MISTAKELAND

26. De cuando no eres feliz.

¿Has tenido momentos que cuando ves, hueles, saboreas o tocas algo eso te hace recordar una parte de tu vida o una persona en tu vida que fue realmente inolvidable?; la lluvia le hacía eso. Recordaba que ese día, estaba lloviendo. La lluvia la llevaba a la noche más apasionada de su vida, a su primera vez con Ian.

Cuando Fay estaba bajo un aguacero y veía el agua caer gota a gota sobre su piel al igual que el sudor de Ian al recorrer su cuerpo por el calor del momento, ella enloquecía. El fresco y relajante aroma de la lluvia le recordaba al de la loción del chico mezclado con el olor natural de los dos. El sabor salado del agua de lluvia se sentía casi como el sabor de los besos de Ian entre el sudor. Y la sensación..., la sensación del frio de la lluvia golpeando su piel enviaba escalofríos por su columna como el toque del chico enviaba descargas eléctricas por todo su cuerpo. Y ahí estaba de nuevo, llorando bajo la lluvia de camino a su siguiente clase.

Estaba terminando el tercer año de la carrera de Derecho en la misma universidad en la que Summer lo hacía. Snow estudiaba literatura y Jackson arquitectura, pero en otras universidades, sólo Fay y Summer estaban juntas.

Ella sabía que sus libros se estaban mojando y que probablemente parecía una loca parada ahí, llorando como una estúpida por el chico al que quería. Se tapó la boca para evitar gritar de dolor.

- ¿Estás loca?, sal de ahí - esa voz la sorprendió y pegó un brinco.

- ¿Qué haces aquí? - Fay la miró y Summer rodó los ojos.

- Tenemos las mismas materias, tonta, voy camino al salón dos - anunció y la tomó del brazo para que saliera de debajo de la lluvia -. No entiendo tu ridícula fascinación con la lluvia, Fayetth Britt.

Summer no había cambiado nada en lo que se refiere a actitud pero su rostro había cambiado, ya no era el mismo que el de una niña de dieciocho años, sino el de una joven de casi veintidós quién estaba en planes de casarse el año siguiente. Estuvo viviendo con Jackson desde que terminaron el colegio y él le propuso matrimonio un año después.

Snow actualmente salía con un chico que conoció en la universidad llamado Taylor y eran novios desde aproximadamente un año. Fay vivía sola hacía unos meses en un departamento que pagaba gracias a su trabajo en una tienda de discos.

Se entretuvo mirando el campus de la universidad mientras Summer la jalaba del brazo hacia el edificio tres y suspiró.

Esta ciudad solía ser un lindo lugar para vivir, un lugar increíble y lleno de colores hermosos, de personas que siempre parecían sonreír. Pero todas esas cosas cambiaron el día en que él empacó sus maletas y se fue. Sus amigos no dejaban de decirle lo mucho que ella había cambiado, lo apagada y triste que se veía. Salió con unos cuántos chicos en estos años pero nunca llegaban a la tercera cita, porque ella no quería a nadie más, sólo a su mejor amigo, sólo al único chico que le importaba. Sólo a Ian Cullen.

Constantemente su familia la llamaba para que fuera a visitarlos, pero ella se negaba el noventa por ciento de las veces. Evitaba al máximo ir a esa casa donde tenía tantos buenos y malos recuerdos de Ian; odiaba pasar frente a ese complejo de departamentos donde antes soñaba vivir, a pesar de eso, cuando iba, se detenía frente a ese lugar a buscar el auto del chico, alguna señal de que él en realidad existió, que estuvo ahí y era entonces cuando agradecía poder sentir ese dolor, porque era lo único que le permitía saber que fue feliz, que él era real y que todo lo que pasaron juntos fue cierto. Ian Cullen existía y se había ido hacía tanto tiempo, el dolor se lo confirmaba.

Caminó hasta su trabajo luego de que acabaran sus clases y Summer la acompañó y se quedó con ella hasta que Jackson pasó a buscarla de la tienda. A veces quería encontrar la manera de borrar los recuerdos que tenía de él porque la perseguían constantemente, atormentándola y haciéndola llorar y reír sin razón, pero esa seria sólo una forma estúpida y cobarde de dejarlo ir.