Noto una caricia suave en la cara que me hace abrir los ojos. Peeta está a mi lado, mirándome.
- Buenos días - me dice sonriendo.- No me importaría despertarme así toda mi vida. Le devuelvo la sonrisa y me atrevo a darle un pequeño beso en los labios. Noto su cara de sorpresa.
- Ahora son aun más buenos - me dice y yo intento evitar su profunda mirada azul.
-¿Cómo te sientes? - le digo incorporándome un poco.
-Si es con respecto a mi espalda, no muy bien. Pero con respecto a otras cosas me siento estupendamente.
Le doy un golpe suave en el hombro mientras me levanto.
- Eh - se queja - ¿dónde vas?
- Pues a prepararte el desayuno, no voy a quedarme en la cama acostada todo el día y tienes que comer para tomarte el calmante.
Pone cara de enfadado.
- No le pondría pegas a que te quedaras todo el día en la cama conmigo. - yo intento evitar sonrojarme -Por cierto, no te queda mal mi pijama ¿no?.
Me miro lo que llevo puesto. Como anoche no pude ir por mis cosas a mi casa, Peeta me dejó un pijama suyo. Bastante grande la verdad. Me subo un poco la enorme camiseta para enseñarle el nudo con una gomilla del pelo que le tengo hecho a los pantalones en la cintura. - Bueno, he tenido que hacerme un arreglillo. Veo su profunda mirada azul clavada en la zona que le estoy mostrando y me doy cuenta de que le estoy enseñando más de lo que pretendía, la mitad de mi barriga. Rápidamente me echo la camiseta hacia abajo aunque él sigue con la misma mirada puesta en mi.
- ¿Vas a provocarme ahora que estoy postrado en una cama? eso es jugar sucio.
Yo suelto una sonrisilla nerviosa. Madre mía. No sé porqué, pero por un momento se me pasa por la cabeza la imagen de Peeta sin camiseta en la cama. No, no. Katniss, esta no eres tú. No puedes pensar eso. Pero algún día tendrá que ocurrir. Bueno, algún día.
Me encamino escaleras abajo buscando algo para desayunar cuando llaman a la puerta. La abro y me encuentro con Sae.
- Buenos días - me dice sonriente mirándome de arriba a abajo. Me siento un poco avergonzada, sabrá que he dormido aquí. Claro que hay más habitaciones, no tiene porque saber que ha sido en la misma cama.
- No hace falta que me pongas esa cara niña. Después de veros en los juegos no hay nada que me asuste. Me sonríe y se dirige a soltar las cosas en la cocina. Le subo entonces el desayuno a Peeta.
- Voy a ir a mi casa a cambiarme y ducharme ¿vale? - le digo sentándome a su lado en la cama mientras come. -Sae va a quedarse aquí hasta que vuelva, ha insistido en prepararnos comida, así que si necesitas algo solo tienes que llamarla.
- ¿Vas a tardar? - me dice serio sujetándome la mano - estoy aburrido de estar aquí ya.
- ¡Pero si ni siquiera llevas un día en la cama! - le digo riéndome. - Además si sólo es por aburrimiento le puedo decir a Sae que suba a hacerte compañía.
- Sabes que contigo no sólo es aburrimiento Katniss - me dice serio - Tu presencia hace que me olvide del dolor.
Le sonrío mientras le aprieto la mano. ¿Nunca se cansará de decirme cosas bonitas?.
- Voy a cambiarme y me iré para mi casa.
- Trae un pijama tuyo para esta noche, a no ser que quieras volver a ponerte el mío.
- Ah ¿pero quieres que me queda está noche también? - le digo con una sonrisa. Él me mira serio y me dice:
- Por mi puedes quedarte toda la vida.
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Lo que no leímos
FanfictionSabemos lo que pasa cuando Katniss y Peeta vuelven al distrito 12, pero no tan detalladamente como nos hubiese gustado. Su acercamiento, sus momentos juntos, etc. Pre-epílogo.