Entre hornos

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Me despierto cuando los rayos de sol empiezan a colarse por mi ventana. No sé qué hora será, pero he dormido tranquila, bien. Me desperezo y sonrío al recordar la noche de ayer, los besos, el "te quiero" de Peeta. Hace algunos meses quizás me hubiese sentido mal por esta sensación de felicidad, pero ahora no, ahora me siento a gusto de estar así. Recojo mi habitación y bajo rápido las escaleras esperando encontrar la cesta y la nota de Peeta, y ahí están cuando abro la puerta.

" Buenos días preciosa. Hoy no me ha dado tiempo a prepararte nada, es lo que tiene trasnochar. Pero ayer me traje algunos dulces a mi casa. Así que los aproveches, sobre todo las magdalenas. Con amor, tu chico del pan.

Pd: ¿te quedas a dormir esta noche conmigo?"

Hasta la mandíbula me duele de sonreír, cómo se nota que no es algo que haga muy a menudo. Quiere que duerma con él, es lo que había pensado decirle hoy y lo que llevo deseando desde la última vez. Abro la bolsita y veo que hay dos magdalenas y dos panecillos de frutos secos.

Me preparo un café y me como una magdalena. Guardare lo demás para después. Pienso en ir a cazar, pero aun tengo la nevera repleta de comida, por lo que pienso en algo mejor. Ir a visitar a Peeta a la panadería, con la excusa de ir a comprar panecillos de queso, claro. Aunque...ya no debería tener una escusa para ir a verlo, ¿no?.

Me doy una ducha rápida, me pongo unos pantalones, chaleco y la chaqueta de mi padre. Hoy no hace mucho frio, estoy deseando que vuelvan esos días de primavera dónde el bosque recupera su color y no oscurece tan rápido.

De camino a la panadería empiezo a dudar si ha sido buena idea, a lo mejor está ocupado y yo sólo voy a molestarlo. Venga Katniss, no seas cobarde, me digo. Empujo la puerta de la panadería y veo a Peeta detrás del mostrador. Está atendiendo a una señora. No me ha visto, así que aprovecho para recrearme un poco mirándolo. Lleva puesta esa camiseta gris ajustada que le sienta muy bien y se ve tan concentrado en su trabajo...Unos escalofríos recorren mi cuerpo, y se me pasa por la mente su cuerpo pegado al mío, mis manos sobre su fuerte pecho....

- ¿Katniss?.

- Ho-hola - le saludo un poco nerviosa. Veo que la mujer está sacando el dinero para pagar y nos mira alternativamente a los dos.

Me acerco un poco mientras la mujer se guarda el cambio que Peeta le ha dado, me sonríe cuando estoy a su lado y se despide de él amablemente.

Me mira divertido. Me acerco hasta la entrada al mostrador.

- Bueno...¿y este gran honor de que hayas decidido visitarme? - me dice limpiándose las manos en un trapo al tiempo que sale del mostrador y me toma por la cintura.

- Pues pasaba por aquí.....- Veo que mi excusa no le convence y me sonríe esperando la verdadera respuesta -Vale, vale... me apetecía...verte. - le digo echando un vistazo a la puerta. Me moriría de verguenza si alguien nos pillara en esta situación, no es muy profesional por su parte y muy seria por la mía, pero veo que a Peeta le da igual. Acerca sus labios lentamente a los míos, casi estoy sintiendo su aliento cuando una voz nos saca de nuestro momento íntimo.

- Vaya, vaya.....- nos dice Haymitch saliendo de la sala de los hornos con una canasta grande de pan. No me había acordado de que Haymitch estaba por aquí. Me separo un poco de él, pero es Haymitch, no tengo nada que ocultarle, bastante nos ha visto ya por televisión. Además supongo que Peeta le habrá puesto al tanto de lo que ha pasado con él y conmigo estos días, y de lo de anoche, claro....- Eso está muy bien Peeta, que seas amable con las clientas.

- Espero que no de esta manera con todas... - murmuro para mí. Aunque por la carcajada que suelta Peeta y Haymitch creo que he compartido ese comentario también con ellos. 

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