DE CUANDO DICES "NUNCA MÁS".
Fay Britt había estado de pies en el lobby de ese hotel por más de media hora. Volvió a mirar su reloj, estaba muy enojada, no era la primera vez que su novio llegaba tarde; no quería pensar que él olvido su cita y la plantaría.
Iban a casarse y estaban eligiendo todo juntos, el problema era que su novio le dedicaba mucho tiempo a su trabajo desde que terminaron la universidad y él se había convertido en socio del hospital más reconocido del país, y aunque eso jamás supuso un problema, los últimos meses él jamás llegaba a tiempo y dejarla plantada se estaba haciendo un hábito.
Suspiró pesadamente antes de acercarse a una mesita y dejar ahí su anillo de compromiso, esta vez no se lo perdonaría tan fácilmente. Si él no estaba dispuesto a hacerle un espacio en su vida, ella no se conformaría con estar en segundo lugar; luego se echó a andar a la salida, se sentía realmente menospreciada.
- Siempre hay algo más importante - murmuró ya fuera del hotel donde se quedó algunos minutos, ahí de pie, sólo respirando el aire fresco de Miami, necesitaba calmarse antes de volver a su departamento; no quería echarse a llorar en cuanto cruzara la puerta y hundirse en su miseria... sola.
- ¿Disculpe? - Fay giró al oír que la llamó una voz increíblemente suave como el terciopelo y a la vez rebosante de masculinidad; ella, al enfrentar al dueño de la voz, se encontró con unos ojos tan profundos que la hicieron olvidar todo por unos instantes, hasta que el hombre volvió a hablar -. Creo que se le cayó esto en el lobby - continuó él, alargando su mano hacia ella donde sostenía el anillo de compromiso.
-No, no lo perdí, lo deje ahí - respondió rápidamente mirando hacia el piso mientras negaba con la cabeza -. Puede quedárselo, no lo quiero.
- Parece ser un anillo de compromiso - apuntó él, leyendo el grabado de la joya: Tú y yo, por siempre.
- Un simbolismo vacío - respondió, volvió a bajar la cabeza -. No quiero pasar el resto de mi vida con un hombre que siempre tiene algo mejor que hacer antes que estar conmigo - terminó diciendo más para ella que para aquel hombre.
- Debe ser un idiota si deja escapar a una mujer como usted - intentó animar él a esos tristes ojos pardos -. Yo me daría un tiro después de saltar del edificio más alto de todo Miami.
Fay levantó la cabeza con una sonrisa. - No podría darse un tiro después de semejante caída - puntualizó, alejando la tristeza de sus ojos, a lo que él sonrió. Le pareció que la cara de la chica era más hermosa aún iluminada por una sonrisa.
- Encontraría la forma - siguió él.
- ¿Ah sí? - preguntó ella divertida -. ¿Cómo?
- Bueno... - respondió con una hermosa sonrisa torcida, ella pensó por un momento que caería desmayada ante ese hombre, además de unos ojos y voz hermosa tenía una sonrisa de infarto -, podría explicárselo mientras bebemos algo.
- Creo que no - respondió ella, aunque con una sonrisa que la delataba. Ella deseaba aceptar pero pensaba en su novio y su voluntad flaqueaba.
- ¿Por qué no? - Preguntó él, notando el ánimo de la chica -. Ya no tienes novio así que...- se detuvo al darse cuenta que no había sido buena idea recordar el tema.
- Creo que será mejor que me vaya - dijo ella, borrando la sonrisa de su rostro. Se giró, pero antes de dar un paso, el hombre ya estaba frente a ella.
- Lo siento, no debí mencionarlo, sólo un trago, como amigos - no quería alejarse de ella.
Fay lo miró a los ojos y no pudo negarse. - No lo sé - dijo ella algo divertida.
- ¿Entonces? - Insistió él, al cabo de unos segundos -, ¿aceptas tomar algo conmigo?
Ella asintió y fueron al lugar más cercano y hablaron durante horas. - Debo irme, se hace tarde y mi novio podría preocuparse - tomó su bolso y salió del lugar pero él la siguió.
- ¿El que te dejó plantada?, deberías hacerle lo mismo.
- No, Ian es un idiota, el imbécil más grande del mundo entero, pero lo amo con todo mi corazón. Nunca podría hacer algo que lo dañe.
Él sonrió un poco al asentir, se acercó a ella y, sin más, la besó. Fay se quedó paralizada. - Y él también te ama con locura - ella sonrió -. ¿Sabes que eres lo mejor que me ha pasado en la vida? - Preguntó él, abrazándola por la cintura y escondiendo su cara en el hueco de su cuello, ella lo abrazó también mientras le acariciaba el cabello.
- Eso dices - respondió ella con un suspiro e involuntariamente un desagradable nudo comenzó a formarse en su garganta.
Ian levantó la cabeza y la miró a los ojos, acunó la cara de Fay con sus manos.
- Te amo, Fay, desde que te vi llena de barro y hojas cerca de ese barranco te amé y créeme que no existe ni existirá nada ni nadie antes que tú - aseguró mientras acariciaba las mejillas de su novia con sus pulgares.
- Quiero creerlo - susurró bajando la mirada y volviendo a suspirar, esta vez de manera adolorida.
- Sólo dame una nueva oportunidad, prometo no volver a arruinarlo - sacó el anillo de compromiso del pantalón -. Cásate conmigo - suplicó.
- No quiero estar en segundo lugar nunca más - sentenció muy seria mirándolo a los ojos -, es todo lo que pido - terminó con una sonrisa cariñosa.
- Nunca más, mi amor - prometió él, sonriendo mientras deslizaba el anillo en su lugar: el dedo de Fay.
El destino siempre juega con los enamorados, pero el amor no necesita ser perfecto, sólo necesita ser verdadero.
De nuevo, muchas gracias a todas las personitas que me acompañaron en este proyecto ♡ incluso a los lectores fantasmas.
Y les invito a leer mis otras novelas.
En unos días empezaré a subir otra, llamada "Kelsey", espero que les guste ♡.
¡NOS LEEMOS PRONTO!
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MISTAKELAND
Teen FictionLos adolescentes ya no son niños que deben ser protegidos de todo, inclusive de la verdad. La vida no es justa. Necesitan acostumbrarse a esa idea. Fay Britt tiene la vida perfecta. Los amigos perfectos, la familia perfecta, las calificaciones perfe...