14. De cuando eres una criminal en potencia.

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Veía el sol caer de nuevo, otro día terminaba..., tenía un examen la mañana siguiente y no podía concentrarse en nada de lo que leía, ¿biología?, simplemente estaba fuera de su interés. Se lanzó de espaldas en su suave cama recién arreglada (había hecho de todo para posponer sus estudios, hasta arregló toda su habitación), suspiró sonoramente y algunas lágrimas frías cayeron por sus mejillas, sólo ahí se dio cuenta de que seguía llorando.

Su celular no había parado de sonar en todo el día; claro, era raro que ella se escapara del colegio, aunque nadie sabía que en realidad fue la última en salir, se quedó mucho tiempo dormida bajo ese sucio escritorio. No contestaba ningún mensaje ni atendía ninguna llamada...; a las diez de la noche, supo que estaba perdida, reprobaría el examen, reprobaría por primera vez en su corta vida.

¿A quién demonios le importa el ciclo celular?; bajó corriendo las escaleras con una idea que sabía que probablemente no funcionaría, pero tuvo un ataque de adrenalina que no le permitía regresar por las escaleras y quedarse estudiando allí.

- Sam - llamó al llegar a la sala. Su madre la miró por un momento, luego siguió viendo la televisión -, necesito salir.

Sam rió de manera irónica. - Y yo necesito que mi hija mayor tenga más juicio, ¿acaso no te das cuenta de qué hora es?

- Sí, pero necesito ir a casa de Summer, olvide que ella tiene mi cuaderno de resúmenes. Tengo prueba mañana.

- ¿Y te pusiste a estudiar ahora?

- No, es sólo que descubrí que las lecciones son muy largas..., si repruebo, que quede en tu conciencia.

Sam suspiró. - ¿Al menos está Summer despierta?

Sintiéndose victoriosa, Fay intentó no sonreír. - Sí, me acaba de enviar un mensaje avisándome que ella tiene mi cuaderno.

- Bien, dile a tu padre que...

- Puedo ir sola, no es muy lejos...

- ¡¿Estás loca?! Ni hablar, no Fay, no, no, no y no...

- ¡Bien!, pero que quede en tu conciencia - salió corriendo escaleras arriba fingiendo un berrinche. Ya tenía una coartada lista.

Corrió a su balcón y, como ya era costumbre, bajó por el árbol hasta que sus pies tocaron el basurero, a tientas lo pisaba y se aseguraba en él. Conocía un atajo, pero de todos modos le tomaría media hora llegar hasta ahí caminando.

Pasaba en medio de los árboles. Tuvo la sensación de haberse desviado del camino, pero pronto el monumental edificio se irguió frente a ella, estaba justo en el patio trasero del colegio Lexbrenloe.

Probó todas las puertas y ventanas del edificio donde estaba el salón de biología, todas estaban cerradas; hasta que se topó con la "salida de emergencia", la empujó con un poco de fuerza y ésta cedió. No pudo evitar sonreír, ¿salida de emergencia?, ¿como una salida de emergencia podría funcionar de entrada?, se supone que éstas deberían estar selladas, pero no se enojó por ese hecho, al contrario, no podía dejar de sonreír.

Corrió por cinco pasillos, teniendo mucho cuidado de no toparse con el cuidador nocturno. Cuando vio el letrero que indicaba que había llegado al salón de biología, se sintió aliviada al ver que no estaba llaveado.

Tal vez hay alguien adentro - se dijo con histeria, manteniendo su mano en el picaporte, el cual ya había girado. Empujó la puerta con suma lentitud y se dio cuenta de que dentro del aula reinaba la oscuridad, nadie estaba allí.

No se detuvo a pensar en por qué todo le salía tan bien, tal vez estaba soñando, o tal vez al final la atraparían e iría a la cárcel, decidió no pensar en nada de eso.

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