I: Del origen de todas las historias

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Antes de entrar en materia completamente, hay algo que quiero que sepas. Este capítulo va sobre mi familia. No sé si te interesará. Como tal vez hayas deducido a estas alturas, no soy una persona demasiado común. A veces, cuando me da por ocultar mi idiosincrasia (que es un modo rebuscado de referirse a las características heredadas o adquiridas de una persona y que me encanta utilizar cuando quiero hacerme la interesante), digo que en realidad soy de lo más común en este país. Pero en realidad no es así. Y en gran medida esto se debe a mis padres y al hecho de que tengo un hermano gemelo.

Sé que debería empezar la historia por el principio. Presentarme, darte una descripción física detallada y tal vez hablarte un poco de mi nacimiento. Pero en realidad ese no es el verdadero principio. La historia empieza mucho antes de que yo existiese. Empieza con mis padres.

Ellos dos eran muy diferentes. Papá nació en una finca en mitad del campo y creció allí hasta que se mudó a la ciudad para estudiar un módulo y más tarde una carrera universitaria que se pagó él mismo. Mi padre era inteligente, despierto y por lo que puedo entresacar de viejas cartas que mis padres piensan que no he leído y antiguas fotografías que atesoro, descarado y bastante pícaro.

Mi madre era su polo opuesto, supongo. Ella nació y creció en la ciudad, en Cataluña. Mi madre es catalana y toda una furia, lo que podríamos definir como "todo un carácter". Además de eso, es inteligente hasta un punto casi aterrador; se las apañó para sacarse dos carreras a la vez; la carrera de Física y la de Química, nada menos. También era una persona decidida incapaz de tolerar las mentiras y una idealista que nunca quiso conformarse.

Cuando pienso en mis padres, las imágenes que acuden a mi cabeza son de lo más variadas. Mi madre con mi mellizo en brazos, a la orilla del mar, llamándonos a mi padre y a mí. Papá en el tractor azul del abuelo, que con los años cambiamos por uno rojo más nuevo. El vestido azul vaquero que mamá solía llevar cuando aún estaba de moda el pelo cardado, los pantalones altos de los noventa.

Las fotos de su luna de miel en Egipto, mi madre pegando a mi padre porque intentó cambiarla por camellos. En la siguiente, mi padre la besaba apasionadamente mientras se adivinaba una sonrisa en los labios de ella. La foto en la que mi madre se dio la vuelta a toda velocidad para que papá no la sacase desnuda de cintura para arriba. Las historias de papá sobre la vida en el pueblo.

Pero nos hicimos mayores...

Mi padre y mi madre se enamoraron en el pueblecito zamorano donde yo nací, muchísimos años antes de que mi existencia fuera siquiera una idea. Mamá era más joven que él, tres años más joven, y mi padre era un pícaro descarado que utilizaba la moto para ligar con todas las chicas disponibles. Recuerdo que una vez, cuando mi padre y yo estábamos arando (o más bien él araba y yo me sentaba en el tractor disfrutando del sonido del motor y del traqueteo de las ruedas) me contó cómo el intentar ligar con una chica le costó un buen dinero en gasolina y un viaje ajetreado.

Intentaba conquistar a la más pequeña de tres hermanas que vivían en un pueblo cercano. Tras una noche de las fiestas patronales de otro pueblo vecino se ofreció a llevarla a casa. Sin embargo, sus dos hermanas consideraron que la pequeña no podía quedarse a solas con mi padre; tampoco era aceptable que llevase a dos y dejase a una tercera sola en el pueblo.

Al final mi padre acabó llevando a las tres hermanas en su moto, a riesgo de acabar teniendo un accidente y con el consecuente gasto en gasolina que supuso la carga extra.

– Pero no se lo digas a tu madre – acababa siempre.

Mi madre tenía quince años cuando se conocieron y mi padre nunca se limitó a quedar con ella. Sin embargo, mi madre era la chica con la que mi padre siempre volvía. También era la única que se negaba a ir más allá de un baile; supongo que aquello tuvo algo que ver con la fascinación que mi padre experimentaba por ella.

La Chica de LluviaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora