Capítulo 12

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Me han obligado a entrar en mi habitación. Acaban de matar a un chico por mi culpa, me siento mal, muy mal. Si no hubiera salido con él, si hubiera hecho caso a la puta advertencia, Drake seguiría vivo.

Entró en la ducha, mis manos, mi camiseta, mi cara, mi cuerpo en general está cubierto por la sangre de Drake. Mientras que el agua caliente sale del grifo, no dejo de pensar en él. Una lágrima me cae por la mejilla, la noto por que al instante se desencadena un llanto y una tristeza en mí que no puedo parar. Mi cabeza repite una y otra y otra vez más << Por mi culpa>>.

Salgo de la ducha, pero todavía sigo sintiendo la sensación de la sangre de Drake en mis manos y cada vez que cierro los ojos le veo a él tirado en el suelo rodeado por su sangre.

Me miro en el espejo para peinarme, tengo los ojos rojos de tanto llorar, lo intento disimular con un poco de maquillaje, pero es inútil, por mucho pote que me ponga en la cara el dolor se seguirá reflejando en mí.

Enciendo la televisión para distraerme con cualquier chorrada que pongan. No quiero dormir, no tengo sueño, a demás si me duermo se que soñare con Drake y no quiero.

Me he quedado despierta toda la noche viendo no se que en la televisión, dando vueltas por toda la habitación y saliendo de vez en cuando al balcón para que me de un poco el aire. Ha sonado el despertador lo que quiere decir que tengo que ir al instituto por muy pocas ganas que tenga. Cojo algo para vestirme y cuando abro la maleta me doy cuenta de que ahí esta el vestido- Mierda hoy es el baile -digo entre dientes. No quiero ir, pero me obligan tengo que hacerlo.- Mi vida es un asco, no se por que no me pegaron un tiro cuando tuvieron la oportunidad.

Saco el vestido y lo extiendo en la cama con mucho cuidado. Junto a él coloco los zapatos de tacón con los que días atrás había estado practicando. Me pongo ropa limpia y tiro a la basura la que ayer llevaba puesta, la que esta manchada de la inocente y joven sangre de Drake. No quiero volver a ponermela.

Bajo a la cafetería y como me imaginaba no hay nadie, ni el hijo muerto, ni el padre vivo llorando por la perdida de su hijo y todo por mi culpa. De todos modos no quería comer nada, tengo el estomago hecho un nudo desde que escuché los disparos. Más que dejar entrar la comida, prefiero dejarla salir, aunque no lo hago.

Salgo de inmediato de aquel edificio y voy al instituto. En la puerta, esta Connor esperando a sus amigos de brazos cruzados, esperandome a mí. Quiero acercarme y hablar con él pero no se que decirle, a si que lo único que hago es pasar de largo con la cabeza baja, pero Connor me lo impide agarrándome del brazo. Intento soltarme, pero es inútil es más fuerte que yo.

- ¡Pero a ti que te pasa, ayer no vienes y hoy pasas de nosotros como de comer mierda! -esta furioso, quiero disculparme pero no se me ocurre nada. Le miro a los ojos y una lágrima rueda por mi cara, se que Connor la ha visto y agacho la cabeza lo antes posible. Me muerdo el labio para no seguir llorando- Lo siento no quería ser tan duro, es que me tienes muy preocupado, no quiero que te pase nada.

- No es eso -le digo con la voz entrecortada.

Connor me arrastra por los pasillos cogida de la mano y yo le dejo ya que no opongo resistencia alguna. Entramos en los vestuarios del equipo de lacross y se para delante de una taquilla, supongo que de la suya. Me obliga a mirarle a los ojos y yo lo hago porque me encantan sus ojos azules.

- Sam cuentame lo que ha pasado -lo dice muy serio mientras me acaricia la mejilla con su dedo pulgar. Yo no respondo sino que me quedo mirando esos inmensos ojos que hacen que me pierda- Sam aquí no hay nadie a esta horas y puedes confiar en mí -insiste.

Sigo sin decir nada pero esta vez le abrazo y me pongo a llorar en su hombro. Connor no se queja ya que me abraza cada vez con más fuerza contra él.

Me acaricia la espalda suavemente de arriba a abajo y yo me agarro a su cuello.- Pero Sam que estas haciendo, llorar es para los débiles y tu eres fuerte, no es la primera vez que ves morir a alguien -me digo a mi misma. Respiro hondo y pestañeo varias veces para espantar las lágrimas. Me aparto de Connor y suena la sirena. Él me seca las lágrimas que empañan mi rostro con las dos manos .

- Deberíamos ir a clase -le digo curvando un poco la comisura de los labios hacia arriba.

- Sam me puedo quedar aquí contigo el tiempo que haga falta, no me importa perderme unas puñeteras clases por tí -le retiro las manos de mi cara, aun que cuando lo hago sigo notando sus manos acariciandome.

- Te lo agradezco Connor, pero sera mejor que vayamos a clase, ayer ya perdí bastantes.

Me acerco a él y le doy un beso en la mejilla mientras le agarro la mano y le digo al oído susurrando muy débilmente.

- Gracias -noto como se estremece.Y me alejo poco a poco de él separando nuestras manos con cuidado dedo por dedo, hasta que el último se separa alejándonos el uno del otro.

Le dejo ahí en el vestuario rozándose la mejilla en el lugar donde le he dado ese beso tan frágil.

Antes de entrar en clase hago una pequeña visita al baño y me lavo la cara con un poco de agua para despejarme y quitarme las rojeces que quedan en los ojos después de llorar. Un último suspiro y a clase.

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