigo pasos, cada vez más cerca, pero no puedo ver nada a causa de la niebla .

-Donde te has escondido maldita zorra -me grita alguien, pero yo no le respondo sino que aprieto más aun mi cuerpo contra el árbol.

-Me da igual donde te escondas, te encontraré igualmente.

Noto como se aleja poco a poco del lugar donde me encuentro. Respiro hondo y me siento, parpadeo unas cuantas veces y ...

-Pero que narices ...

Ahora estoy atada a un poste, inmóvil y hay un hombre delante de mi vestido de negro haciendo algo que no consigo ver. Murmura pero no logro entenderlo. Intento desatarme pero es inútil por muchos esfuerzos que haga.

-Es inútil que te esfuerces, así no vas a lograr nada -se gira y se acerca poco a poco a mi y puedo verle la cara.

Dios mio es Connor y lleva un cuchillo en la mano. Veo que se agacha y me pone el cuchillo en el cuello, intento echarme para atrás pero no puedo ya que me aprieta con fuerza contra el arma.
Cada vez la aprieta más, siento como la sangre empieza a correr por mi cuerpo y como él se ríe como un maniaco mientras me rebana el cuello, disfrutando cada segundo, cada gota de sangre que me cae por el cuerpo, cada...

Me despierto y abro los ojos de par en par. Otra vez no, odio tener pesadillas.

Me levanto de la cama y me dirijo hacia el espejo de la habitación. En él veo una chica desaliñada. Miro mis ojos verdes que muestran terror, miedo y pánico, todo a la vez. Intento tranquilizarme y me digo que solo ha sido una pesadilla.

Cuando mi corazón va a una velocidad dentro de lo normal, me cambio la ropa del día anterior y cojo unos pantalones y una camiseta limpios, aun que arrugadas. Cuando acabo bajo a desayunar pero no tengo hambre, el sueño me ha quitado el apetito.

Salgo del hotel y pienso- Hoy es domingo y hasta el lunes no empiezan las clases, me tomaré un pequeño descanso, me lo tengo más que bien merecido.

Empiezo a caminar y me evado del mundo real durante un tiempo, solo disfruto del paisaje, del calor... De California en general.

La ÚltimaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora