Accidente

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Unos golpes en la puerta me despiertan. Me muevo un poco en la cama buscando la cercanía de Peeta, pero no la encuentro. Giro la cabeza y veo que no está. Se habrá ido temprano a la panadería. Una hoja de papel reposa en la almohada. Escucho de nuevo los golpes, así que cojo la hoja y corro escaleras abajo. Cuando abro la puerta me encuentro con Sae.

- Buenos días - le digo afable.

- Menos mal niña, llevo un buen rato llamando. ¿Aun estabas dormida?.

- Si, bueno - le digo un poco avergonzada - se me ha hecho tarde.

- Y no eres la única por lo visto. A tu amigo Peeta también se le han pegado hoy las sábanas.

- ¿Ha visto a Peeta?

- Claro, él ha sido el que ha venido a buscarme esta mañana para que te trajera el desayuno. Me ha dicho que se había levantado tarde y no le había dado tiempo a prepararte nada.

Pobre, se ha quedado dormido por mi culpa. Entonces me doy cuenta de que aun llevo en la mano la carta de Peeta. Me separo un poco de Sae y la leo:

"Buenos días dormilona. Espero que hayas descansado esta noche, que supongo que si porque no te he escuchado quejarte de ninguna pesadilla. Así que espero que haya cumplido mi misión de caza pesadillas para que solicites de nuevo mis servicios esta noche. Por cierto, mandaré   a Sae con el desayuno porque no me ha dado tiempo de prepararte nada. Me ha costado salir de la cama y separarme de ti, la verdad. Nos vemos después preciosa."

No puedo evitar que una gran sonrisa se escape de mis labios. Releo la carta tres vez hasta que Sae me llama y desayuno con ella.

- ¿Has ido a cazar últimamente Katniss? - me pregunta Sae

- La verdad es que ahora no voy mucho al bosque. ¿Necesitas algo? - antes siempre le vendía algunas cosas que cazaba.

- Pues la verdad es que hace tiempo que no como ardillas - me dice sonriéndome - y que no las vendo, hay gente que me pregunta por ellas.

- Ah vale, pues voy ahora si quieres. Total, no tengo mucho más que hacer.

Cuando Sae sale por la puerta, recojo un poco la casa y me dispongo a ir al bosque a cazar. He dejado un poco apartada mi faceta de cazadora, debería hacerlo más a menudo, no quiero perder la práctica.

Es casi la hora de comer cuando llego a casa. No ha estado mal 8 ardillas y 4 liebres. Yo solo me he quedado con 3 ardillas y 2 liebres, lo demás se lo he dado a Sae para que lo venda. Veré si Haymitch o Peeta quieren alguna ardilla, el padre de Peeta me las compraba antes y le gustaban mucho. 

Cuando estoy por abrir la puerta de casa escucho a Haymitch llamándome. Está saliendo de la casa de Peeta.

Lo saludo con la mano.

- Hola - le digo alzando un poco la voz. Él viene a paso ligero hacía mi. A saber que mosca le habrá picado

- He estado llamando antes a tu casa, pero supongo que estarías en el bosque ¿no? - dice señalando la bolsa de caza.

- Ah si, hacía tiempo que no iba.

- He venido a decirte que Peeta ha sufrido un accidente, pero no es grave - me dice rápidamente al ver mi cara de preocupación.

- ¿Qué le ha pasado? - le digo casi chillándole.

- Se ha caído del tejado de la panadería y se ha hecho daño en la espalda. Nada grave, el sanador acaba de irse hace un momento. Solo le ha mandado una semana de reposo.

- ¿Y cómo esta? Espera que suelto las cosas y voy a verlo.

- Vale, lo he dejado con Effie. Él me ha dicho que no tenía prisas porque lo supieras, que no quería preocuparte.

Lo que no leímosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora