Cuando soy consciente de lo que estoy haciendo, acabo de llamar al timbre de su casa. Tarda un poco en abrir y cuándo lo hace se queda un poco sorprendido. Lleva puesto el pijama. Vaya, quizás estuviese ya durmiendo. No tenía que haber venido.
- ¡Hola! ¿Qué ha pasado?, ¿estás bien? - pregunta preocupado. No son horas para visitar casas ajenas Katniss.
- No, no- le digo tranquilizándolo - ¿Te he despertado?
- Que va, estaba aprovechando para pintar un rato antes de irme a dormir.
Nos quedamos mirándonos durante unos segundos que a mí me parecen más bien horas.
-¿Quieres pasar? - me dice - Vas pillar una pulmonía ahí fuera.
Yo asiento con la cabeza y él se aparta para que entre. Cuándo paso por su lado casi rozándolo, siento el calor que emana de su cuerpo y del mío. Me doy la vuelta justo cuánto está cerrando la puerta.
- Hoy no has venido a verme - no esperaba que me saliera en plan reproche, pero sí, a sonado un poco a eso.
Él me mira arqueando una ceja y después esboza una pequeña sonrisa.
-¿Vienes a regañarme? - me mira divertido.
- No - le digo - sólo que...No sé qué decirle.
- ¿Qué? - empieza a acercarse a mí - ¿Acaso me has echado de menos?
No, no, que no siga acercándose. Odio cuando hace eso. Empiezan a sudarme las manos. Autocontrol Katniss, me recuerdo. Autocontrol.
- No, solo... me ha parecido raro que no vinieras a verme en todo el día. He estado un poco aburrida.
-Ah, pues si es sólo aburrimiento, mañana le digo a Effie y Haymitch que vayan a visitarte. - Añade serio.
Idiota, me digo. No quiero que se moleste conmigo, así que decido ser más o menos sincera.
- Bueno, preferiría que fueras tú. Eres más divertido que ellos. - lo miro con una sonrisa que esconde "espero que esto si se lo haya creído". Más o menos es la verdad.
Bien, ahora me sonríe. Eso es bueno. Se acerca más a mí, casi puedo notar su olor. Intento echarme un poco más para atrás, pero al segundo paso mis pies chocan con la pared del recibidor. No quiero que se dé cuenta de cómo me afecta. El sigue sonriendo,desde luego yo también lo haría si alguien estuviera haciendo el mismo ridículo que yo ahora mismo.
Se detiene a pocos pasos de mí, acerca su boca a la mía, tanto que incluso creo que me va a besar. Estoy a punto de prepararme para cerrar los ojos cuando de pronto aparta la cara y me dice cruzando los brazos sobre su pecho.
- Katniss, si lo que quieres es verme no tienes más que decirlo o, como en este caso, venir a mi casa. Pero no me pongas excusas absurdas, nunca se te ha dado bien mentir. Bueno, al menos que estés jugándote la vida.
¡Zas! menudo corte que me acabo de llevar. Él sigue mirándome, esperando una respuesta supongo, pero cómo no soy una persona muy espabilada en éstos temas, le digo lo primero que se me cruza por la mente:
- Nunca había estado en tu casa.
Me mira con el ceño fruncido. Se aleja de mí y contesta:
- Bueno, no hay mucho que ver. Más o menos es igual que la tuya o la de Haymitch.
- Ya...claro.- Otro tema Katniss, otro tema - ¿Qué estabas pintando?
- ¿Quieres verlo?
- Si - le digo sonriéndole - siempre me han gustado mucho tus cuadros.
Me dedica una reluciente sonrisa y me coge de mano conduciéndome escaleras arriba. Pasamos por una habitación con una cama enorme, supongo que la de sus padres, otra que está cerrada y entramos en la que está al lado del baño. Su habitación, porque veo en la cómoda junto a su cama la foto que rescató de la panadería y unos zapatos suyos debajo de la mesita de noche. Al lado de la ventana hay un caballete y una mesita llena de pinturas. Vaya, desde su ventana se ve bastante bien mi casa y mi habitación. Claro que el duerme con las ventanas abiertas de par en par y yo casi nunca las abro.
- Lo empecé está tarde - escucho decir a Peeta mientras me suelta la mano. - Aun le falta un poco.- Me fijo entonces en el cuadro. Hay dibujada un playa y está añadiendo la puesta de sol, solo hay unas cuantas pinceladas de color naranja. Su color favorito. Algo llama mi atención en el cuadro y me acerco para verlo mejor. En una esquina del cuadro, justo en la arena de la playa veo dos detalles que, quizás desde lejos no puedan apreciarse, pero desde mi posición ahora, sí. Sobre la arena ha dibujado una insignia de sinsajo, mitad enterrada en la arena y al lado una perla, "su perla".
Me vuelvo para mirarlo con asombro y emoción.
- Peeta...- le susurro - es precioso.
-Gracias - me agradece un poco nervioso, rascándose la nuca. - Hacía tiempo que no pintaba. Y menos aun, algo que realmente me gustara. - Clava sus ojos azules en los míos.
- ¿Me lo regalarías? - le pregunto algo cohibida. Él me mira sombrado. - Bueno, aunque si no quieres no pasa nada - añado deprisa.
Empieza a reírse y yo lo miro con el ceño fruncido.
- ¿He dicho algo gracioso o qué?
- No, no....es solo....da igual. - Carraspea y a continuación, añade: - No te preocupes. El cuadro es tuyo, cuando lo acabe claro. - sonríe.
- Explícame que has querido decir, no te andes con medias tintas. - le digo cruzando los brazos y mirándolo.
- No es nada Katniss.
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Lo que no leímos
FanfictionSabemos lo que pasa cuando Katniss y Peeta vuelven al distrito 12, pero no tan detalladamente como nos hubiese gustado. Su acercamiento, sus momentos juntos, etc. Pre-epílogo.